Jerez, que en 1873 contaba con algo más de 50.000 habitantes, veía por fin de cerca el sueño de tener una Plaza de Abastos moderna y acorde a las de los municipios más avanzados de su época. Así fue proyectada en aquel año por José Esteve, aunque la historia es bien larga.
La ciudad había tenido varios mercados desde época medieval, como el del propio barrio de San Mateo y la homónima plaza del Mercado, la plaza Plateros, al aire libre, o el de la calle Pozuelo, hoy reconvertido en sala de arte. La Pescadería Vieja, tal y como fue conocida, fue inaugurada en 1800. No obstante, el precedente más inmediato del mercado actual es otro que había en el mismo emplazamiento: el de San Francisco. Allí se construyó en 1812 un pequeño mercado, que no ocupaba toda la extensión del actual. Pero, ¿cómo y por qué se proyecto la Plaza de Abastos que conocemos hoy día?
El doctor en Medicina y cirujano Francisco Revueltas y Montiel, alcalde en época de la Primera República, quería proyectar grandes obras en la ciudad, a la par que otros municipios españoles de la época que se abrían paso hacia la modernidad de época decimonónica. Así, acordó el 14 de abril de 1873 un préstamo para realizar varias obras, encargadas al entonces arquitecto municipal, el valenciano José Esteve y López.
Una vez se aprobó el proyecto, el mercado empezó a construirse sobre los terrenos del anterior, pero también sobre el Convento de San Francisco, que fue incautado a raíz de la Desamortización de Mendizábal, pudiendo ser utilizado por la corporación municipal. La superficie total del nuevo mercado era superior a los 3.000 metros cuadrados, con cinco solares añadidos por los que el Ayuntamiento desembolsó más de 50.000 pesetas.
La primera piedra se colocó el 29 de junio de 1873, guardándose en un cofre en su interior los números de los periódicos de aquel día, como las ediciones de El Porvenir, El Guadalete y La Opinión. El mercado fue construido con piedra, ladrillo e hierro, este último originario del taller de Joseph París en Bélgica. La construcción incluía un sótano para conservsar los alimentos, así como varias puertas, tres principales, una a San Francisco y dos más a Doña Blanca. La construcción se demoró hasta 1885, inaugurándose un 25 de abril tras una noche de fuegos artificiales, en un día muy lluvioso ya bajo la alcaldía de Rafael Romero Castañeda y el reinado de Alfonso XII.
A la inauguración se le sumó un banquete de comidas entre las que se incluía un menú muy curioso, con 'Xerez Amontillado', vino de Burdeos y champán. En el menú, escrito en francés propio de los mejores restaurantes de la época, hay desde pudding, hasta paté a la fiorentina, galletas, pescado y frituras variadas.
La foto que preside este artículo es concretamente de del 20 de diciembre de 1880, cuando aún la plaza de Abastos estaba en construcción y en el ecuador de su proceso, ya que los retrasos impidieron que no se finalizara antes de 1885. Historia viva de Jerez que, tras continuas reformas —la última, con la renovación de puestos este mismo año—, sigue ofreciendo a los jerezanos y las jerezanas el principal mercado público de carne, pescado, frutas y verduras frescas del centro de la ciudad casi un siglo y medio después.
Comentarios