Chiclana está de moda. Puede uno oírlo en la calle. Pero, a veces, hay cifras que así lo demuestran. Y una de ellas llega tras el estudio de las cifras de reservas hoteleras de Booking y el medio Hosteltur: Chiclana es más cara que París, Ámsterdam y Edimburgo. Es el destino más caro de España, con 368 euros por noche, un 12% más que el año anterior, y con Salou, en segunda posición, por unos 100 euros menos. Edimburgo sale a 320 euros la noche; París, 300 euros; Ámsterdam, 281 euros. Un incremento, dice el Ayuntamiento de Chiclana, que no solo no ha hecho desistir a los turistas, sino que ha situado a la localidad en primera posición.
El alcalde, José María Román, lo califica como "una magnífica noticia, porque refleja la calidad del destino y augura muchos beneficios para la ciudad y no solo en términos económicos". "Estas y otras cifras no hacen sino corroborar que en Chiclana hemos construido un destino que es un tesoro, que también nos obliga a estar a la altura y a cuidarlo. El reto es mantenerlo porque nos jugamos mucho y porque el beneficio llega en muchos sentidos: como ingreso directo o indirecto para muchos de nuestros vecinos y vecinas, pero también en términos de prestigio, de atracción del talento y de inversiones".
Román cree que "es evidente que acertamos cuando apostamos por este modelo hace más de 30 años, de no masificación, de cuidar el medio ambiente, que no hay que apostar por la cantidad de visitantes sino por una llegada asumible, que satisfaga a los que vienen y que beneficie a los residentes, que están en su ciudad y en el centro de nuestras miras". "Esta posición de privilegio nos convierte en un referente hacia afuera y hacia adentro y nos recuerda muchas cosas: lo satisfechos que tenemos que estar de lo que hemos conseguido entre todos y lo importante que es el turismo para la economía de la ciudad; porque de alguna manera -directa o indirectamente- beneficia a una gran mayoría de chiclaneros y chiclaneras".
Asimismo, el alcalde añade que "en nuestra estrategia de futuro está que vengan a visitarnos personas interesadas en nuestra cultura, en nuestro patrimonio natural y el reto es prolongar la actividad todo el año. El pasado octubre ya tuvimos una ocupación superior al 80 por ciento, que no quiero llamar extraordinaria porque quiero que sea lo habitual. Ya no tenemos dientes de sierra en verano, ya hemos conseguido una afluencia estable que va desde marzo hasta casi las puertas del invierno".