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Raule, reencuentro con sus orígenes: "Estoy en mi mejor momento; la dopamina está las 24 horas"

Raúl Rubiales regresa al barrio jerezano donde se crió, La Constancia, después de 25 años consolidando una carrera musical potente en la que ya cuenta con tres discos en solitario, el último ‘Zurdo’

Raule, en el barrio de La Constancia en Jerez.
Raule, en el barrio de La Constancia en Jerez. MANU GARCÍA
22 de marzo de 2025 a las 12:02h

Soñando despierto

Una sintonía del iPhone despierta cada mañana a Raúl Rubiales (Jerez, 1984). Cada 15 días la cambia, porque llega un momento, cuenta, en que le pone de mala leche. Cuando abre los ojos en la cama, siente que su vida es un sueño, como diría Calderón de la Barca. Raule, como se dio a conocer, no recuerda nunca lo que soñó la noche anterior porque “llevo soñando despierto bastantes años”. Tiene la suerte de poder dedicarse a lo que más le gusta y tiene a su lado una bonita familia que le apoya.

En una tregua de lluvias, con Alba y su hijo, Avi, se ha acercado al barrio que le vio nacer. 25 años hacía que no pisaba La Constancia. “Increíble”, dice el artista que, con 7 años, ya estaba “dando cajonazos” con el instrumento que le regaló su padre, y, con once, empezó a cantar. Primero en un coro rociero, después por las ferias y, más tarde, desde 2007, con el grupo Radio Macandé. En 2015 inició una carrera en solitario en la que ha dado a luz a los discos Sin Protocolo, Limbo (2022) y ahora, Zurdo, su último trabajo, lleno de flamenco pop producido junto a La Tranchete Band.

Raule es un tío sencillo al que la fama no se le ha subido a la cabeza. Después de hacerse una foto con dos chicas, entra en la plaza Rafael Molina Lagartijo. Al lado de la que era su casa: Martín Ferrador número uno, primero derecha. Allí, justo enfrente del parque de Bomberos, menciona aquella vez que los efectivos le salvaron la vida tras salir ardiendo un colchón. “Esta foto pásamela, que a mi madre le va a hacer ilusión”, dice con el corazón lleno de recuerdos.

Pregunta. Estamos en La Constancia, ¿qué es lo que se le viene a la cabeza?

Respuesta. Miles de momentos. Aquí en esta plazoleta donde estamos ahora, es donde más partidos de fútbol he jugado yo en mi vida. Donde mi madre me llamaba por el balcón, ¡Raúl a comer! Y aquel es el local donde yo canté por primera vez. La primera vez que me atreví a cantar y donde me di cuenta de que a lo mejor podía ganarme la vida con esto.

Raule, durante la entrevista en la plaza donde jugaba de pequeño.
Raule, durante la entrevista en la plaza donde jugaba cuando era niño.   MANU GARCÍA

P.También ha sido un barrio muy castigado, se ha llevado más de 40 años luchando por su rehabilitación integral. Los vecinos han sufrido derrumbes de techos. ¿Cómo ha vivido esto que forma parte de la historia del barrio?

R. Cuando yo vivía aquí era un barrio súper bonito, humilde. Aquí todo el mundo nos íbamos juntos a la playa, hacíamos un montón de excursiones. Era un barrio que verdaderamente no tiene que ver con lo que es ahora. Me da mucha pena ver tantos coches aquí aparcados. Esto antes era impensable. Echo de menos a los niños jugando en la plaza, ya no hay. Sobre todo en esta, me hubiera dado un montón de alegría ver un montón de niños aquí corriendo hoy, que vengo con mi hijo. Está todo un poco reventado, están intentando arreglar algunos pisos, por lo que veo, pero me da mucha pena. Y es verdad que creo que queda muy poquita gente de las que estábamos aquí cuando yo vivía.

P. Es ejemplo de que los niños de barrios humildes pueden llegar lejos. ¿Recuerda la primera vez que recibió remuneración por cantar?

R. La primera vez que creo que cogimos algo de dinero fue en la feria. Teníamos un coro rociero que hicieron las madres de aquí, de la barriada. No fue directamente para mí, pero con lo que nos dieron nos fuimos todo el mundo a comer. Eso para nosotros era una locura.

