Cinco años después de que el pleno y el protectorado de fundaciones de Andalucía diera vía libre a la gestión y explotación del Teatro Villamarta por parte de la Fundación Cultural Universitaria de las Artes de Jerez (Fundarte), la entidad pública se encuentra en situación de quiebra técnica. La solución que entonces buscó el actual ejecutivo socialista para salvar al equipamiento cultural jerezano ha vuelto a encallar.
Los pagos pendientes son infinitamente superiores a los ingresos por actividad que genera Fundarte —que también soporta la carga de la Unidad del Flamenco de la Delegación Municipal de Cultura— y a las transferencias municipales, subvenciones públicas y patrocinios privados que recibe. En el último año, según la memoria a la que ha accedido lavozdelsur.es —también se ha entregado una auditoría que prácticamente no dice nada—, la deuda de Fundarte ha aumentado un 190%, pasando de 397.114 euros en 2020, primer año de la pandemia, hasta 1.151.385 euros en el último ejercicio de 2021. Este ejercicio fue, precisamente, en el que el teatro conmemoró los 25 años desde su reapertura.
Las cuentas, aprobadas en un patronato reciente, han vuelto a enfrentar a gobierno local y oposición. El primero se escuda en la crisis del covid para justificar el tremendo desfase contable, mientras que la oposición, principalmente el PP, no ha puesto paños calientes en señalar a la “mala gestión” que ha vuelto a poner al límite la explotación de este espacio cultural municipal, uno de los más relevantes de Andalucía.
"No ha habido un teatro en España que no haya dado déficit tras dos años de pandemia”, se ha escudado Paco Camas, delegado municipal de Cultura, para justificar la abultada deuda en 2021 de Fundarte: 648.548 euros con proveedores; 374.000 con acreedores varios; y 128.799 por anticipo de clientes. "La gestión del PP del Teatro Villamarta, sin pandemia, ya arrojó en 2011 unas pérdidas de 700.000 euros, de 659.000 euros en 2012 y de 1.000.00 de euros en 2013. En la gestión solo hay certezas, y es que el gobierno de Mamen Sánchez salvó al Teatro Villamarta”, ha insistido el responsable local.
Más venta de entradas y patrocinio en 2021, pero mayores gastos
En realidad los números, con pandemia o sin pandemia, siguen prácticamente igual de mal. Las pérdidas hace una década eran superiores año tras años porque el presupuesto del equipamiento era superior y porque las transferencias del Ayuntamiento a la entonces Fundación Teatro Villamarta cayeron hasta un 42% en 2014: 1,26 millones de euros.
La subvención municipal a la explotación está ahora (en 2021 y 2020 se ha mantenido inalterada) en 1.575.000 euros frente a un presupuesto de 3.084.000 (en este 2022). El problema es estructural: los gastos siempre superan a los ingresos. El año pasado, sin ir más lejos, la taquilla y el patrocinio privado mejoraron sensiblemente. Se vendieron 518.455 euros en localidades (495.049 euros en 2020), y se ingresó un 40% por patrocinio (de 121.501 a 170.485 euros). Del mismo modo, también aumentaron los ingresos por la cesión del Villamarta (de 24.947 a 43.707 euros).
En cambio, los ingresos por los cursos del Festival de Jerez —mermado en una edición atípica en mayo y con el tránsito global cerrado por pandemia— se desplomaron: de 297.000 a 53.663 euros. Los gastos de personal también aumentaron de 1,36 a 1,54 millones de euros (prácticamente lo que aporta el Ayuntamiento se va en personal), como también crecieron los gastos en propaganda (de 61.951 a 66.588 euros), en la contratación de profesionales independientes (de 16.209 a 36.055 euros) y en el inescrutable capítulo de ‘otros servicios’, que pasó de 73.683 euros en 2020 a 99.421 euros en 2021.
¿Cómo es posible que en plena pandemia mejorasen indicadores como la venta de localidades o el patrocinio privado y que, pese a las restricciones, crecieran tantos gastos de funcionamiento más propios de momentos de bonanza? Las razones que ha esgrimido Camas, obviamente, no convencen y son mucho más profundas que la mera eventualidad de la mayor pandemia en cien años. Camas ha señalado que “el problema no es la gestión, es cómo determinados responsables políticos no hacen nada para ayudar al teatro sino que, si pueden, socavan sus estructuras, la gestión de su personal, la programación”. Así las cosas, ha ido a mayores, asegurando que “atacar a una institución como el Teatro Villamarta es atacar a Jerez”.
¿Fiscalizar y analizar las causas profundas de por qué una institución que se salvó de la quema hace cinco años vuelve a reincidir de nuevo y a caer el mismo hoyo es atacar a Jerez? “Cada año que pasa, Mamen Sánchez y el PSOE están endeudando más el Villamarta y alejando más a los jerezanos de su Teatro y de la cultura”, ha insistido Jaime Espinar, portavoz del PP de Jerez y patrono de Fundarte. La oposición está decidida a entrar de lleno en escrutar la gestión que se está siguiendo en el teatro —“un minucioso estudio de sus gastos”—, cada vez con menos presencia e impacto en la sociedad jerezana. Una cuestión para la que los populares han solicitado un Plan de Promoción del Villamarta que “atraiga al público” y “facilite su acceso a la cultura”.