La tarde del miércoles 17 de abril, las compañeras de Myriam García, propietaria de la clínica de belleza Holistika, estaban fuera, realizando una formación, y ella estaba sola, algo que no suele ser habitual. Como a partir del jueves se tomaba unos días de vacaciones, aprovechó que no tenía clientes a media tarde para salir y realizar unas gestiones. No pudo siquiera comenzarlas, porque a mitad de camino empezó a recibir innumerables llamadas de vecinos y clientas preocupadas que la alertaban del fuego en su local y le preguntaban, asustados, si se encontraba dentro.
Myriam recuerda esa tarde como "una pesadilla": "Cuando llegué, me encontré a policías, bomberos... Un tapón de personas preocupadas por la situación y por si estábamos dentro", rememora. "En ese momento quise pasar, pero no pude, los policías me sentaron para dejar que los bomberos hicieran correctamente su trabajo. No era recomendable pasar, también por el estado de shock en el que yo estaba", relata.
Actualmente, el local se encuentra aún en un estado muy precario. "Está fatal", explica la propia Myriam. "Tenemos cuatro cabinas, y el foco del incendio estaba en la principal, que está completamente calcinada. Parte de la climatización está por el suelo, que está levantado, las paredes escarchadas…", cuenta.

Aún no se ha podido determinar el origen del incendio, pero según relata la emprendedora que le han trasladado los ingenieros forenses, pudo ser cualquier cosa. "En una clínica de belleza hay un montón de aparatología, aromatizadores… han podido ser un millón de cosas, hasta una velita", explica García.

No saben cuándo podrán regresar al local, algo que a Myriam, que da empleo a otras dos personas además de ella, le reconcomía por dentro. "Estaba viendo el local arder y pensaba ¿qué hago con mis compañeras, con los clientes, con mi proyecto?", recuerda.
Por eso, hasta poder reanudar la actividad en la clínica de belleza, han habilitado un espacio donde poder seguir trabajando habitualmente, o de la forma más habitual posible. Para ello, todas aquellas personas que quieran acudir a Holistika pueden pedir cita de forma habitual (por Whatsapp o Instagram, mayoritariamente). "Estamos trabajando de la misma forma, la única diferencia es que no estamos en nuestra clínica", aclara García.

En este mal trago, la jerezana se ha encontrado con incontables muestras de solidaridad por parte de su entorno y también de desconocidos. "Normalmente en los malos momentos te sorprendes desafortunadamente para mal, pero en este caso me he llevado una grata sorpresa, tanto de clientes como de comerciales, colaboradores de la clínica, familia, amigos, vecinos… La gente está siendo muy solidaria, muy paciente, muy empática", se sincera. Su clientela de siempre sigue acudiendo, y eso les está permitiendo mantenerse a flote.

"Creo que parte de la fuerza que tengo es esa ayuda moral que estoy recibiendo", apunta. Porque, aunque intenta mantenerse fuerte, están siendo semanas muy duras. Holistika era el proyecto de su vida, con el que llevaba ya seis años, los tres últimos en el local de la Avenida Caballero Bonald. "A día de hoy, aunque me mantenga positiva, porque al final parte de mi trabajo en estos momentos de presión es mantenerme firme y con actitud de lucha, lógicamente me levanto con mucha ansiedad, le doy muchas vueltas… Y ese día lo tengo grabado", relata.