Las Zambombas están de moda. Algo evidente, solo hay que ver la gran cantidad de público que visitó Jerez el pasado fin de semana, el segundo oficialmente de este evento festivo y navideño. Muchos visitantes que vienen de fuera para disfrutar del gran ambiente de la ciudad.
A pesar de la masificación, lo cierto es que las dos mañanas posteriores a las Zambombas, las del sábado y del domingo, hubo un importante esfuerzo de limpieza en las calles del centro, que amanecieron recogidas y sin restos de basura ni de suciedad acumulada.
Por lo general, el ambiente que prima es el de disfrutar de los villancicos flamencos, las palmas y la alegría. Eso sí, en algunos casos, especialmente entre visitantes -pero también entre autóctonos-, lo que prima en realidad es la fiesta por la fiesta, el alcohol y otras 'modalidades' que nada tienen que ver con la tradición.
Por eso, no fue difícil encontrar algunos casos que, como poco, llaman la atención. Un joven sacó una trompeta frente a un bar y animó el ambiente con villancicos. Algo impropio de una Zambomba. Además, en plena calle, un grupo comenzó a pasarse una bota de vino al estilo de los sanfermines. Y dos personas se animaban con las sevillanas, muy poco navideñas.
Es parte del crecimiento de la ciudad. Imágenes que hablan de una diversificación del ocio en Jerez, importando comportamientos más propios de otros eventos como ferias o verbenas.