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Hace casi ocho meses desde que el obispado de Jerez asumió la gestión y administración de la Cartuja, desde el mismo día en el que la Hermandad de Belén dijo adiós los añejos muros del monasterio. Fue un 19 de marzo cuando esta orden dejó el cenobio y desde ese momento se abría un nuevo periodo que, en esencia, tenía un diseño y un plan para que el monasterio respondiera a todas las sensibilidades, pero ahora de la mano de la Iglesia local.
Había prisas e inquietudes para que las cosas cambiaran, esencialmente en lo que se refiere a las visitas como principal reivindicación. Pero el obispado tenía claro el camino a recorrer, un camino marcado por una planificación que, además de atender la apertura del conjunto, no dejaba de la mano el aspecto espiritual. Una comisión de trabajo que ahora conforma el grupo de gestión empezó a dar lo primeros pasos, más aún con el impulso que supuso la llegada de la nueva orden de religiosas y con la puesta de largo del proyecto turístico-cultural.
Desde ese mes de marzo, “la verdad es que hemos crecido bastante. Al inicio lo que teníamos que hacer era una labor de asentarnos allí, de limpieza, de recogida, de adaptación, de ver efectivamente cómo teníamos que proceder para la apertura del monumento al gran público. Y en eso hemos estado trabajando estos meses”, declara a lavozdelsur.es Manuel Pareja, responsable del equipo de gestión del monasterio de la Cartuja.
Subraya sobremanera que, ahora, y tras el trabajo de arranque, “quien hubiera visto la Cartuja a principios de este año y la ve ahora desde el interior, se da cuenta del gran cambio que ha tenido en cuanto a la limpieza, orden… ese tipo de cuestiones que visualmente son muy llamativas”.
Acceso y seguridad: el nuevo aparcamiento
El proyecto de visitas, ahora restringido a los fines de semana, por grupos y guiados, tendrá un cambio importante a partir de enero. El objetivo es “intensificarlas”, pero el problema para activarlo “no está tanto en el interior del monumento, sino en los accesos y el acondicionamiento del aparcamiento”. Para ello han solicitado licencia para adecuar un terreno anexo al monasterio para tal fin, cuyas obras “no son largas ni complicadas, ya que solo se trata de allanar y poner el piso en condiciones”.
“Tenemos esperanza de que al final de este mes de noviembre o en diciembre podamos tener autorización para adecuar esta finca anexa al monumento como aparcamiento donde el público pueda venir y se pueda acceder con cierta seguridad, porque insistimos que es un problema de acceso y de seguridad más que del interior del monumento”, matiza Pareja.
Confiesa que este tiempo con las visitas guiadas los fines de semana “está sirviendo para testar el grado de satisfacción, los tiempos de duración, el relato. Todo eso lo estamos puliendo en este tiempo”. Abunda diciendo que “esto es importante porque es un monumento que ha estado siempre cerrado y que ahora se abre. Necesitábamos un periodo de adaptación y cierto es que estamos aprendiendo y modificando y retocando sobre la marcha, y complementando lo que queremos que sea el relato, la visita y la experiencia del visitante”.
Las visitas diarias y libres, en estudio
Así las cosas, Manuel Pareja espera que en enero se pueda abrir la Cartuja “de una manera masiva y con un contenido incluso más completo”. Otra cosa será el segundo paso a dar, las visitas diarias y libres para las que “todavía no hay una fecha, pero sí que en el futuro nos gustaría establecerlas, pero cuando el visitante pueda disponer de una herramienta que le guíe por el itinerario con una locución. O bien con una audioguía o una app desde el móvil, que es el sistema más lógico”.
Otro frente son las celebraciones. Recientemente, se celebró una boda en la iglesia del monasterio, evento que fue derivado a la Cartuja, ya que en origen iba a ser en Santo Domingo el 19 de octubre, día de la Magna, lo que obligó a cambiar de templo y ofrecerle a la pareja la opción cartujana, una oferta nada desdeñable.
Un documento para regular las bodas y comuniones
En este ámbito, Pareja adelanta que se va a establecer la posibilidad de que determinadas celebraciones litúrgicas puedan llevarse a cabo, tales como bodas o comuniones: “Estamos teniendo peticiones, pero ahora trabajamos a nivel diocesano en un documento donde se regule y se establezca el uso de la Cartuja, dentro del ámbito pastoral del monumento, para este tipo de celebraciones”.
