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Manuel y Miguel, la pareja expulsada del gobierno de una hermandad de Jerez: "Estamos dolidos"

Manuel Canevas y Miguel Ramos ya no están en la junta de gobierno de Las Angustias, a la que llevan ligados 50 y 40 años. Tras casarse por lo civil, el Obispado fuerza su exclusión por incumplir el Derecho Canónico

Manuel Canevas y Miguel Ramos, hermanos de la hermandad de Las Angustias de Jerez.
Manuel Canevas y Miguel Ramos, hermanos de la hermandad de Las Angustias de Jerez. MANU GARCÍA
17 de marzo de 2025 a las 21:43h

—"Estamos muy dolidos. Hemos estado muchas noches sin dormir". 

Por un mensaje de WhatsApp, que llegó a un grupo en el que estaba Miguel Ramos, se enteraron él y su pareja, Manuel Canevas, de que habían sido expulsados oficialmente de la junta de gobierno de la hermandad de Las Angustias de Jerez.

Fue, además, pasada la medianoche, ya metido en el día del cumpleaños de Manuel, a quien le contemplan 52 años —de los 68 que tiene— como hermano de esta cofradía, de forma ininterrumpida. Casi el 80% de su vida.

Manuel Canevas y Miguel Ramos, la pareja expulsada del gobierno de la hermandad de Las Angustias de Jerez.
Manuel, en primer plano, con Miguel sentado al fondo.   MANU GARCÍA

Desde entonces, Manuel y Miguel pasaron "muchas noches" sin dormir. Dándole vueltas a la cabeza. "Muy dolidos", insisten cuando atienden a lavozdelsur.es, por algo que consideran injusto. Porque son pareja, se casaron por lo civil y los han expulsado de la junta de gobierno de la hermandad por infringir el Derecho Canónico.

Concretamente, el canon 1057.2, que dice que "el consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio". Al menos esa es la justificación que da el Obispado de Jerez, aunque no a ellos directamente.

"Desde que nos casamos, empezamos a escuchar que el Obispado estaba detrás"

Una decisión de la que ambos excluyen a la hermandad. El hermano mayor, dicen, los ha "defendido" hasta que pudo. No tiene malas palabras para la que es su hermandad desde hace muchos años. 

"Desde que nos casamos, empezamos a escuchar que el Obispado estaba detrás de la hermandad para que nos sustituyeran en la junta de gobierno", cuenta Manuel Canevas, quien ya fue mayordomo en los años 80 del siglo pasado. Ahora era diputado de la virgen. De su virgen. A la que le reza desde que tiene uso de razón.

A finales de año, tanto a Manuel, como a Miguel —que era tercer secretario de la hermandad—, les dieron la opción de estar como auxiliares en la junta de gobierno, con voz pero sin voto, algo que aceptaron. Pero el 13 de febrero, cumpleaños de Manuel, se encontraron con que los habían excluido del órgano de dirección de la cofradía.

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La mano de Miguel, durante la entrevista.   MANU GARCÍA

"Tuvimos una charla y decidimos que nos íbamos. No íbamos a estar en la sombra", dice Miguel, hermano desde 2009, aunque por su relación con Manuel, llevaba trabajando para la hermandad desde muchos años antes. 

Porque Manuel y Miguel han hecho de todo. Desde limpiar plata, colaborar en la organización de eventos, cocinar durante la Feria del Caballo en la caseta de la hermandad, también en época de Zambombas... Miguel era, dice, el "fotógrafo oficial" de la hermandad. 

"Un vacío muy grande" 

"De hermano me va a costar trabajo quitarme", confiesa Miguel, a pesar de todo. "Ahora, como no tengo obligación alguna, voy a la iglesia, veo a la virgen, estoy con mis hermanos...", continúa.

"Nos ha afectado porque tenemos un vacío enorme, nos han quitado las funciones que teníamos", insiste. "Pero estamos más tranquilos, eso por supuesto. 

Manuel Canevas llevaba seis años en la junta de gobierno. Un mandato y medio. Miguel Ramos, dos años. Medio mandato. Si por ellos fuera, se hubieran planteado un tercero y un segundo, respectivamente. 

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Manuel Canevas, en un momento de la entrevista.  MANU GARCÍA

"He ayudado en todo lo que hiciera falta"

Desde que Manuel y Miguel entraron juntos a la hermandad la primera vez, siempre se presentaron como pareja. "Ni con la familia ni nada nos ocultamos", aclaran. 

Fue en los años 80 cuando Manuel empezó a llevar a Miguel a la hermandad, la de su barrio de toda la vida. Nació en la calle Sol, se crio luego en la calle Campana. "Era la que estaba más cerca", comenta. El fuerte vínculo se mantiene hasta hoy.