Raule conversa con lavozdelsur.es en La Constancia.
Raule conversa con lavozdelsur.es en La Constancia.   MANU GARCÍA

P. Ahora que ha mencionado a las madres de la barriada, siempre ha dicho que su sueño era quitar a su madre de trabajar porque la veía echar muchas horas. Por suerte o por desgracia es la realidad de muchos asalariados y autónomos.

R. Por supuesto. Mi madre ha sido cocinera toda su vida y mi padre carpintero, echando más horas que un reloj. Y a mí me dolía mucho llegar a mi casa de fiesta con veinte años y ver a mi madre entrando a la misma hora que tú y venir reventada de trabajar. Era duro. Es lo primero en lo que pensaba cuando me preguntaban que qué iba a hacer cuando ganase dinero. Y lo he conseguido, le he quitado la hipoteca y la he quitado de currar. Eso ha sido lo principal. Antes de comprarme mi casa, le pagué la suya.

P. ¿En qué momentos de su vida le falta esa dopamina que le acompaña en este tour?

R. Ahora mismo, la verdad que estoy en el mejor momento de mi vida. La dopamina está prácticamente las veinticuatro horas. Primero porque tengo un nene de tres años, que es gloria bendita y es lo que me da la vitamina. Después tengo una familia en mi casa, mi mujer, que me quieren con locura. Esa dopamina siempre está segregando. Después también están los días grises, como creo que todo el mundo tenemos. Pero son ellos los que hacen que en esos días se vayan las nubes.

El artista jerezano, en la plaza Molina Lagartijo.
El artista jerezano, en la plaza Rafael Molina Lagartijo, en Jerez.   MANU GARCÍA

P. Kurt Cobain, David Bowie, Mozart eran zurdos. El 12% de la población mundial es zurda. Intuyo que también forma parte de esa minoría.

R. Exactamente. Para mí ha sido un handicap por el tema de la guitarra, porque la tengo que poner al revés. Entonces he tenido miles y miles de oportunidades de tocar guitarras de guitarristas a los que adoro y no he podido hacerlo porque las cuerdas estaban al revés. Pero bueno, dicen que los zurdos son más creativos. De esto me he ido enterando después, cuando ya le puse al disco Zurdo.

P. Una de las canciones de ese disco se la dedica a su hijo, nacido en el Hospital de Jerez. ¿Apostar por la sanidad pública, cuando puede optar a otras alternativas, es un acto revolucionario?

R. Por supuesto. Yo quería que mi hijo fuera jerezano, su madre es sevillana, pero eso lo teníamos claro desde el primer momento. Y, evidentemente, yo apuesto por la sanidad pública. Hay momentos en los que todo el mundo hemos llegado a un hospital y hemos querido ser los primeros pero hay que ser un poquito conscientes. Después, buscamos un seguro para resfriados y poco más, sobre todo, por tener un niño pequeño. Pero si me tuviera que operar, me operaría en el público. Estoy súper contento de cómo nos atendieron. Me encantó cómo nos cuidaron. Cuando llegamos, le dijeron a mi mujer, pero ¿tú qué haces aquí? ¿Qué haces que no estás en un hospital privado? ¿Cómo? Si lo mejor que tenemos es esto. Podíamos habernos ido a un privado, pero lo teníamos súper claro, yo quería que naciera donde nació su padre.

El jerezano comparte sus inquietudes.
El jerezano comparte sus inquietudes.   MANU GARCÍA

P. Ahora que está hablando de la sanidad, se me viene a la cabeza la cantidad de casos de agresiones a sanitarios que se están convirtiendo en frecuentes. 

R. Todo el mundo queremos que nos atiendan pronto. Con 17 años yo iba con mi madre o mi padre mala y gritaba nervioso. Pero cuando te haces mayor, vas entendiendo que se dejan la piel, que están todo el tiempo pendientes a nosotros. Yo puedo asegurar, desde lo que yo he vivido, que la sanidad pública es la mejor.

P. Su hijo está en el mundo desde hace casi tres años, ¿cómo es la conciliación siendo un padre cantante?

R. Mi hijo ha echado los dientes en un escenario. Todo el tiempo que pueda, me lo quiero llevar conmigo. Hay veces que no puedo, en septiembre de este año va a empezar el cole. Pero intento que él mame de todo esto. En mi casa está todo el día con una guitarra de plástico tocando y cantando mis canciones. Se sabe todos mis discos. Que mi hijo siga mis pasos es el sueño de mi vida. Pero que sea lo que quiera, mientras sea buena persona, me da igual que sea futbolista o albañil.

