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Los polémicos cajeros de criptomonedas están en Jerez: ¿qué hay que saber?

Tras perder alrededor de un tercio de su valor, el arriesgado mundo de bitcoin está a una operación de compra en Área Sur

Una persona utiliza el cajero de criptomonedas en Jerez.
Una persona utiliza el cajero de criptomonedas en Jerez. JUAN CARLOS TORO
09 de abril de 2025 a las 17:32h

Los cajeros automáticos de criptomonedas son unos tótems informativos que se han ido popularizando en los últimos años en muchos centros comerciales. Oficialmente, venden productos que vendrían a ser financieros: adquisición de una divisa que no es emitida por ningún país. O lo que es lo mismo, comprar monedas. Y están, como en muchos otros sitios, en Jerez. ¿Qué deberías saber?

Sobre las criptomonedas, hay desde hace años cierta polémica. Porque son las únicas monedas no emitidas por estados ni autoridad. Una creación propia de la era de internet. La más famosa de esas monedas es bitcoin, aunque hay otras como ethereum de gran popularidad.

¿En qué se basan estas monedas? Pues en lugar de que haya una autoridad como un banco central (el caso del euro) o una reserva federal (el caso del dólar), el número de criptomonedas existentes viene determinada por la resolución de problemas matemáticos que a medida que avanzan las fechas son más complejos. Es lo que se llama 'minar' criptomonedas: emplear ordenadores para que pasen horas y horas realizando cálculos. Ha llegado un punto en el que la electricidad empleada prácticamente cuesta más cara que lo que se genera, así que ese minado ha descendido. Un minado que provocó, de hecho, un encarecimiento de los ordenadores a nivel mundial -una crisis propia, la de las tarjetas gráficas, que ya ha descendido, y que ocurrió principalmente durante los años de pandemia-.

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Una operación en el criptocajero de Jerez.  JUAN CARLOS TORO

Las operaciones que se realizan con estas criptomonedas como bitcoin pasan a una especie de libro contable mundial que no puede hackearse, dicho de forma muy resumida. Así que esa es la fiabilidad de la moneda. Y como cada fecha que pasa es más difícil crerar bitcoins, su precio suele crecer.

Es un negocio impulsado por empresarios de internet, emprendedores digitales, y una legión de usuarios que más que para comprar y vender cosas, la han querido para especular con su precio: comprar por menos de lo que se vende. No es tan diferente a la bolsa de valores, aunque con valores de empresas, al final, hay un producto detrás que se financia. En las criptomonedas, escasamente hay economía real detrás.

Con la victoria de Trump (subidón de un día para otro) y su llegada a la Casa Blanca, el bitcoin alcanzó por primera vez los 100.000 dólares de valor. Lo normal hoy en día es tener fracciones de bitcoin, un 0,00X. Hay quien compró muy al principio y amasó fortunas. Por eso, por esa idea de cuál será el próximo bitcoin que conseguirá popularidad, muchos van creando su nueva criptomoneda. A veces, con diferencias sobre su estructura interna. Otras, enfocadas a un uso concreto -ethereum fue la moneda de los NFT, que da para capítulo aparte-.

 

Pero el sombrío futuro de la economía mundial -la real- ha retirado ese optimismo que generó Trump. La razón del boom fue que el presidente entrante anunció que Estados Unidos compraría reservas de la moneda. No se sabía por cuánto, pero a poco que fuera un 10 o un 20% del total de bitcoins existentes, el precio seguiría subiendo porque, por un lado, EEUU estaría respaldando a este valor -nunca dejaría que cayese, digamos- y porque habría mayor escasez de monedas (ley de oferta y demanda).

A pesar de eso, como parece que las economías del mundo podrían entrar en recesión, desde finales de enero -toma de posesión- hasta hoy, el bitcoin ha perdido casi un tercio de su valor. La semana pasada pegó otro bajón importante que acumulaba a la tendencia de bajada. Y parece que seguirá bajando. En cualquier caso, da igual cuánto valga el bitcoin. Lo importante es si mañana, pasado o dentro de un mes valdrá más o menos que ahora. Depende de cuándo se compre y cuándo se venda.

