La concentración que se ha llevado a cabo esta mañana a las puertas de un centro de salud jerezano podría ser una estampa que se repitiera en muchos otros centros de salud de la provincia de Cádiz, e incluso de otros lugares del país. Porque las agresiones a médicos, enfermeros y otros trabajadores del sector sanitario suponen una problemática creciente, que ha aumentado después de la pandemia y que afecta más a las mujeres.
Este pasado viernes, la acompañante de una paciente agredió a una médica del centro de salud La Granja, en Jerez. Ambas acudieron al centro a solicitar una cita para urgencias. Tras insultar al personal que gestionaba este servicio, acudieron a la puerta de la consulta de la doctora en cuestión a proferir gritos. La profesional salió a ver qué sucedía y la acompañante de la paciente amenazó y dio un tirón de pelo a la doctora.
Por eso, los sanitarios, acompañados del Sindicato Médico Andaluz, CSIF, Satse y UGT, se han concentrado esta mañana a las puertas del centro para reclamar la presencia de agentes de seguridad durante el horario de apertura, como ya sucede en otros consultorios.
"Nos movilizamos hoy para protestar y para dar visibilidad a este grave asunto que tantas veces nos trae en concentraciones, no solo en Jerez, sino también en el resto de la provincia", explica Juan Benjumeda Peñafiel, del Sindicato Médico de Cádiz.
En enero, sin ir más lejos, tuvo lugar otra agresión también en Jerez, en el centro de salud de San Benito. Una persona profirió insultos y amenazas contra los trabajadores que allí se encontraban, causando además destrozos en las dependencias del centro. Hasta cuatro patrullas de la Policía Nacional acudieron al lugar.
Benjumeda refiere que este tipo de agresiones son habituales en estos centros que no tienen seguridad. Por ejemplo, en el caso de San Benito, en el momento de la agresión había personal de seguridad en horario de mañana, pero no de tarde. Este profesional aclara que en aquellos centros en los que sí hay personal a ese efecto, las lesiones más graves, si no se han erradicado, "al menos ya son muy raras". También reclaman sanciones económicas, especialmente en los casos en los que la agresión o la lesión dé lugar a una baja del o la profesional agredida.
Dos médicos son agredidos cada día en España
El Observatorio contra las Agresiones de la Organización Médica Colegial de España publicó recientemente los datos relativos a 2023. En este año, se han registrado un total de 769 agresiones a médicos y médicas. Benjumeda también señala este hecho: "Lo dice la estadística: una médica de atención primaria es el perfil de persona agredida. Eso genera incluso miedo para hacer las guardias, quedarse sola… También habría que adaptar las consultas para que no sean una ratonera y el profesional no se vea atrapado".
De las cifras de este Observatorio se desprende que, aproximadamente, dos profesionales de la medicina sufren una agresión cada día en España.
Por su parte, y según las cifras que maneja el Colegio de Médicos de Cádiz, en 2023 fueron comunicadas 25 agresiones a profesionales colegiados. Pero, como recuerda uno de los sanitarios asistentes a la concentración de hoy en Jerez, "lo que se produce es mucho más de lo que se denuncia".
La evolución de las cifras muestra una tendencia al alza, especialmente después de 2020, año de la crisis sanitaria. Según datos de la Policía Nacional, en 2023 la provincia de Cádiz fue una de las que más denuncias registró por agresiones a médicos, enfermos y celadores.
La mayor parte de estas agresiones tienen lugar en el ámbito de la atención primaria, según las cifras del Observatorio. Sus trabajadores son quienes más expuestos están a las consecuencias de un sistema saturado, con listas de espera notables y falta de personal. Además del mencionado problema de falta de seguridad.
Así lo explica también Sonia Martín, de CCOO: "Es un tema complejo de base que está tocando a la atención primaria al completo. La saturación, la falta de recursos humanos… y entre eso y que no hay seguridad en los centros…".
Las agresiones son por supuesto injustificables, pero explican que todas estas faltas del sistema pueden ser detonantes para ciertos tipos de personalidades, que gestionen de forma violenta un atraso en una cita o la imposibilidad de conseguir una.
Las carencias del sistema afectan así tanto a pacientes como a profesionales. Una de las sanitarias asistentes a la concentración en el centro jerezano explica que se sienten "vendidos", "expuestos a lo que el usuario quiera hacernos".
Un sentimiento que parece repetirse entre muchos trabajadores del sector. Se trata de una problemática que ha aumentado en los últimos años, como explica Benjumeda: "Vemos actitudes mucho más violentas cada año, aumentan la mala educación, los insultos...".
La reclamación del personal es clara: que haya agentes de seguridad en todos los centros durante todo el tiempo en que permanezcan abiertas sus puertas, para que así también puedan ejercer su profesión sin sentirse intimidados ni agredidos.