La política económica del virrey franquista en Andalucía, el general Gonzalo Queipo de Llano, incluyó la extracción por la fuerza de una enorme cantidad de dinero a las poblaciones que subyugó. Una cantidad de dinero que, aparte de enriquecer a los generales golpistas, debió financiar, efectivamente, al ejército nacional para la compra de armas y suministros de todo tipo.
Sabemos algo de la calculada y sistemática acción económica del general sobre las fuentes más pingües de los capitales y de los ahorros de los andaluces: “Prohibió el general Queipo de Llano todas las enajenaciones en subasta o sin ella de objetos de oro y sus aleaciones, acordadas por las autoridades militares y civiles, Montes de Piedad, casas de préstamos o de compra y venta y toda clase de entidades y particulares. Vencido el plazo de la operación que se tratase, el objeto de oro o aleación había de ser entregado a la sucursal del Banco de España en Sevilla, con expresión de la cantidad que por débito principal e intereses debía de percibir el acreedor. La sucursal del Banco de España daría al acreedor el importe de dicho valor y al propietario del objeto el escdente de la cantidad adeudada”. Pero hubo otras vías en caliente, denominada suscripciones, que aportaron al sanguinario militar fuentes de ingresos nada desdeñables.
Hasta ahora no era conocido el llamativo dato que aquí publicamos, a saber, que Jerez (ignoramos quién exactamente, si el Ayuntamiento, destacados empresarios, ciudadanos a título particular, víctimas del franquismo saqueadas y luego asesinadas, personas amenazadas, etc.), por "suscripción abierta en la ciudad" (un eufemismo que me abstengo de comentar), entregó al general -a solo dos meses vista del "alzamiento"- la importante cantidad de 52 kilos de oro. ¿Cuántas personas de izquierdas sufrirían la requisición a la fuerza de sus bienes para sumar oro a esa "suscripción abierta en la ciudad"? No lo sabemos, pero es de suponer con fiabilidad que los asaltos, violaciones de domicilios, requisas forzosas, etc., caerían con toda crudeza sobre las espaldas de quienes el régimen consideró, en palabras del mismo comandante Arizón, "la fiera marxista".
“El oro con que contribuyó Jerez a la suscripción. Sevilla, 10. Esta mañana visitaron al general Queipo de Llano el alcalde de Jerez don Bernabé Rico, el comandante de aquella plaza Marqués de Casa Arizón y el jefe de las milicias fascistas jerezanas señor Vega, haciéndole entrega de 52 kilos de oro, producto de la suscripción abierta a favor del Ejército. El señor Queipo de Llano agradeció mucho el desprendimiento y patriotismo de los jerezanos”. (La Voz, diario gráfico de Córdoba, 10/09/1936).
Otras muchas poblaciones de Andalucía pasaron por las mismas horcas caudinas del despiadado general-locutor: “Entrega de oro y metálico de Rute. Sevilla, 10. Una comisión de Rute visitó esta mañana al ilustre general Queipo de Llano. Los comisionados le entregaron siete kilos de oro, 43.200 pesetas en metálico y 18 monedas de oro con destino a la suscripción para la fuerza armada. Los comisionados también le regalaron una caja de aguardientes anisados de Rute. El general Queipo de Llano agradeció profundamente los importantes donativos hechos por la bella ciudad cordobesa”. (fuente: op. cit.)
Este impuesto de guerra recayó sobre Jerez y vino a ser entregado en mano al virrey de Sevilla por quienes aquí encabezaban el golpe: el alcalde Bernabé Rico Cortés (que, increíblemente, todavía conserva una placa conmemorativa con su nombre en la Barriada España), el comandante Salvador Arizón Mejías (que, increíblemente, todavía es públicamente honrado en el cementerio de Jerez con una lápida que ofende gravemente la dignidad democrática de Jerez) y "el jefe de las milicias fascistas jerezanas" (sic) sr. Vega.
Veamos una síntesis de quienes, quizás, ayudaron -a modo de cuadrilla de recaudadores- con sus organizaciones a recolectar tan grandes sumas de dinero con destino a las arcas de Queipo de Llano: “El partido unificado, es decir, FEJ cambia de sede y se ubica en calle Naranjas, 24, aumentando notablemente los afiliados. No obstante y como prueba de haber desaparecido las desavenencias, Falange se traslada en poco tiempo a la antigua sede de la JONS, ubicada en el número 6 de la plaza del Progreso. A finales de año es nombrado nuevamente Jefe provincial Joaquín Bernal Vargas, hasta ese momento Jefe local de Jerez, quedando de la siguiente manera la estructura en la provincia: Manuel Mora-Figueroa: Jefe de la Primera Línea Provincial; Luis María Pardo Maestre: Jefe Local de Cádiz; Antonio Vega Calero: Jefe Local de Jerez; Miguel Primo de Rivera; Jefe de la PL Local de Jerez. El nombramiento de Bernal se produce “por su gran ímpetu y grandes dotes organizativas, no en vano, Jerez era la JONS con mayor afiliación de la provincia y a su gran valentía, buena muestra de ello fue las heridas por arma de fuego producidas el 28 de mayo de 1934 cuando, en compañía de José Gómez, se encontraba parlamentando en el local del Sindicato de Albañiles de la CNT”. (J.I. Gómez Palomeque y M. Ramírez: 1936. Jerez en guerra, 1ª parte, ed. Tierra de Nadie, Jerez, 2014, p. 33)
Se ha hablado y escrito infinitamente sobre el famoso “oro de Moscú”, es decir, de “la operación de apropiación y traslado de 510 toneladas de oro en monedas, correspondientes al 72,6 % de las reservas de oro del Banco de España, desde su depósito en Madrid hacia la Unión Soviética, a los pocos meses del inicio de la Guerra Civil Española, por parte del gobierno de la II República, presidido por Francisco Largo Caballero, y a iniciativa de su ministro de Hacienda, Juan Negrín”. Sin embargo, no se ha hablado apenas nada de este oro recaudado pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, por el general golpista de Sevilla. Si Jerez y Rute ofrecieron conjuntamente casi 60 kilos de oro, ¿cuánto ofrecería el conjunto de los andaluces?, ¿una tonelada de oro?. No lo sabemos ni hemos leído ninguna información, artículo o monografía al respecto, pero los indicios señalados permiten suponer que cientos de kilos de oro seguro.
Recordemos la impudicia absoluta de este general advirtiendo cómo, no formalmente, ordenó al alcalde de Sevilla Ramón de Carranza que se le recaudara una enorme suma de dinero de la época para apropiarse por la cara del cortijo de Gambogaz: “El alcalde franquista Ramón de Carranza no lo pensó dos veces: hacer una suscripción popular para regalar una finca de 550 hectáreas de terreno y un caserío, el cortijo Gambogaz, al general golpista Gonzalo Queipo de Llano. La colecta popular ascendió a cien mil pesetas en diciembre de 1937. Una cantidad imposible entonces para un ayuntamiento colapsado por los rigores de la guerra. “A funcionarios del ayuntamiento y de la diputación de Sevilla les fue retenido un día de salario para recaudar parte de la ingente cantidad que forzosamente tuvieron que pagar junto a muchos vecinos de la ciudad”, aclara el investigador José Villa a Público”. Quién sabe si parte de esos 52 kilos de oro de los jerezanos fueron en parte a financiar la compra de aquel cortijo”.
Jerez no solo regaló a Queipo de Llano un bastón de mando hecho de caña de carey y empuñadura de oro, sino que además le ofreció un aeropuerto militar en Zarandilla, 52 kilos de oro, más financiación de algunos grandes empresarios, etc. No estuvo mal…
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