Un planazo ideal para estos días de Semana Santa en Jerez —aunque también puede ponerse en práctica en cualquier otra época del año— pasa por sentarse a merendar en la terraza del bar-cafetería La Notaría, en la Alameda Cristina, mientras se aguarda la llegada de las procesiones por el inicio de la Carrera Oficial.
Este establecimiento hostelero del centro de la ciudad, famoso por sus desayunos (poca broma su tortilla de patatas o su buen jamón ibérico) y menús del día con buena calidad-precio, también tiene a la venta de teleras y molletesdeEspera, dulces de la pastelería Gibalbín y un espectacular bizcocho que llega a diario directamente de la vecina localidad de El Cuervo.
Una de las responsables del local, Virginia Suárez, natural de esta localidad sevillana, es la encargada de traer este delicioso dulce, esponjoso y en su punto ideal para quienes no gusten del empalague, que se complementa a la perfección con el buen café —algo no tan habitual en muchos bares de la ciudad— que sirven en La Notaría.

Entre los dulces para la merienda sobresale el bizcocho, pero también suele haber algo de bollería artesana y pasteles clásicos que, desgraciadamente, cada vez son más difíciles de encontrar entre tanto topping y tanta pastelería importada y ultraprocesada.
Un clásico de El Cuervo
Los bizcochos de este céntrico bar de Jerez son elaborados diariamente en el obrador Santa Margarita, un clásico en El Cuervo. Sus diferentes tipos de bizcochos hacen las delicias en muchos puntos de la geografía andaluza y también son muy celebrados sus dulces típicos de Semana Santa como los rosquetes
Manuel López de Soria inauguró en 1942 un despacho de pan que ha acabado convirtiéndose en una prestigiosa pastelería y obrador en el que, cuatro generaciones después y tras más de 80 años, siguen elaborando dulces de toda la vida. Unos bocados que están al alcance de la mano si vives o visitas el centro de Jerez.