La polémica de estos cajeros

En Área Sur, centro comercial de Jerez, han instalado un criptocajero. En una imagen tomada sobre las 13 horas de este 8 de abril, el cajero anunciaba que podrían comprarse bitcoins por 79.327 euros. En esas horas, el precio rondaba los 73.000 euros según el mercado oficial. 24 horas despues, no llegaba a los 70.000 euros, una cifra que recuperó y volvió a perder justo antes de elaborar esta noticia.

Es decir, ese cajero, instalado por la compañía de exchange Bitbase, se lleva una importante comisión. Según webs especializadas, llega al 10% dependiendo de la fecha y de condicionantes como cuánto se compre o si hay registro previo.

Además de Bitcoin, pueden comprarse las siguientes criptomonedas: 

Ethereum (ETH): Propuesta en 2013 y lanzada en 2015 por Vitalik Buterin, Ethereum es una plataforma blockchain que permite la creación de contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (dApps). Su criptomoneda nativa, Ether (ETH), se utiliza para transacciones y operaciones dentro de la red.

XRP: Desarrollada por Ripple Labs, XRP es una criptomoneda diseñada para facilitar pagos transfronterizos rápidos y de bajo costo. A diferencia de muchas otras criptomonedas, no utiliza blockchain, sino un libro mayor distribuido llamado XRP Ledger.

USD Coin (USDC): USDC es una stablecoin vinculada al valor del dólar estadounidense, emitida por Circle Internet Financial. Su objetivo es proporcionar estabilidad en el volátil mercado de criptomonedas. Recientemente, Circle ha presentado una solicitud para una oferta pública inicial en la Bolsa de Nueva York.

Litecoin (LTC): Creada en 2011 por Charlie Lee, ex ingeniero de Google, Litecoin es una criptomoneda basada en el código de Bitcoin, pero con mejoras como tiempos de bloque más rápidos (2.5 minutos) y un suministro máximo de 84 millones de monedas. Utiliza el algoritmo Scrypt para la minería.

Cardano (ADA): Fundada en 2015 por Charles Hoskinson, cofundador de Ethereum, Cardano es una plataforma blockchain de prueba de participación (PoS) que busca ofrecer mayor seguridad y escalabilidad. Su criptomoneda nativa, ADA, se utiliza para transacciones y participación en la red.

Dogecoin (DOGE): Lanzada en 2013 por Billy Markus y Jackson Palmer como una criptomoneda satírica, Dogecoin se basa en el código de Litecoin y presenta al perro Shiba Inu del meme "Doge" como su logotipo. A pesar de sus orígenes humorísticos, ha ganado una comunidad activa y se utiliza para propinas y donaciones en línea.

Hay una última, BTBS, sin muchas referencias en internet pero que se correspondería con la moneda de Bitbase, la empresa que pone el cajero. 

En un mensaje en el tótem, ponen: "Compra y vende cualquier criptomoneda sin límites". Es decir, una compra más como cualquier otra, pero esta vez de criptomonedas, que van a un archivo virtual donde indique el comprador, su llamado monedero. Tampoco es diferente a comprar otras divisas: saldrá a cuenta adquirir dólares o yenes, por ejemplo, según suba o baje el mercado frente al euro. 

Es, en definitiva, una práctica arriesgada que bien merece mucha más información que la que aquí se facilita. Aunque la clave está en encontrar fuentes especializadas a la vez que honestas, sin dobles intereses para promocionar o no una compra concreta. La polémica está en que estos tótems, en realidad, vendrían a promover una operación muy arriesgada con cierta ligereza, toda vez que, dependiendo de cuánto se invierta. Además, porque cobran comisiones muy altas.

Ya a los centros comerciales llegaron en su día los Orbs, vender el escaneo del propio iris para generar una imagen única y por la que se pagaba hasta 60 euros, y que incluso se vieron en Sevilla. El objetivo era dar respaldo a Worldcoin para encriptar. Dinero rápido en el que muchos jóvenes -y no tan jóvenes- participaron.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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