La Junta de Andalucía ha ordenado el cierre de una residencia privada de mayores ubicada en Málaga capital tras constatar que llevaba más de una década operando sin licencia de apertura y que incumplía las condiciones mínimas de habitabilidad e higiene. La decisión se ha tomado a raíz de una inspección de los Servicios Sociales de la delegación territorial de Málaga.
Según han informado a EFE fuentes del Gobierno andaluz, el centro no contaba con plazas concertadas con la Junta, y tras el cierre, todos los residentes han sido reubicados. Las mismas fuentes han señalado que, pese a tratarse de una residencia privada, la administración autonómica ha prestado apoyo a las familias para facilitar la redistribución de los ancianos afectados.
La investigación ha revelado indicios de que en el centro se vulneraba la dignidad e intimidad de las personas usuarias, especialmente durante los procesos de higiene y cuidados sociosanitarios, al no garantizarse la adecuada preservación de su intimidad.

Asimismo, se han detectado incumplimientos graves en materia higiénico-sanitaria, tanto en las instalaciones y dependencias como en el equipamiento, utensilios, vestuario y menaje. Las condiciones del centro no cumplían con los estándares exigidos para garantizar el bienestar de sus residentes.
Propietarios extorsionados
A la situación detectada por la Junta se suma el testimonio de los propietarios del inmueble, quienes lo tenían alquilado a las gestoras de la residencia. Al acceder recientemente a la finca, encontraron un escenario que han calificado como la residencia de los horrores, según ha relatado el abogado que los representa, Andrés Francisco Pérez Plaza.
Entre las deficiencias observadas se encontraban paredes con humedades, restos de excrementos, suelos hundidos, colchones manchados de orina y barandillas rotas. Una de las estancias presentaba la solería de la ducha levantada, y el estado general de abandono provocó que uno de los propietarios llegara a desmayarse al ver la situación del inmueble.
El abogado ha denunciado que la familia propietaria se encuentra hundida emocionalmente y que la dueña es la única con fuerzas para entrar a la casa. Todo está ruinoso, ha lamentado Pérez Plaza, quien ha expresado su preocupación por el estado en el que podrían haber estado los ancianos alojados, algunos de los cuales seguían en el centro apenas dos semanas antes del cierre.
La denuncia interpuesta por el letrado, a la que ha tenido acceso EFE, recoge además que las inquilinas han dejado una deuda de 84.458,75 euros con los propietarios, y que han alquilado otra vivienda en la localidad de Torremolinos con la intención de continuar explotándola como residencia de mayores.
Según consta en la denuncia, antes del cierre decretado por la Junta, los propietarios comunicaron a las inquilinas su intención de vender la finca para hacer frente a la hipoteca, ante lo cual estas les habrían exigido dinero para abandonar el lugar, amenazando con causar daños si no accedían a su petición. El abogado ha calificado estos hechos como un intento de extorsión.
Gracias a la intervención de un amigo de la denunciante, detective privado, los propietarios pudieron confirmar que tras la orden de cierre las inquilinas estaban trasladando enseres a la nueva residencia, lo que consideraron una maniobra para continuar con su actividad en otro inmueble.
A finales de marzo, los propietarios recibieron el aviso de una vecina sobre que el portón de la finca estaba abierto y el lugar deshabitado. Al acudir, comprobaron que las cerraduras habían sido forzadas y que la casa se encontraba en un estado de abandono absoluto, totalmente incompatible con un uso normal, según detalla la denuncia.
María Salud Sotorrio Baena, propietaria de la vivienda, ha manifestado su consternación por el estado en que han encontrado la finca: "Es desolador, horrible, porque nosotros le dejamos una casa maravillosa para que estuvieran aquí los residentes y ancianos muy bien cuidados y ahora todo es abandono y suciedad".
Sotorrio Baena ha señalado entre lágrimas que “nos consta que en los últimos días había al menos dos ancianos en el centro”. Ha añadido que los electrodomésticos de la cocina —nevera, horno, lavavajillas— están totalmente oxidados y con mugre de años. "Esta suciedad no puede ser de dos o tres meses".