De triunfar en TikTok a abrir su propia tienda: la historia del sueño cumplido de Soraya

La vivencia de Soraya Amaya Montoya, que este viernes abre su propio comercio de maquillaje, cosmética y complementos en Jerez, es una de las miles de historias que contribuyen al descenso del desempleo en Andalucía

Soraya Amaya Montoya en su tienda, casi preparada para la inauguración de este viernes.

En el entorno de la avenida Juan Carlos I de Jerez, conocida popularmente como avenida del colesterol, se suceden los carteles de 'próxima apertura' en varios locales; una señal de que las cosas, parece, están cambiando. También lo apuntan los datos del paro correspondientes a este mes de marzo que acaba de terminar, con Andalucía liderando la caída del desempleo y 11.374 personas paradas menos en toda la comunidad respecto al mes anterior.

Y, si estrechamos el cerco, la provincia de Cádiz ha registrado 1.872 parados menos que en el mes de febrero.

Detrás de estas cifras, que en los últimos meses parecen estar marcando una tendencia positiva en general para Andalucía, se esconden muchas historias. Una de ellas es la de Soraya Amaya Montoya. En uno de esos locales de la citada avenida, ella abre este viernes su propia tienda de maquillaje, cosméticos, complementos y accesorios, que se llamará Soraya Glow Make Up Shop.

Pero Soraya no es precisamente nueva en esto: lleva ya cerca de siete años haciéndose un nombre como maquilladora e influencer en redes sociales.

Soraya debe su historia al éxito que ha tenido en redes sociales como TikTok.  MANU GARCÍA

Este sueño cumplido comienza precisamente en uno de los momentos más difíciles de la vida de Soraya, y de la de muchas personas: la pandemia. Si uno vuelve de nuevo a las cifras del desempleo, pero a las de ese momento, la diferencia es notable: en marzo de 2020, la provincia de Cádiz experimentaba un aumento de 25.649 personas desempleadas más. Entre la realidad de ahora y la de entonces, hay todo un mundo de diferencia.

Soraya es maquilladora de formación y de profesión, y como tantas en ese momento ("esteticistas, peluqueras, maquilladoras...", enumera) vio su agenda cerrada por completo durante esos meses de confinamiento. Antes, ya era conocida en la provincia, gracias a sus redes sociales y al boca a boca. Personas de localidades como Chipiona, Rota o Sanlúcar veían su contenido y sus vídeos en redes y la llamaban para contratarla y que les maquillase para sus eventos.

Animada por su marido, comenzó a hacer más directos, usando sus habilidades como maquilladora y mostrando a sus seguidoras los productos que vendía a través de sus redes. Cuando se pasó a TikTok, donde ahora tiene casi 25.000 seguidores, llegó el boom. Y ahí fue cuando la rueda comenzó a girar.

En parte, fue su lucha contra la discriminación lo que la hizo más conocida (además de por su talento): "La mujer gitana está mirada como si fuera analfabeta, inculta, como si no supiéramos expresarnos o decir las palabras correctamente… Cuando yo empecé a maquillarme y a subir mis vídeos, me salieron haters y yo contestaba. Y ahí la gente empezó a darme visibilidad. A partir de ahí, subieron las ventas", relata.

Aunque las redes sociales le asustaban, sobre todo por miedo a experimentar racismo por ser gitana, Soraya se atrevió y dio el paso

En ese sentido, explica que dar el paso a usar las redes sociales de forma profesional le costó, porque "he sufrido racismo y rechazo de la gente en algunas etapas de mi vida, y eso me echaba mucho para atrás, porque yo pensaba: 'A una mujer gitana, conforme la vean en las redes, se la van a comer…'. Y así fue". Pero siguió adelante, y hasta ahora.

Poco a poco, comenzó a comprar más productos, grabarse más, publicar más vídeos... siempre animada por su marido, Álvaro, al que menciona como un apoyo constante. Poco a poco, empezó a ampliar el negocio y, además de maquillaje, incluyó cosmética coreana para el cuidado de la piel, que en los últimos años ha experimentado un boom.

El crecimiento del negocio pronto hizo necesario el lanzamiento de una página web. Pero, ¿cómo es ese salto a abrir una tienda física, algo más arriesgado? Soraya cuenta que llegó un punto en que el volumen de las ventas era tal, que era insostenible continuar haciéndolo desde su propia casa, y así tomó la decisión.

Soraya en el stand de maquillaje, con lo que empezó a hacerse conocida.  MANU GARCÍA

No ha sido un camino fácil: "Me ha costado mucho, también he llorado mucho, porque a veces pensaba que no lo iba a conseguir. También ha habido meses flojitos, en que no se vendía, o en los que me copiaban todo el contenido... Cuesta que la gente te apoye y cuesta darse a conocer", se sincera.

Pero le pudieron las ganas. "Siempre he sido muy constante y luchadora, pero más que nada por dar el ejemplo a mis niñas de que los sueños se cumplen y de que las mujeres no necesitamos a un hombre para que nos mantenga, sino que podemos estar en pareja perfectamente y a la vez vivir de lo que es nuestro propio negocio", cuenta convencida.

Como mujer que abre un negocio propio en Jerez, y que es conocedora de la realidad a pie de calle en esta ciudad, sostiene que está viendo cada vez más aperturas a su alrededor. Y, sobre todo, de establecimientos liderados por mujeres. "No lo veo como competencia para nada. Al contrario, pienso que estamos para ayudarnos y apoyarnos, y que cada una es un mundo y va a tener su público. Y me alegro mucho, porque a Jerez de verdad que le hacía falta", apunta entusiasmada.

Un detalle del logo de Soraya Glow Make Up Shop.  MANU GARCÍA

Al principio, estará ella sola al frente de Soraya Glow Make Up Shop, pero su idea es ampliar el equipo cuando pueda y contar con gente cercana, con las personas que han estado ahí a su lado, apoyándola durante todo el camino. Por lo pronto, este viernes a las 17.30 inaugura con ilusión su negocio, ubicado en el local 12 de la Avenida Juan Carlos I, y a la que invita a "todo aquel que quiera venir". 

Quiere que la tienda se convierta en un espacio en el que sus clientas vean "que los sueños se cumplen y que a la vez no todo es color de rosa, porque también puedes tener un mal día, o grabar un mal vídeo", se sincera. "Y, por supuesto, que se pongan divinas a más no poder", finaliza risueña.