Hubo un tiempo en el que el Ayuntamiento de Jerez, fruto de acuerdos de cooperación al desarrollo, enviaba viejos autobuses de su flota del transporte público a países del tercer mundo. Desde hace una década, sucede lo contrario.
El parque móvil de este servicio esencial apenas se ha renovado, por no hablar de la desatención a la puesta en marcha de una nueva red de autobuses que se prometió en junio del año pasado, tras doce años de un sistema que no funciona.
El siniestro de la tarde de este pasado viernes ha quedado un susto enorme, pero ver al autobús empotrado en una columna del icónico Gallo Azul, con clientes sentados en los veladores del establecimiento hostelero a esa hora, pone los pelos de punta por la tragedia que se ha masticado.
Para el personal de los autobuses urbanos, sin embargo, el episodio no es tan sorprendente, a tenor del estado de buena parte de la flota y de las condiciones de los mecánicos en talleres. "Poco pasa, los mecánicos de los autobuses de Jerez están como si trabajaran en Cuba", han asegurado fuentes de un servicio que depende de Comujesa, empresa municipal instrumental que coordina diferentes servicios básicos que gestiona directamente el Consistorio jerezano.
El Ayuntamiento de Jerez ha anunciado esta misma tarde que ha abierto una investigación, después de que el autobús se desplazara sin chófer dentro. El Volvo siniestrado —de los que trajo el gobierno de Pilar Sánchez cuando fugazmente ajudicó el servicio a Los Amarillos— fue hallado por un mecánico con el freno echado, lo que significa, cuentan las mismas fuentes, que "el fallo técnico ha sido muy gordo".
Un cóctel explosivo
El mal mantenimiento y una flota obsoleta es un cóctel explosivo. "Poco pasa", insisten. "Hay dos Mercedes viejos del año 95, los Iveco de Madrid que trajo Pelayo son de 2000, los Mercedes Citaro de gasoil son de 2007... Es una flota vieja y los mecánicos apenas reciben repuestos. Van parcheando de unos a otros", explican.
Del casi medio centenar de vehículos del parque móvil de los autobuses urbanos, hay 19 vehículos nuevos, 9 Mercedes y diez vehículos de la marca turca Otokar —en reting salvo uno, propiedad municipal—, señalan las mismas fuentes.
La alcaldable del PP, María José García-Pelayo, que municipalizó el servicio en su etapa de alcaldesa entre 2011 y 2015, se ha reunido esta misma semana con el comité de empresa para "ponerse al día del estado de la empresa y repasar las carencias y necesidades de un servicio que es vital implementar en una ciudad que debe tender a la descarbonización y las bajas emisiones, fomentando precisamente el transporte público sostenible".
La apuesta del actual gobierno municipal por los autobuses fue muy fuerte en el anterior mandato, con una renovación parcial de la flota y un intento serio por cambiar el modelo actual del servicio. Sin embargo, en este mandato —bajo el influjo de la pandemia— todo ha ido más lento, incluido el prometido cambio en la red que debía devolver al servicio a la senda del crecimiento en viajeros. Sea como fuere, viendo el panorama, solo se puede dar gracias por el hecho de que el impactante siniestro de este viernes solo se haya quedado en un tremendo susto que ha dado la vuelta a España.
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