La relación de Jerez y del jerez con el Reino Unido hunde sus raíces en siglos de relaciones comerciales que fueron la consecuencia de un encuentro de intereses: la excelencia del producto jerezano y la aguda capacidad británica para garantizarse un mercado con lo exquisito. Uno de esos vinos que viajan cruzando el Canal de la Mancha es Harveys Bristol Cream, elaborado en Bodegas Fundador, que además tiene el importante plus de ser proveedor de la Casa Real Británica.
En pocas palabras, el vino que la recientemente difunta reina Isabel II tenía en el carrito-camarera de sus salones privados o en otras estancias más de uso oficial. También era el jerez que se servía en las galas o recepciones oficiales o cenas en Palacio. Este vínculo con la Casa Real Británica viene desde 1895 cuando reinaba la Reina Victoria; pero siguió con los sucesivos monarcas hasta llegar a Isabel II.
Es la única marca española, Harveys, que suministra a esta Casa Real bajo el sello denominado ‘Royal Warrant’, que según cuenta a lavozdelsur.es la directora de Relaciones Públicas de Fundador, María Eugenia Herrera, “es una orden que se decreta por la Casa Real para establecer los criterios de calidad y métodos para suministrar productos a Palacio”.
Además, María Eugenia Herrera asume la resposnabilidad de ser la garante de los vinos de la casa ante la Casa Real Británica; esto supone que sobre ella recae supervisar la calidad y la excelencia en los productos así como las relaciones con este singular cliente.
La monarquía británica no elige Bristol Cream solo por ser el número uno en consumo del mundo
Herrera explica que “hay una estrecha relación con la monarquía británica pero no eligen Bristol Cream solo por ser el número uno en el mundo en consumo; las claves están en que es un vino excelente, cuidado y seleccionado”. La diferencia en calidad con otras es el secreto de su elaboración ya que el Bristol Cream de Harveys “mezcla en su composición los cuatro vinos de Jerez: es dulce pero tiene el cuerpo de un oloroso, adquiere la gracia de los finos y la elegancia de los amontillados”.
El Bristol Cream fue primero en crearse como tal en la gama de jereces y fue en 1882 con una fórmula que no se limita al oloroso abocado con Pedro Ximénez. “La reina seleccionó el Cream Bristol Harvey y eso lo dice todo”.
La relación comercial es bastante sencilla; los encargados de las bodegas son los que “nos solicitan la cantidad que precisan, la cual la compran porque es una relación comercial. Lo pedidos dependen de factores como las recepciones, galas, cenas que se prevean; además no solo está el Bristol, también tienen la gama completa de los Vors de la bodega”.
“Es una distinción y sello de calidad y un orgullo ser la única empresa española proveedora de la Casa Real”, subraya la directora de Relaciones Públicas. ¿Seguirá siendo el Bristol Cream el jerez de Palacio? Herrera explica que ahora, tras el fallecimiento de Isabel II y la llegada de Carlos III, se inicia un lento proceso lento de renovación, “como ha sucedido cuando ha habido cambios de monarca en nuestra larga relación con la Casa Real; estos son procesos muy conocidos en la bodega”.
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