Reconoce que están recibiendo peticiones de información, que no están siendo pocas, “pero todo esto se regulará dado que la organización de una boda tiene unos requerimientos como la fotografía, flores, el sacerdote oficiante, accesos…”.
El 16 de septiembre, las Hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo llegaron a la Cartuja. Cuatro religiosas que se ocupan de habitar y ordenar las liturgias religiosas. Ya asentadas en el monasterio, ocupan la parte no monástica, lo que era la antigua hospedería: “Están contentas y la diócesis también lo está con ellas, para nosotros la valoración es muy, muy positiva, por no decir fantástica”.
Llevan toda la atención pastoral del monumento, como las misas en la capilla de caminantes todos los martes y los jueves, también las eucaristías a las nueve los domingos en la iglesia mayor, así como otros actos de culto sacramental. Asimismo, están ayudando a poner en marcha la tienda que se abrirá en el cenobio en un corto plazo de tiempo.
Venta de entradas online
El aspecto económico en cuanto al coste que tiene el mantenimiento del conjunto, el personal, así como obras menores u otras iniciativas como el aparcamiento, lo está asumiendo el obispado jerezano dado que por ahora amortizar gastos con el precio de las entradas es imposible, “tienen un precio muy reducido porque estamos en esa fase de prueba y realmente los ingresos que está teniendo la Cartuja por las visitas no es notable. Están siendo muy reducidas, solo los viernes y sábados en grupos de no más de 25 o 30 personas”.
Sin embargo, las expectativas no pueden ser más optimistas. "Hay muchísimo interés por visitar el espacio, esperemos que a principios de diciembre podamos activar la compra de entradas online. Ahora mismo se hace a través de un correo electrónico del monasterio y bueno, es un sistema muy precario todavía”.
"Los costes de personal, mantenimiento menor y otros los soporta el obispado. Las entradas todavía no dan para amortizar gastos"
“Esto es una maravilla”: la demanda, sobresaliente
El gerente de la Cartuja es taxativo al afirmar que hasta que no esté abierto el aparcamiento, “no nos parece prudente ni seguro abrirlo de forma masiva”. La demanda es muy notable “pero no solamente de gente de Jerez, también de la provincia, de muchos extranjeros…” y relata que “nos escriben desde fuera de España que quieren venir a ver la Cartuja y les estamos emplazando a que en breve desde la página web se podrá hacer la compra online y la reserva del día para la visita”
Precisamente, la conversación con los visitantes es otra forma de testar el grado de satisfacción, “la reacción del visitante es muy positiva, es decir, la gente no se espera lo que hay aquí dentro, un monumento de esas características. Se quedan muy sorprendidos con el relato, es decir, no solamente la piedra o el sitio, sino lo que allí se ha vivido, la espiritualidad, el silencio, la quietud, un poco el modo de vida de la Cartuja, así como la propia estructura del monumento. La gente solo dice que esto es una maravilla”.
Manuel Pareja aprovecha para reivindicar a las administraciones su colaboración: “Es verdad que el obispado tiene la obligación del mantenimiento ordinario, pero la del mantenimiento extraordinario, que es mucho más costosa, hace falta la colaboración de las administraciones, me da igual de qué administración y de qué color sea”, concluyendo con que “cuanto más enseñemos la Cartuja, más aprenderá la gente a querer su patrimonio. En eso estamos”.
Llamamiento a las administraciones para las 'urgencias'
El grupo de gestión, en cuestiones de obras importantes, hará llegar Ministerio de Hacienda, titular de la Cartuja, no solo el obligatorio informe anual, también otros sobre urgencias concretas: “El estado en general de la Cartuja no es malo, incluso la gente entra y dice, esto está mejor de lo que yo pensaba”. Pero hay elementos que sí que están en un grave riesgo y pone como ejemplo la portada de Andrés de Rivera, “que es una maravilla, pero que apuntarla urgentemente porque desde que se abrió la autopista, el deterioro está siendo cada vez más notable, con grietas por la vibración de los vehículos”. No quiere ser alarmista, “no se va a caer mañana, pero eso hay que apuntarlo ahora, intervención que tiene un coste importante”.
Otros espacios en delicado estado son el refectorio cuyas bóvedas hay que revisarlas, “el claustro grande, sobre todo el capítulo de los padres, sobre el que se pidió en diciembre del año pasado, el IRPF cultural, porque ese sí que está en un grave peligro y la espadaña”. Espera respuesta y posiblemente llegue en diciembre.
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