El hotel ViveMar de Benalmádena (Málaga), antiguo VistaMar, ha sido precintado por el Ayuntamiento de la localidad al detectar que operaba sin la licencia municipal necesaria. A pesar de ello, el establecimiento mantiene alojados a unos 200 huéspedes, que ahora acceden a través del aparcamiento tras el cierre de la entrada principal.
Este martes, agentes de la Policía Local colocaron el precinto en la puerta principal del hotel. La medida llega después de que el Consistorio confirmara que el establecimiento no está inscrito en el registro de alojamientos turísticos y hoteleros de la Junta de Andalucía, un trámite obligatorio para su funcionamiento.
Un folio sin membrete, con letras grandes y en mayúsculas, avisa que el hotel está “cerrado al público”, mientras otro cartel improvisado dirige a los clientes hacia el acceso por el parking con un mensaje que concluye con el clásico “disculpen las molestias”.
Accesos precintados, pero puertas abiertas
Aunque también se han precintado los accesos secundarios, las dos puertas del aparcamiento siguen abiertas, incluso con un cartel del Ayuntamiento que indica que ese paso está “precintado”. En la práctica, los huéspedes continúan entrando y saliendo por allí, sorteando así el cierre oficial del edificio.
Fuentes del Ayuntamiento explican que este registro es imprescindible para poder conceder la licencia de apertura y autorizar la actividad del establecimiento. Al no haber completado el trámite, se notificó al hotel y se advirtió de las posibles consecuencias si no regularizaban su situación.
Desde la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, se confirmó que el ViveMar no figura inscrito, lo que llevó al Consistorio a activar el proceso sancionador. “Aunque no es lo deseado, no ha quedado otra opción”, afirman desde el Ayuntamiento sobre el precinto ejecutado esta semana.
Zonas comunes cerradas y silencio del hotel
A pesar de la clausura administrativa, el ViveMar sigue operativo para los clientes, aunque con restricciones. Las zonas comunes como la piscina no pueden utilizarse, y el acceso por las puertas reglamentarias está inhabilitado. Los huéspedes se desplazan dentro del hotel con normalidad… aunque entran por el garaje.
Desde la dirección del establecimiento aseguran que se trata de una “cuestión administrativa” y que están trabajando para resolverla, pero han evitado ofrecer más detalles sobre cómo han llegado a esta situación o cuánto tiempo podrían tardar en solventarla.
Por ahora, el precinto no ha impedido el alojamiento de los clientes, aunque la incertidumbre crece. Todo dependerá de si el ViveMar logra regularizar su estatus ante las autoridades o si el Ayuntamiento opta por medidas más contundentes en los próximos días.