P. ¿Hasta qué punto cree que puede afectarle su ritmo de vida?

R. Cuando te piden una foto y vas con tu hijo en brazos, hay algunos que sí te respetan y otros que no y les da igual que esté tu hijo. Pero es algo que llevo muy bien, me gusta un montón que la gente me pare. Avi puede ir conmigo tranquilo por la calle. Que no voy de divo, ni mucho menos. Este niño se hace amigo de todo el mundo. Yo creo que me paran más por él que por mí.

Raule, junto a la casa donde se crió en la calle Matín Ferrador.
Raule, junto a la casa donde se crió en la calle Matín Ferrador.   MANU GARCÍA

P. Tiene por delante muchas fechas y un sold out en Sevilla. ¿En qué tipo de escenarios le da más respeto subirse?

R. Aquí en la plaza de toros de Jerez. El año pasado me dio un ataque de ansiedad. Yo en Jerez nunca vendía más de 50 entradas y cuando me lo propusieron, lo primero que dije fue que no. Me convencieron y pedí que no me dijeran lo que llevábamos vendido hasta el día de antes. El día antes estábamos en El Ejido y me llama mi manager y me dice que hay sold out. Imagínate el ataque de ansiedad que a mí me pudo dar que yo decía, yo no canto ni loco. Llegué a la prueba de sonido, tapado, creía que me iba a quedar mudo. La verdad es que lo pasé fatal, pero creo que fue uno de los conciertos más bonitos que he vivido. Cuando me levanté al día siguiente en mi casa, estaba mudo de todos los nervios y tuve que suspender los dos bolos que venían después. La plaza de España de Sevilla, también fue un punto de inflexión grande en mi carrera.

El artista se crió frente al parque de Bomberos de Jerez.
El artista se crio frente al parque de Bomberos de Jerez.   MANU GARCÍA

P. En 2023 le dan el premio Odeón a artista revelación flamenco, que recoge el testigo de los Premios Amigo, que se entregaron desde 1997 a 2007. Esta categoría no existía por entonces. Existe ahora, desde 2020, que es cuando se crea Odeón. ¿Qué lectura se puede hacer de ellos? ¿La industria de la música se da cuenta de que surge una nueva generación de flamencos?

R. Yo creo que la música va tan rápido que cada año salen nuevos ritmos, nueva música, se está creando música muy rápido. Vivimos muy deprisa y queremos consumir la música igual de deprisa. No paran de salir artistas, cada dos por tres sale un artista revelación y van muriendo artísticamente otros. Yo daría un montón de premios porque salen artistas increíbles todos los días.

P. Se nota esa emergencia.

R. Tenemos tanta prisa en escuchar algo nuevo que ya terminas una canción y ya estás cambiando a la siguiente a ver quién es el que viene. Hay tanta música nueva entrando… Lo veo bien porque la música al final es lo más bonito que yo conozco, pero también creo que deberíamos relajarnos un poquito. No sé, hay muchos artistas urbanos que están sacando temas cada semana y creo que eso no puede ser bueno, estás acostumbrando a la gente a darle un tema por semana y dentro de nada lo va a querer cada tres días.

P. Ahora hay más facilidad para hacer música.

R. Cuando no es orgánica, cuando estás metiendo samples y otras movidas. Es mucho más fácil que tener que grabar pista por pista con músicos orgánicos. Yo suelo tardar un poco más por eso, porque toda mi música es orgánica, no meto nada de mentiras. En la música urbana le das al play y la base está hecha.

P. ¿No le da la sensación de que Jerez suena más a nivel nacional?

R. Por supuesto. Yo a Jerez siempre lo llevo por bandera. Ha sido mi escuela. Todo lo que sé lo he aprendido de vivir en Jerez, de que me atraquen en Jerez, de que me enamore en Jerez. Todas estas cosas han hecho que yo sea el Raúl que soy hoy en día. Se lo debo todo a esta tierra.

Sobre el autor

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Patricia Merello

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