El barrio de San Miguel no se ha librado del colapso que ha sufrido el centro histórico de Jerez en este viernes de Zambombas en el que ha sido una misión imposible transitar por las principales arterias del casco antiguo de la ciudad.
El referido barrio ha acogido la segunda (la primera tuvo lugar el pasado día 2 de diciembre) Zambomba de la hermandad del Santo Crucifijo.
El silencio habitual que acompaña las salidas y recogidas de dicha hermandad ha dado paso en esta ocasión al jolgorio y la alegría.
Los aledaños de la iglesia de San Miguel estaban a rebosar. Esta Navidad se han desbordado todas las previsiones y la afluencia de público está siendo tremenda.
No hay rincón con un poco de paz y tranquilidad en un centro masificado que contrasta con el cuerpo desangelado que luce otros meses del año.
De todo lo que está pasando este año, de lo positivo y lo negativo, habrá que tomar buena nota esta Navidad. Del colapso al desmadre o a que pueda pasar algo grave hay un fino hilo que ojalá no se atraviese nunca.
En San Miguel, como en la mayoría de eventos que se están celebrando estos días en la ciudad, los presentes disfrutaron a lo grande.
Y de eso se trata, de que se pueda pasar bien pero sin tener que lamentar cualquier percance o suceso debido a la masificación de gente que se agolpa alrededor de muchas Zambombas.