Manuel: "Me iba a confirmar en mayo y ya me he enterado de que este año no me van a dejar"

"He ayudado a todo lo que hiciera falta: a hacer los Belenes, que ganábamos premios, a cocinar...", rememora. Y lamenta que después de "tanto trabajo, tanto esfuerzo", se les expulse de la junta de gobierno "por firmar un papel". 

Todo eso ha hecho, junto a los repentinos fallecimientos de dos familiares muy cercanos, que no tengan "un recuerdo bonito" del día de su boda, que ofició la alcaldesa, María José García-Pelayo, a la que conocen "desde siempre".

Y agrega Manuel: "Me iba a confirmar en mayo y ya me he enterado de que este año no me van a dejar". "Y encima el padrino era yo", añade Miguel.

Las redes sociales como desahogo

Después de estar muchos días sufriéndolo en privado, Manuel no pudo aguantar más y, a modo de desahogo, publicó un mensaje en sus redes sociales. "Estoy viviendo la Cuaresma más mala de mi vida", empezaba.

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Manuel y Miguel, durante la entrevista con lavozdelsur.es.   MANU GARCÍA

"Toda una vida, 52 años viviendo y trabajando para mi hermandad gobierne quien gobierne, siendo mayordomo en los años 80 y desde hace más de cinco años miembro de junta; llevando 43 años viviendo con mi pareja, ya por la edad que ambos tenemos decidimos casarnos por nuestros derechos y al enterarse la curia de la Iglesia por el Derecho Canónico y habernos casado por lo civil, cosa que por la iglesia no nos dejan al ser gay, nos han expulsado de la junta de gobierno", escribía.

Lo hizo, confiesa Manuel, y sintió alivio. "Me había quitado un peso de encima, estaba más tranquilo", dice a este periódico. "Estuvimos sin dormir y lo publiqué sin consultarle. A las ocho de la mañana bajé al salón, cogí el iPad, y no miré nada. Le di a enviar. Desperté a Miguel y le dije: léelo".

A partir de ahí, llegaron los comentarios tras este mensaje en redes sociales, tras el "arrebato" de Manuel. Los mensajes. Las llamadas. De amigos y familiares que mostraron su apoyo a la pareja. "Esto es injusto totalmente", insiste Miguel.

Más de 40 años de relación

Manuel y Miguel llevan más de 40 años viviendo juntos. En privado confiesan que no pensaban en casarse, pero que lo hicieron "por si a alguno le pasaba algo". El punto de inflexión vino en un viaje que hicieron a Rusia, cuando una compañera tuvo que ser hospitalizada, y se quedó sola, sin que pudiera acompañarla una amiga. 

"Ya tenemos una edad y siempre es conveniente para los papeles, para hacer viajes, para todo", relata Manuel, que no sabía que podían expulsarlos de la junta de gobierno por este hecho. "De esas cosas no entiendo, nada más sabía de lo que había que hacer en la hermandad y ya está", dice.

"El amor a Dios y a la Virgen no me lo va a quitar nadie"

Con la hermandad siguen teniendo buena relación. Acuden a misa con asiduidad, y Manuel lidera un grupo de costura que está cosiendo prendas de acólitos para Semana Santa. No lo deja porque las costureras amenazan con irse si se marcha él. 

"Sigo yendo para que no se corte el grupo, porque a pesar de todo, te digo una cosa: el amor a Dios y a la Virgen no me lo va a quitar nadie", comenta.

Qué dice el obispo

Este periódico ha intentado tener la versión del Obispado de Jerez, sin éxito. Pero el obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, preguntado de forma indirecta en una entrevista por este asunto, sí se ha pronunciado.

"Quien no acepta lo que la Iglesia propone sobre el matrimonio no está en condiciones de formar parte de una junta de gobierno, y la Iglesia considera que el matrimonio es la unión estable del hombre y la mujer hasta que la muerte los separe. Si esto no se acepta y uno hace juramento público, está jurando en falso y nos ponemos en una situación que tiene incluso derivas civiles, porque jurar en falso es perjuro", comenta Rico Pavés en una entrevista en Viva Jerez.

"Si uno entra en una hermandad para tratar de introducir una doctrina contraria sobre el matrimonio a lo que la Iglesia nos propone, este no es su lugar. En las protestaciones de fe se juran incluso cosas que no se piden, como estar dispuesto a derramar la última gota de sangre por defender la enseñanza de la Iglesia en fe y costumbres. Si uno está diciendo eso cómo quiere luego reivindicar otra concepción del matrimonio que no sea la de la Iglesia", insiste el obispo, que remata: "Es cuestión de coherencia".

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Francisco Romero

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