El Ayuntamiento de Jerez ha iniciado el procedimiento de venta forzosa de dos fincas situadas en la calle Taxdirt, números 26 y 28. Es la antigua calle de la Sangre, entre el Zoo y el barrio de Santiago.
Se trata del séptimo expediente de venta forzosa tramitado desde junio de 2023. La delegada de Urbanismo, Belén de la Cuadra, ha subrayado la importancia de esta medida, destacando su utilidad como una herramienta clave para mejorar el estado del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Además, la aprobación llega pocos días después de la adjudicación de otro inmueble en la calle Cazón.
Las dos fincas se licitarán a través de lotes independientes. La de Taxdirt 26 sale a la venta con un precio inicial de 44.313,23 euros y permite la construcción de hasta nueve viviendas. Por su parte, Taxdirt 28 se subastará con un precio de salida de 260.207,19 euros y ofrece la posibilidad de edificar un máximo de 65 viviendas.
El estado de conservación de ambas propiedades ha sido determinante para su inclusión en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas. La finca de Taxdirt 26, con una superficie de 237 metros cuadrados, fue declarada en situación de ruina urbanística debido a su falta de estabilidad y seguridad estructural. Su edificación actual, de 228 metros cuadrados y una sola planta, data de 1950 y presenta un alto nivel de deterioro.
En cuanto a la finca de Taxdirt 28, su estado de abandono ha sido motivo de múltiples denuncias por parte de vecinos y de la Policía Local. La propiedad, con una superficie total de 2.005 metros cuadrados, cuenta con una edificación principal de 839 metros cuadrados, además de tres construcciones auxiliares. También data de la década de 1950 y su grave deterioro ha propiciado la proliferación de plagas y ocupaciones ilegales.

El inmueble de Taxdirt 28 no solo destaca por su tamaño, sino por su historia. La parcela fue entregada en los años 40 al comandante Salvador Arizón Mejía, una de las figuras clave en la represión franquista en Jerez. Su adjudicación ha sido calificada como un "ignominioso premio" por el Grupo de Memorialistas de la ciudad, que lleva años solicitando su recuperación para el patrimonio público.
Arizón, marqués de Casa Arizón, jugó un papel fundamental en el golpe militar de 1936 y en la posterior represión en la ciudad, donde cientos de personas fueron ejecutadas. La finca, ubicada en una de las zonas históricas de Jerez, fue registrada posteriormente a nombre del Banco de Jerez y más tarde adquirida en 1997 por la empresa Grana Padana SL.
El deterioro progresivo de la propiedad y la falta de intervención de sus sucesivos propietarios han llevado a la actual situación de abandono. Durante años, vecinos del barrio han denunciado la inseguridad derivada de su estado, señalando que se ha convertido en un foco de vandalismo y ocupaciones ilegales. Sin embargo, hasta ahora no había sido incluida en el listado municipal de solares ruinosos, lo que ha generado críticas por parte de asociaciones de memoria histórica.
El Grupo de Memorialistas de Jerez ha insistido en que la finca debería ser recuperada por el Ayuntamiento y destinada a un espacio de memoria. Comparan su situación con la del pazo de Meirás, en Galicia, o la finca de Queipo de Llano en Sevilla, y argumentan que su recuperación resultaría más sencilla y menos costosa que estos casos.