Jerez tiene 16.000 naranjos. Decoran, huelen bien, aguantan la sequía y, sin duda, son los más admirados por los visitantes de fuera de Andalucía. “Los turistas se creen que donde hay más es en Valencia, pero es Sevilla”, dice Reyes Maraver, de 55 años, con el Alcázar de fondo. Esta es una de las paradas obligatorias de la ruta de indispensables de esta guía turística natural de Zaragoza, pero criada en el sur desde que tenía 8 años. Ni la Catedral, ni la Plaza de la Asunción o el Gallo Azul salen fuera de un itinerario que conoce al dedillo. “Ahora hay una lista de espera brutal para La Cartuja”, dice, mencionando al monasterio renacentista que se ha abierto al público por primera vez en su historia.
Una calle más abajo, se detiene en la Plaza del Arenal, otro imprescindible del centro. “¿A que no sabes dónde está el casco de Miguel Primo de Rivera?”, pregunta, señalando la estatua que es símbolo de la ciudad del Motor, del Sherry y del Caballo.
A Reyes le encanta esta profesión que desempeña como autónoma desde VentepaJerez. Es ya una veterana. Según comparte con lavozdelsur.es, enseña su ciudad desde que tenía 17 años. “El primer contrato me lo tuvo que firmar mi padre porque era menor de edad”, recuerda esta guía turística que siempre ha estado en academias de idiomas y que tuvo la suerte de trabajar en el sector turístico desde que se decantó por él.

“Mi madre tenía comercio y a mí me gustaba mucho la cercanía con el público”. Cuando arrancó, se sacó el carné de guía y el de dirección de hoteles y voló. Tras muchos 'vuelos', quiso echar raíces y eligió Jerez. Su patrimonio, sus rincones, su historia y sus monumentos. “El patrimonio que tenemos aquí y en toda la provincia da para mucho y para muchos”, comenta. Desde esa plaza que tantas veces ha recorrido, defiende a capa y espada su trabajo. Su meta es que los turistas se enamoren de esta ciudad, cuyos entresijos también conoce Miguel Ángel Rodríguez, jerezano de 60 años.
Junto a este autónomo de Turistea Cádiz y a otros seis compañeros más, han dado vida a la primera Asociación de guías turísticos de Jerez. Los profesionales echaron a andar en noviembre de 2024 tras una serie de gestiones burocráticas. Todos los socios y socias están acreditados con un carné de la Junta de Andalucía o uno de intérpretes de Patrimonio de la Comunidad Económica Europea.
El motivo de crearla no es otro que unirse para luchar contra las adversidades. “En los últimos años hemos notado mucho intrusismo”, dice Miguel Ángel que lleva toda su vida desentrañando ciudades. “Lo he compaginado con otros servicios, en diferentes empresas, pero nunca he dejado de ser guía turístico, hasta cuando no existían”, comenta. Como su compañera, también empezó muy joven y viajó por toda España y Europa hasta que se centró en la provincia de Cádiz hace unos 15 años, “cuando se vino arriba”.

El jerezano está implicado en esta asociación que tiene como objetivo proteger a los profesionales en un terreno cada vez más invadido por el free tour. “No podemos luchar contra los free tour, pero sí podemos decir que estamos aquí. Detrás de cualquier free tour hay detrás una gran plataforma. No vamos en contra de ellos porque sabemos que muchos son profesionales, pero sí estamos en contra del intrusismo”, sostienen.
"Queremos que la ciudad cuente con nosotros"
Reyes y Miguel Ángel perciben que “cada vez está avanzando más”. “Como el turismo se ha puesto de moda, todo el mundo sabe de todo y es capaz de enseñar una ciudad. Muchos trabajan por propinas, pero nosotros no”, añaden.
Los guías turísticos también han decidido unirse para que “la ciudad cuente con nosotros para las decisiones relacionadas con el turismo”. De momento, ya han mantenido varias reuniones con el Ayuntamiento de Jerez, que les ha incluido en la mesa de Turismo. Agradecen al Consistorio la ayuda prestada para sus inicios y solicitan que su voz esté presente en asuntos como dónde colocar un paso de patones o dónde establecer paradas de autobuses o la limpieza. En definitiva, les gustaría contribuir, con su experiencia, a mejorar el entorno y que “el turismo sea sostenible y no arrase con la ciudad”.


Son ellos los que pasan horas a pie de calle observando las necesidades de la ciudad. “Somos los primeros que captamos al visitante que viene de fuera. Nos enteramos de todo. Somos los cicerones y los que damos esa imagen de la ciudad”, expresa el jerezano convencido de que “la unión hace la fuerza”.
La asociación también busca obtener ciertos beneficios en el acceso a distintos monumentos, como del que ya gozan en la Catedral, algo que les facilita su facturación. “El poder entrar con los grupos a un precio un poquito más reducido para que encajen nuestras tarifas”, detallan.
A unos metros, otro compañero explica a los recién llegados los atractivos de los que presume Jerez. “Aquí tenemos ese triángulo amoroso que es el flamenco, el vino y la cultura”, expresa Reyes, mientras enumera las bondades de esta ciudad reconocida a nivel mundial que se llena de turistas, no solo en sus fechas más señaladas como las Zambombas o la Feria del Caballo.

Ella habla del circuito de Jerez-Ángel Nieto, del arte ecuestre o de las bodegas, pero también de su imponente patrimonio que no pasa desapercibido en su entramado urbanístico. “Podemos decir inclusive que Jerez tiene playas por la cercanía. Por su situación geográfica, se puede vender perfectamente playas y sierra”, añade.
Frente a la calle Larga, transitada por multitud de visitantes al año, Reyes y Miguel Ángel ponen en valor el esfuerzo que hacen los guías locales por empaparse de todos los detalles. En su oferta, además de paradas frente a los rincones más emblemáticos, contemplan rutas temáticas y a medida.
Destacan los paseos por las plazas, por los tabancos o por los palacios de los vinateros antiguos. Hay rutas dedicadas al flamenco y otras que descubren las iglesias alfonsíes o las leyendas. “Es una formación constante, como los médicos. Hay que actualizarse siempre porque hay datos que los historiadores demuestran que ahora no son”, explican los guías.
Hábiles con la memoria y expertos en hacer que los visitantes queden prendados de Jerez. A ellos, la ciudad ya les ha robado el corazón. Con ganas, quieren seguir haciéndolo con su formación, experiencia y acreditación por delante. El producto estrella es “la ciudad entera”.