Este jueves los trabajadores de Acerinox han vivido un momento trascendental en su lucha contra la empresa por un convenio digno. Tal y como contaba lavozdelsur.es a última hora del día, la plantilla del Campo de Gibraltar rechazaba el acuerdo propuesto por los mediadores de la Junta de Andalucía para poner fin a más de 100 días de huelga.
Mientras las urnas estaban abiertas a lo largo del día, a tan sólo 200 kilómetros de la planta de Los Barrios, en el Parlamento de Andalucía se celebraba uno de los habituales plenos. No se puede decir que la cuestión haya sido ignorada por los políticos ya que tanto la consejera de Empleo, Rocío Blanco, como el presidente Juanma Moreno, recibieron al comité de huelga hace unas semanas en uno de los patios después de que la plantilla fuera invitada por grupos de la oposición.
Sin embargo, lo que ocurriera este jueves era especialmente trascendental. Una votación de la que dependía la plantilla, pero también gran parte de la economía del Campo de Gibraltar. Y, sin embargo, no hubo menciones a ello en la sede de la soberanía popular durante las casi diez horas que duró la jornada en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas.
El silencio sobre el tema contrasta con la insistencia que hay habitualmente, y con mayor intensidad estos días debido a las negociaciones sobre Gibraltar, para dotar al Campo de Gibraltar de medios para su desarrollo socioeconómico. Desde la propia Junta de Andalucía se ha recalcado esta última semana la importancia de impulsar una comarca, para Juanma Moreno, "de referencia en el conjunto del país con un enorme potencial y atractivo económico. Tiene capacidad industrial, turística, tecnológica, logística y de transformación". La situación de Acerinox afecta directamente a una plantilla de 1.800 trabajadores, pero son 10.000 las familias que dependen de que todo salga bien.
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