Salvador Gil, sacerdote de la iglesia de la Amargura, en Málaga, se encuentra hospitalizado con un derrame cerebral tras ser agredido en plena calle. Al filo de las once de la noche un individuo se le acercó y le propinó un puñetazo en la cabeza que le dejó inconsciente. Caminaba junto a Miguel Ángel Criado, párroco de El Salvador, cuando regresaban de cenar tras una charla cuaresmal.
Fue Criado precisamente el que alertó a la Polícia a raíz de unos hechos que tuvieron lugar en la plaza de San Juan de la Cruz de la capital malagueña. Un hombre de unos 35 años, corpulento y aparentemente muy alterado, se abalanzó contra ellos repitiendo la frase: "Estoy harto de los masones".
Búsqueda policial del agresor
Aunque uno de los sacerdotes logró esquivar el ataque, su compañero recibió un fuerte golpe en la cara que lo hizo caer al suelo, donde sufrió un impacto posterior en la cabeza quedando inconscente durante unos minutos. El agresor abandonó inmediatamente el lugar.
La Policía Local realizó varias batidas por la zona, pero no logró localizar al agresor. Posteriormente, se remitió el caso a la Policía Nacional, encargada ahora de la investigación y localización del atacante.
En esos primeros instantes, varios viandantes se acercaron rápidamente a auxiliar a los sacerdotes, llevando incluso una manta para proteger al herido hasta la llegada de los servicios sanitarios y policiales. Testigos presenciales relataron posteriormente que habían visto poco antes por la zona a un hombre "muy nervioso, dando voces solo".
Estado del sacerdote hospitalizado
Desde el Hospital Regional de Málaga han confirmado que el sacerdote permanece ingresado en observación, después de detectarse un derrame en la cabeza. Según ha explicado un portavoz de la Diócesis de Málaga, el protocolo establece mantener al paciente bajo vigilancia durante 48 horas para determinar si el derrame se absorbe de manera natural.
Aunque el sacerdote se encuentra "dolorido", se mantiene consciente, despierto y orientado, lo que permite pensar que podría recibir el alta hospitalaria en las próximas horas si su evolución continúa siendo positiva.
Por último, desde la Diócesis han aclarado que ambos sacerdotes no llevaban puesto el clériman en el momento del incidente, por lo que en principio se descarta que la agresión se debiera a motivos religiosos. Además, por ahora no se ha presentado denuncia formal contra el agresor.