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La filóloga sevillana Rocío Rojas-Marcos: "Hay que conseguir que la gente entienda para qué sirven las Humanidades"

La profesora ha visitado la librería El Laberinto para analizar la obra del singular escritor tangerino Ángel Vázquez a través de su novela 'Se enciende y se apaga una luz'

Rocío Rojas-Marcos, en la librería El Laberinto de Jerez.
Rocío Rojas-Marcos, en la librería El Laberinto de Jerez. MANU GARCÍA
06 de abril de 2025 a las 20:36h

La profesora y filóloga Rocío Rojas-Marcos  (Sevilla, 1979) ha visitado la librería El Laberinto de Jerez para analizar la obra del singular escritor tangerino Ángel Vázquez, centrándose especialmente en su primera novela, Se enciende y se apaga una luz, reeditada recientemente por la editorial El Paseo. El acto sirvió para profundizar en la figura de un autor que, pese a ganar el Premio Planeta en 1962 con esta obra, ha permanecido al margen del canon literario español.

"Ángel Vázquez es un escritor absolutamente extraordinario e injustamente olvidado", afirma Rojas-Marcos. La profesora de la Universidad de Sevilla destaca cómo la peculiar posición geográfica y cultural del autor, escribiendo desde Tánger, lo alejó de las corrientes literarias predominantes en la España de posguerra. Se enciende y se apaga una luz marcó el debut narrativo de Vázquez, quien hasta entonces solo había publicado relatos breves.

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Rojas-Marcos, con la novela de Ángel Vázquez.   MANU GARCÍA

Rojas-Marcos, doctora en Literatura y Estética por la Universidad de Sevilla y especialista en estudios árabes, explica que su próximo proyecto académico seguirá profundizando en la figura de Vázquez. "En España se ha trabajado muy poco sobre su obra", explica, anunciando que este verano viajará a Tánger para consultar fondos documentales, incluido el diario España completo en la biblioteca del Instituto Cervantes local. Destaca el valor de la novela La vida perra de Juanita Narboni en su obra.

La experta no oculta su entusiasmo por volver a la librería jerezana: "Me encanta visitar El Laberinto. Es la tercera o cuarta vez que vengo, y siempre que Adrián Otero me propone participar en algún acto, acudo encantada". Rojas-Marcos elogia el papel de este espacio como dinamizador cultural en "un panorama editorial cada vez más árido".

La divulgación cultural

Más allá de su labor investigadora, la profesora sevillana destaca por su compromiso con la divulgación cultural. Defensora de sacar la universidad "del foso" metafórico de la institución, ha participado activamente en clubes de lectura y conferencias por toda Andalucía. Recientemente coordinó en la Facultad de Filología de Sevilla una original exposición de caligramas creados por sus alumnos, combinando poesía árabe y española.

"Me parece fundamental que la universidad salga de sus paredes. Nuestro rectorado, que es donde está Filología, está rodeado por el foso de la antigua fábrica de tabaco, y yo siempre lo utilizo de metáfora. Nosotros tenemos que conseguir que la gente entienda para qué sirve nuestro trabajo, para qué sirven las Humanidades, para qué sirve estudiar el pasado de nuestra literatura. Para conocernos mejor hoy, para conocer mejor de dónde venimos y qué somos. Me encanta hablar con mis alumnos, me encanta contarle aquello de lo que yo aprendo. Yo siempre digo que soy una afortunada, mi trabajo es el mejor del mundo porque me obliga a mí a estar en constante contacto con estudiantes, con gente joven y además constantemente aprendiendo, porque claro, ellos van a estar siempre demandando cosas de actualidad, no solo que yo les cuente algo que pasó en el siglo XIII, XV o XIX. A mí me gusta que tengamos la capacidad de traérnoslo al día de hoy", explica.

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La profesora y filóloga, junto a Adrián Otero en El Laberinto.   MANU GARCÍA

Sobre el estado actual de las humanidades, Rojas-Marcos mostró un optimismo combativo: "La universidad no tiene por qué habilitarte para una profesión concreta". Desde su experiencia en el Grado de Estudios Árabes e Islámicos, destacó cómo antiguos alumnos han encontrado salidas profesionales diversas, desde la docencia hasta la diplomacia o el sector empresarial.

La conexión con Tánger

El coloquio también permitió a Rojas-Marcos compartir su conexión personal con Tánger, ciudad que conoce profundamente y donde ha desarrollado parte de su investigación. "Para mí Tánger forma parte de mi esencia", confesó, recordando sus veranos en Tarifa con el horizonte africano siempre presente. Esta vinculación emocional e intelectual la llevó a especializarse en la literatura española producida en el norte de Marruecos.

El acto en El Laberinto no solo revindicó a Ángel Vázquez, sino que mostró el perfil polifacético de Rojas-Marcos: académica rigurosa, divulgadora entusiasta y puente entre culturas. 

Sobre el autor

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Francisco J. Jiménez

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