El octavo programa de la 12 temporada del talent show de RTVE MasterChef se emitió en la noche de este pasado lunes desde Jerez. En concreto, desde la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y como un homenaje al legado del director técnico honorífico de la institución, Álvaro Domecq.
Con un menú compuesto por platos inspirados en la deliciosa gastronomía jerezana, entre los que se ha encontrado una caballa con tomates confitados y gazpacho jerezano y un bienmesabe de róbalo con chirivía, entre otros, los concursantes han cocinado para 90 amigos (entre ellos representantes del gobierno municipal como el primer teniente de alcaldesa, Agustín Muñoz, o el tatuador Samuel Martínez, Pol Tattoo) y empleados de la Real Escuela.
Para cumplir con este cometido, los aspirantes han contado con el apoyo de la finalista de la sexta edición de MasterChef Celebrity, Belén López.
Por lo demás, aparte de exhibir parte de los encantos de la ciudad, con espectaculares imágenes de la Real Escuela y panorámicas de los atractivos turísticos de Jerez, también hubo un minuto de oro en el prime time de TVE para que el representante del gobierno municipal, Agustín Muñoz, expusiera algunas de las cuestiones por las que Jerez está en auge y, además, por las que aspira a convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2031.
Una impagable promoción de la ciudad en horario de máxima audiencia y mostrando la institución ecuestre como abanderada de lo mejor de Jerez.
Tras las declaraciones llegó el brindis por Jerez, aunque eso sí, desgraciadamente el programa no eligió demasiado acorde a la situación y escogió un vino de Navarra.
De vuelta en plató los ‘delantales negros’ se han enfrentado a la llamada ‘prueba de los sentidos’. Han arrancado situados al final de las cocinas, donde han comenzado el primero de tres cocinados. Han debido aplicar cada uno de los sentidos para preparar y presentar los platos que les han encargado los jueces.