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El ex alcalde de Jerez cumple su primer aniversario en prisión tras ser condenado por enchufar en el Ayuntamiento a dos compañeros de partido. "Físicamente está más delgado pero psicológicamente es una persona fuerte, se sobrepone", afirman amigos y familiares.

Doce meses. 365 días. 8.760 horas. 525.600 minutos. Es el tiempo que acumula en prisión el hombre que fue alcalde de la quinta ciudad andaluza entre 1979 y 2003, y que encumbró aquel andalucismo hoy muerto y enterrado. El hombre que transformó, para bien y para mal, el Jerez que conocemos hoy, el político que no se retiró a tiempo, es un recluso más del módulo 12 del centro penitenciario de Puerto III. El generoso, el prepotente; el líder, el déspota; el odiado, el admirado; el repudiado, el querido... Este 24 de octubre se cumple un año con Pedro Pacheco en prisión. Y Pedro Pacheco se sigue preguntando inevitablemente todos los días qué hace allí. “Aquí la vida es dura y difícil; a veces me pregunto qué hago aquí, qué reinserción necesito a mis 65 años”, ha sostenido en numerosas cartas escritas de su puño y letra en todo este tiempo, según ha podido saber este medio. En las misivas, no es raro que opine de actualidad política, de la situación de Jerez, “una ciudad que está sufriendo tanto”, y del rumbo del Ayuntamiento, ese que pasó de la excelencia al cortijo.

Desde la soledad de esa celda de tres metros de ancho por cuatro de largo, con una ducha y una tele en la que suele ver los informativos y El Intermedio del Wyoming, Pacheco escribe y lee compulsivamente. “En la cárcel se reflexiona más que se conversa”, apuntan quienes le ven frecuentemente. “Pensará 700 cosas al día”. “No leo prensa, así me desintoxico”, escribe Pacheco en algunas de las misivas remitidas a amigos y conocidos en todo este tiempo. No lee prensa pero devora libros, documentos oficiales, normativas, tratados de Derecho, y revistas especializadas como La Marea, Jot Down y Alternativas Económicas. No tiene acceso a internet. Su WhatsApp se conectó por última vez en abril pasado. Obviamente tampoco tiene móvil.

Apenas unas llamadas a la semana y cuatro visitas en apenas una hora cada domingo a las siete de la tarde. Tras el cristal. Como el resto de convictos en esa “ciudad” que es la prisión de la carretera de Rota: desde proxenetas a violadores, desde narcos a homicidas. Viste con ropa de calle desde que sale de la celda a las ocho de la mañana hasta que regresa a las ocho de la tarde. Todos los días. 365 ya. Hace algo de deporte y asesora a otros reclusos con papeleo, escritos, recursos y hasta formularios para constituir parejas de hecho. Pacheco no es un preso al uso, aunque a todas luces es un número más dentro del módulo de respeto. “No tiene absolutamente ningún trato preferencial; al contrario, está mucho más vigilado que cualquiera. Él intenta pasar desapercibido, no quiere notoriedad. Allí dentro nadie normal puede estar bien, pero Pedro no es normal”.

“No tiene absolutamente ningún trato preferencial; al contrario, está mucho más vigilado que cualquiera"

Arrastra problemas en un oído y no ha podido ser visto por un especialista, y además no tiene ya dinero para pagar abogados. O sea, "tiene abogados, pero no del prestigio para pesar donde tienen que pesar para influir. Tampoco tiene siglas de partidos detrás suyas, por eso gente como Rato, Bárcenas o muchos de los ERE en Andalucía sí están en la calle tan tranquilamente". Por si no se recuerda, Pedro Pacheco cumple una condena de cinco años y medio de cárcel -el Supremo aumentó en año y medio más la pena impuesta por la Audiencia Provincial- por dos enchufes de compañeros de su entonces partido, el PSA, José López y Manuel Cobacho. El juez le impuso además una fianza solidaria de más de 200.000 euros por el denominado ‘caso Asesores’, donde mediaron delitos de prevaricación, malversación y falsedad documental. Fianza que ha satisfecho en solitario con la venta de dos propiedades inmobiliarias ante la insolvencia que alegaban los otros dos sentenciados. 

“Solo le queda la pensión de jubilación, no tiene nada”, aseguran las mismas fuentes consultadas. Gente muy cercana que no llega a entender que el ex alcalde y delegado de Urbanismo en plena época del pelotazo (2003-2007) cumpla una condena tan "desorbitada". "Muchas personas me aseguran que nunca le votaron pero no niegan que al menos en lo que respecta a este caso todo sea una exageración. El Lili (Aurelio Romero, veterano diputado del PP de Jerez) raro es el día que no me llama y me pregunta por cómo está Pedro. Tenía muchos defectos, pero si no hubiese tenido esa autoridad, Jerez no sería lo que es hoy".

 "El 'Lili' (Aurelio Romero, diputado del PP de Jerez) raro es el día que no me llama y me pregunta por cómo está Pedro" 

Sus amigos tratan de dibujar al hombre que ha quedado ahora tras aquel personaje, tras aquella camaleónica piel de político anacrónico, soberbio y carismático: “Si lo miras físicamente, está más delgado, no sé los kilos que ha perdido, pero son bastantes. Físicamente está bien. Psicológicamente es una persona fuerte, trata de sobreponerse, se sobrepone, pero a veces le ves con la mirada perdida y sabes que no está bien”. Un íntimo que suele verle a menudo asegura, en cambio, que sus “altibajos” son constantes. “Muchas veces se hunde, es que lo suyo no tiene fecha de caducidad a corto plazo”. Ha pedido permisos, ha solicitado el tercer grado –para el que necesita al menos otro año más-, y “le ha sido denegado todo”, confirman diferentes fuentes consultadas por lavozdelsur.es. Sus allegados no ven posible que pueda salir con permiso especial antes de marzo del año que viene. Ni siquiera coincidiendo con el nacimiento de su primer nieto, previsto para noviembre.

Pacheco pasa su primer año en edad oficial de jubilación entre rejas y, además, mirando de reojo otras causas pendientes. En enero está previsto que se celebre el juicio por la venta de la antigua estación de autobuses, una presunta transacción fraudulenta con la que el Ayuntamiento perdió dinero al tasarse el inmueble por debajo de su valor real de mercado. Lo que hoy es un bazar oriental destartalado en el que a nadie se le ocurriría invertir fue vendido, sostiene Anticorrupción, por un precio inferior para favorecer a terceros, supuestamente al conocido empresario de Ubrique José Luis López, con estrecha relación con Pacheco y que se puso las botas en Jerez durante la feroz burbuja inmobiliaria. También tiene pendiente el asunto de la casa de hermandad del Rocío y el de los huertos de ocio, en el que el Ayuntamiento ha anunciado que no ejercerá la acusación particular.

Una sucesión de causas judiciales que, reconocen sus amigos, "le inquietan; no sabe a qué atenerse porque aunque esté tranquilo al pensar que todo aquello se redactó conforme a los dictámenes técnicos, la realidad le dice que no las tiene todas consigo". Hay quien se pregunta si Pedro no ha sido el "robagallinas" de los políticos corruptos de este país. Otros entienden que el castigo es justo y merecido, como triste colofón a una trayectoria final demasiado errática. Hay quien considera que la inhabilitación polítca y la devolución con multa del dinero público malversado era suficiente. Un año después, con sus días y sus noches, no pasa una jornada en la que el exalcalde no se pregunte qué hace allí y por qué no fue capaz de evitarlo.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Fundador y Director General de ComunicaSur Media, empresa editora de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero'.

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