La Federación de Asociaciones de Mujeres Sol Rural lleva más de veinte años liderando las reivindicaciones feministas en el ámbito rural de Jerez, impulsando el cambio social y uniendo a diversas asociaciones que buscan revitalizar este entorno. Su nueva presidenta desde esta semana es Rocío Ocaña, que lleva en ella casi desde su fundación y que continúa el legado de la anterior presidenta, Francisca Gago.
Ocaña también es presidenta de La Hija del Sol, una de las asociaciones federadas en Sol Rural.
"Para mí, el nombramiento significa mucho porque llevo muchos años en Sol Rural y sentía que tenía que seguir en el proyecto de alguna forma", cuenta para acto seguido mencionar "el trabajo y la dedicación" de su predecesora, Francisca Gago. Desde Sol Rural trabajan, señala, "de forma solidaria", tomando cada decisión en las asambleas mensuales. Tienen tres valores importantes en el centro: empoderamiento, participación y reivindicación, "porque reivindicativas somos un poquito", añade risueña.
De reivindicación habla mucho, porque, en sus palabras, "en las zonas donde estamos hay muchas carencias, y a través de Sol Rural esa reivindicación siempre tiene más fuerza".
Actualmente son casi 30 las asociaciones que integran esta federación, movida por el afán de "aumentar nuestra presencia y que de verdad se nos escuche a las mujeres rurales". Ocaña señala como fecha clave el 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales; una fecha en la que las administraciones competentes, como la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento de Jerez, vuelven la mirada hacia entidades como la suya. En Sol Rural "ponemos en común lo que se necesita en todas las barriadas, como servicios públicos, transportes, nuevas tecnologías...", y trasladan esas reivindicaciones a los cargos en cuestión.
A las puertas de otro día señalado como el 8M, ya tienen varias actividades previstas, que organizarán conjuntamente con consistorios como el de Jerez o La Barca.
Preguntada por un objetivo principal que marcarse, Ocaña no duda: "A mí lo que de verdad me gustaría es no tener que estar tras una pancarta en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, cada 25N. Quiero colaborar en todo lo que podamos para erradicar la violencia machista y la violencia vicaria".
Una lucha de años por las mujeres del ámbito rural jerezano
Hace dos décadas la sociedad era otra, y Rocío Ocaña lo confirma: "Costó mucho sacar a las mujeres del espacio privado y llegar a la esfera pública. Empezamos con talleres, charlas, cursos, luego fuimos introduciendo la concienciación sobre la violencia de género... y así poco a poco, hasta llegar a lo que somos hoy y poder llevar a cabo cosas más importantes".
Por eso, uno de sus retos es continuar con ese camino y aumentar la presencia de Sol Rural y de la voz de las mujeres que viven en entornos rurales. "Lo que nos interesaba era salir de lo privado a lo público", y lo han conseguido. Hoy en día forman parte de órganos participativos como el Consejo Local de la Mujer del Ayuntamiento de Jerez, el Consejo Provincial de Igualdad y el Consejo Andaluz de Participación de las Mujeres, entre otros.
"Uno de nuestros objetivos es estar en los espacios donde se toman las decisiones, porque si no te escucha nadie en esos lugares, es como si no estuvieras"
Otro campo importante de batalla que señala Ocaña es la educación y la concienciación dirigida a las generaciones más jóvenes. "El machismo ha existido siempre, y desde el feminismo debemos partir desde la educación, con el objetivo de enseñar a los más jóvenes la noción de respeto", recalca. Ellas han llevado a cabo ya varios talleres y acciones en colaboración con institutos, en particular con el de La Barca.
Sobre las nuevas generaciones en el medio rural, apunta que "aunque aún haya que trabajar un poquito, tienen otra visión" diferente de la de generaciones anteriores. "Vienen a las manifestaciones, participan en actividades...", relata. Como ejemplo, señala el acto que llevaron a cabo por el Día Internacional de las Mujeres Rurales en el Centro Cultural de La Barca, donde se reunieron "entre 300 y 400 personas". Eso, dice, antes era casi impensable.
Pero no todo son avances; preguntada por los principales desafíos a enfrentar, señala la despoblación y también la conciliación. No es ningún secreto que las zonas rurales se ven muy afectadas por este fenómeno, y por eso no duda en pedir a las administraciones que se involucren en ello y "que nos tengan más en cuenta". Una petición que forma parte del alma y el ser de Sol Rural y que ellas continúan reivindicando con cada acción que realizan.