Hace unos días que Paco Romero no puede entrar en su bar, Puerta Grande. Está precintado con un candado, si bien consiguió que la Policía Local no le pusiese el precinto, por la imagen que da. "Yo les di mi palabra de que no iba a abrir el bar hasta que no haga la obra, y no lo voy a hacer", expresa este hostelero de Jerez.
Paco tuvo que cerrar su bar el pasado viernes por la denuncia que interpuso la vecina de un piso superior del portal junto al bar por ruidos y por olores desagradables. La policía acudió a precintar el local. Mientras lavozdelsur.es habla este lunes con Paco, varias vecinas pasan a saludarle y a mostrarle su apoyo. "¡Paco, que te sea leve!", exclama un hombre al pasar. "A él lo conocemos de siempre", expresa una vecina. "Aquí no hay ruido, ni escándalo, ni nada. Abre a las 8 y a las 22 cierra. No es hora de armar fiesta, y no tiene mucha gente", apunta otra vecina.
Este hostelero ha regentado salas de fiestas en Chipiona, Sanlúcar y Marbella. Lleva 17 años al frente de este bar que tiene en alquiler, "ya para 18", según aclara él mismo, y vive justo al lado. Solo tiene tres mesas en la puerta, que hacen de pequeña terraza del bar Puerta Grande. El caso es que durante los últimos ocho años, afirma haber tenido problemas con esta vecina. Sospecha que le ha tirado la antena de la televisión en varias ocasiones. También apunta que, antes que él, este bar ha tenido ya cuatro o cinco inquilinos que han tenido que dejarlo por el mismo motivo. Otros vecinos de la zona corroboran lo relatado por Paco Romero.
"Si hay gente, se pone ahí a echar tierra de las macetas y a fastidiar, y entonces echo los toldos. Yo nunca he tenido ni he querido directamente problemas con ella, pero ahora se ha puesto con los olores, me ha denunciado cinco o seis veces", explica Paco Romero. Aclara también que la azotea que da justo encima del bar es propiedad del local, pero afirma que esta vecina la ha asumido como propia. Señala que peleará eso con un abogado, a raíz de este conflicto.
"Ha venido Medio Ambiente, Urbanismo… a comprobar que todo estaba bien", explica. Hasta que, según afirma Paco, "de buenas a primeras llama a Antena 3, empieza a decir públicamente que las autoridades no le echan cuenta, que no le hacen caso, y a los tres o cuatro días vienen diciendo que van a precintar el bar", relata.
Una obra que llega tras un largo historial de conflictos
Junto al candado que sirve de precinto al bar Puerta Grande, entre los barrotes de la ventana, se encuentra una pancarta arrugada en la que pone 'Todos con Paco'. Quienes pasan, comentan el cierre del bar y dan ánimos a Paco.
Según explica el hostelero, la vecina, además de ruidos, también ha señalado en su denuncia los malos olores, pero el hostelero afirma que él no tiene cocina. Solo ofrece bebidas y tapas frías, como queso, chorizo, caña de lomo o jamón.
Debido a esta denuncia, el bar, se encuentra actualmente precintado, y Paco no puede entrar, tampoco para hacer gestiones o para comprobar que todo esté bien. "Estoy esperando que me llame el arquitecto, que ya ha solicitado la licencia de obra en el ayuntamiento para insonorizar. No hay ruido, pero la ley dice que hay que insonorizarlo, así que lo vamos a hacer. Cuando tenga la licencia del Ayuntamiento y el presupuesto de la empresa, ya puedo abrir para que hagan la obra", explica.
En total, el arquitecto le ha dicho que pasarán unos diez o doce días hasta que pueda abrir al público de nuevo. Todo eso, señala Sergio, que trabaja con él en el bar, "son pérdidas". A eso hay que añadir, según explica el propio Paco, el dinero de los trámites de la obra.
"Yo sé que va a seguir", se lamenta Paco Romero. Y Sergio añade: "Esto es un sinvivir". Ambos observan con frustración la puerta cerrada del bar. Todos los vecinos que pasan conocen y saludan a este hombre de 76 años que lleva desde los cinco viviendo en la barriada de La Asunción.
Por lo pronto, el conflicto entre estos dos vecinos debería resolverse con la obra de insonorización que va a acometer este hostelero.
