Una moto y 6.000 kilómetros de trayecto por una buena causa

Francisco Javier Doña, profesor de música en el colegio salesiano Manuel Lora Tamayo, emprenderá en verano una ruta a los Alpes para recaudar fondos para una ONGD que acoge a jóvenes sin familia

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Siempre fue un amante de las motos, aunque no tuvo la primera hasta los 23 años, cuando, después de mucho ahorrar, pudo comprarse la primera de su vida. Una Yamaha de 125 centímetros cúbicos que le costó unos 4.000 euros. Un “capricho”, dice, para quitarse la espinita que tenía desde hacía años. Ahora, Francisco Javier Doña, tiene otra, una Triumph de 800 centímetros cúbicos con la que pretende recorrer 6.000 kilómetros en apenas 15 días. ¿El destino? Los Alpes. Un viaje que es el "sueño" de su vida y que, después reunir los 3.000 euros que le costará, etre equipar la moto, alojamiento y comida, realizará este verano.

Pero a Francisco Javier le rondaba por la cabeza una pregunta: “¿Cuántas cosas buenas se podrían hacer con ese dinero?” Muchas, claro. Así que, cuenta, sintió como una “patada en el estómago” por gastarse ese “dineral” en sí mismo y decidió aprovechar el viaje para contribuir a una buena causa. Él, profesor de Música en el colegio salesiano Manuel Lora Tamayo desde hace diez años, conocía la labor de la Organización No Gubernamental para el Desarrollo –ONGD– Don Bosco, que tiene varios proyectos en distintos países.

Por eso ha iniciado una recogida de fondos en la plataforma migranodearena.org, con la que pretende recaudar, al menos, los 3.000 euros que le costará a él realizar el viaje, que asumirá de su bolsillo. Así mata dos pájaros de un tiro, cumple uno de sus sueños y se sentirá realizado por colaborar con la campaña Súmate x los derechos de la infancia, impulsadas por las ONGD salesianas de la Inspectoría María Auxiliadora VOLS, Jóvenes y Desarrollo Región Este y Solidaridad Don Bosco.

Durante los 15 días que durará la aventura, Francisco Javier recorrerá a bordo de su moto cinco países, España, Francia, Italia, Austria y Suiza, aunque asegura que puede que recorra alguno más. Cuenta que su mayor travesía en moto ha sido participar en la Extremadura Challenge, una prueba de resistencia de 14 horas, pero a lo que se enfrenta ahora son palabras mayores. Irá solo. Y con una prótesis de cadera fruto de un accidente en bici que tuvo con 13 años y que lo tuvo hasta los 17 con muletas. Por eso dice que es “un reto”.

¿Pero por qué esta aventura? “En mi casa siempre he mamado esta cultura de cooperar y ayudar a los demás”, dice Francisco Javier, que tiene un niño apadrinado y, a través del colegio donde trabaja, ayuda también a personas sin hogar junto a sus alumnos. “Es una cuestión de honestidad y coherencia. No se puede educar a los niños en unos valores y no predicar con el ejemplo”, explica. Antes de partir hacia los Alpes, hacia mediados de julio, tiene pensado hacer alguna actividad extra para recaudar fondos, como una ruta solidaria con algún motoclub de la ciudad.

El Foyer Don Bosco beneficia a 300 menores de Kandi

“Hace seis o siete años estuve a punto de ir en verano a Togo, pero se me pasó el plazo para el papeleo y las vacunas”, dice Francisco Javier, que desde entonces tiene esa herida abierta, que pretende curarse ayudando con su viaje a los miembros de la Asociación Foyer Don Bosco que trabajan con menores en la localidad de Kandi, en Benin. El 31% de la población de este país africano vive con menos de un dólar al día. En Kandi, donde viven unas 500.000 personas, más del 61% de sus habitantes tiene problemas para tener agua potable y el 39% ni siquiera eso, directamente no le llega.

En el Foyer Don Bosco trabajan con 42 niños, todos ellos abandonados por sus padres –viven en la calle–, víctimas de tráfico infantil o de trabajos de semiesclavitud. Entre cinco y 14 años tienen los jóvenes que acogen y que forman los seis educadores con los que cuenta el Foyer, que suma otro medio centenar a los que imparte cursos de alfabetización y apoyo escolar, aunque en total son unos 300 niños de la zona los que se benefician de las acciones de esta ONGD.

En Kandi es bastante habitual ver a menores ofreciéndose como porteadores o rebuscando comida entre desperdicios. Escenas como esas quieren evitar con la labor que realizan. “El derecho que más trabajamos aquí es el derecho a la educación, no se puede educar sin otros derechos como el derecho a la vida, a una partida de nacimiento, a una identidad y a la familia”, dice Elie Assogba, director del Foyer Don Bosco de Kandi en un vídeo en el que cuenta la actividad que desarrollan sobre el terreno.

Con los fondos recaudados con la campaña Súmate x los derechos de la infancia mejorarán los dormitorios del Foyer Don Bosco de Kandi, reforzarán el servicio de asesoramiento psicológico, las instalaciones de la biblioteca y alimentarán durante un año a los niños acogidos. La campaña lleva unos 50.000 euros recaudados. Francisco Javier pretende llegar, con la suya, al menos a 3.000 euros. Hasta que se vaya da tiempo a alcanzar esa cifra, dice esperanzado. “Todos tenemos nuestros sueños, y es importante intentar cumplirlos; por eso no es justo que miles de chicos tengan que luchar, no sólo por poder aspirar a hacer sus sueños realidad, sino que tengan privados sus derechos fundamentales”, apunta el jerezano. Él ya ha puesto su granito –o montaña– de arena.

Para colaborar con la campaña se puede donar pinchando en este enlace.

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