El próximo septiembre se cumplirán 15 años desde que la antigua multinacional Saint Gobain-Vicasa echó el cierre a la fábrica de botellas de Jerez tras una centenaria y próspera historia en la ciudad. Tras década y media de abandono —salvo los años en los que se mantuvo un centro logístico y taller de moldes de Verallia (Vicasa)— la enorme extensión de terreno casi en la primera corona del centro de la ciudad sigue esperando proyecto.
En 2015, Verallia pasó a ser propiedad del fondo de inversión Apollo Global Management, por lo que a día de hoy el dueño de esos terrenos junto a la avenida de Arcos y la ronda de los Alunado es el fondo regentado por un billonario neoyorquino, Leon Black, que lo mismo compró El grito, de Munch, por 91,2 millones en 2012, que adquirió la mansión en Los Ángeles de Tom Cruise por 40 millones.
Entre 2017 y 2018 se publicaron las últimas noticias sobre el futuro de los suelos: el Ayuntamiento de Jerez, a través de la Delegación de Urbanismo, anunciaba un concurso de ideas de la mano de Verallia para poner en valor los 112.000 metros que ocupa la vieja fábrica de botellas de Jerez.
Enterrada esa iniciativa, el nuevo gobierno municipal aguarda expectante que se pose una nueva oportunidad sobre una enorme parcela que contribuiría al desarrollo del núcleo central del municipio —la previsión en su día era de unas 800 nuevas viviendas— y mejoraría las conexiones del centro con la zona norte, de retomarse el proyecto de demolición del puente de la avenida de La Paz.
Preguntado por esta cuestión en rueda de prensa, Agustín Muñoz, delegado de Presidencia y primer teniente de alcaldesa, ha señalado: "Estamos abiertos a cualquier proyecto que se nos presente, que signifique evidentemente un desarrollo sostenible de la ciudad, que solvente los problemas de vivienda y que, además, nos ayuden al desarrollo de la ciudad. Estamos atentos a cualquier propuesta, estamos deseosos de que este tipo de proyectos lleguen y supongan un cambio para el desarrollo de la ciudad".
En última instancia, ha reiterado ante la prensa: "Propuesta firme, con nombre y apellido y que, prácticamente, esté cerrada, pues... aunque fuera así, digo firme y no firmada, anticiparlo sería un error al dar una información que no ha cuajado, por tanto me van permitir las cautelas necesarias".
Un fracaso urbanístico y un icono en riesgo
La fallida operación urbanística que Vicasa Saint-Gobain (luego Verallia) tenía prevista para la ciudad no solo fue un destrozo para el famélico tejido industrial jerezano y un varapalo para quienes se quedaron en la calle (250 puestos de trabajo destruidos), también fue un fracaso en la estrategia del desarrollo de la ciudad.
Sobre estos suelos yermos, el director de planeamiento en el Ayuntamiento jerezano, Benito García-Morán, ya dejaba clara su posición a este respecto, en una entrevista con lavozdelsur.es, y esta no es otra que la de buscar una fórmula que permita desarrollar esos terrenos baldíos: "La actividad económica se ha terminado, no nos gusta eso evidentemente, una chimenea parada es una tristeza siempre, pero se ha parado. Ahora mismo ese suelo es fundamental, si se tira un dardo en el plano de Jerez el 10 está en la fábrica de botellas". Perdida la industria, al menos el patrimonio de aquellas décadas florecientes no debería perderse, y lo cierto es que el icono de la antigua factoría, sus tres chimeneas, está desprotegido. En 2021 se aprobó en pleno solicitar la catalogación, pero nunca más se supo nada al respecto.
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