Quedan muy pocas y menos aún en el casco histórico de Jerez, tan solo una en el centro del centro. Las papelerías, que antaño eran negocios rentables y necesarios, escasean en la zona en la que antaño había donde elegir, a no ser que nos movamos por las barriadas y, por supuesto, en los centros comerciales o grandes tiendas especializadas.
Nos centramos en conocer con detenimiento la papelería Laso, situada en la Alameda de Cristina desde hace 60 años. José Luis Delgado, 58 años de edad, es la segunda generación que está al frente de la papelería, negocio que inició su padre Luis Delgado Cazorla. Y no cierra, como han pensado muchos al ver la reja echada durante algún tiempo: “Ha sido un bulo que ha circulado por la ciudad y me he enterado de casualidad. Y no es la primera vez. Y lo único que pasa es que he estado cerrado una temporada por enfermedad, pero simplemente ha sido eso; sigo aquí en la tienda. Al pie del cañón”, señala Jose Luis.

Laso es más que una papelería, es un emblema dentro del comercio tradicional de Jerez. Obviamente, el negocio y su oferta han cambiado sustancialmente con el paso del tiempo, “pero nos vamos manteniendo y nos vamos adaptando a los tiempos”. José Luis Delgado recuerda que la tienda para él, de niño, era como su casa. De hecho su familia vivía junto encima de negocio, “llevo entrando aquí toda mi vida”, apostilla.
"No cerramos. Ha sido un bulo que ha circulado y no es la primera vez"
En 1999 se puso al frente de la papelería, 26 años a pie de mostrador y evolucionando para ofrecer material informático, que es lo que mandan los tiempos, “antes la papelería solamente eran bolígrafos y cuadernos, los cuadernos de rubio de antaño que se vendían mucho y ahora es el material informático, una gran cantidad de tipos de bolígrafos y de rotuladores que antes no había, lápices, material escolar en general y, además, suministramos a oficinas directamente, algo en lo que también somos fuertes”.
Pero si hay una seña que identifica a Laso es cuando llegan las vísperas navideñas. Es de los pocos escaparates donde se enseñan una gran cantidad de figuras de nacimiento y multitud de miniaturas para montar un Belén: “Es una afición que mi padre tenía desde hace muchos años; comenzó trayendo figuras de Navidad y más tarde se especializó en otro tipo de piezas, como miniaturas y demás”. De aquellos principios de la papelería, poco más queda, “los archivadores, que es lo más antiguo, el papel, bolígrafos, las cartulinas; también se han ido perdiendo los libros oficiales.

El acceso está a pie de calle y en un extremo de la alameda, un lugar de privilegio para observar la evolución del centro y especialmente en su aspecto comercial, “las grandes firmas se han ido, solo quedamos lo que es un negocio tradicional, casi todo familiar”. Pese a que se trata de un espacio pequeño, Jose Luis cuenta que para hacer frente a los precios que se ofrecen en los ‘súper’, "nos hemos adaptado también a los precios e intentamos comprar y tener mercancías baratas, económicas, pero primeras marcas, nunca comprar material que no sea de buena calidad”.
El escaparate navideño, "es una afición que mi padre tenía, que comenzó trayendo figuras de Navidad"
¿De dónde viene el nombre de Laso?, “es de la primera dueña, que se llamaba Sola, de apellido, y entonces lo cambiaron y pusieron Laso”. Cumplidos los sesenta, el futuro del negocio seguirá igual, "no necesito cambiarme a ningún sitio, la idea es seguir como estoy, pero siempre evolucionando. Muchos clásicos se siguen vendiendo bien, el bolígrafo, por ejemplo, pese a que se impone por goleada la escritura en el ordenador; incluso las clásicas agendas de anillas, “las faldillas de calendario, porque tienen un apartado para rellenar, sobre todo personas mayores que no se adaptan al teléfono y pueden anotar citas médicas, los cumpleaños de los nietos…”.
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