El Ayuntamiento de Chiclana concederá este 6 de diciembre las Insignias de Oro de la ciudad, con motivo del Día de la Constitución. Un acto que se celebra en el Teatro Moderno, a las 11.30 horas.
José Luis Aragón Sánchez, artista y ceramista con un largo y prestigioso recorrido, habiendo trabajado con Llorens Artigas y Joan Miró además de protagonizar múltiples exposiciones y llevado a cabo estudios y ensayos sobre la cerámica china, entre otras. Es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. En su honor, está abierta una exposición en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal, denominada ‘Huellas’.
María Ángeles Amado Rodríguez, desarrolla su actividad profesional en el área de Bienestar Social del Ayuntamiento. “Siempre está dispuesta a ayudar a cualquier persona, sea de su entorno o sea ajena. Y de esa inquietud por ayudar y de su predilección por los niños, nace el deseo de convertirse en familia de acogida. De ese modo, han pasado los últimos diez años de sus vidas acogiendo a niños y niñas”, destaca una nota del Ayuntamiento.
Emilio Oliva Baro lo recibirá a título póstumo. Torero, nacido en una familia estrechamente ligada a este mundo. Tras una larga e intensa trayectoria cuajada de éxitos en la tauromaquia, al retirarse de los ruedos se dedicó al mundo empresarial. El torero “ha sido, durante toda su trayectoria, uno de los mejores embajadores de Chiclana por el mundo y un profesional de innatas cualidades para la tauromaquia, pero si hay algo por lo que destacaba y se recordará siempre a su persona será por su afabilidad, su simpatía, su bondad y su particular manera de hacerse querer”, se subraya en sus méritos.
Ramona Sánchez Marín ‘Momi’, chicanera quedesde pequeña destacaba como una gran trabajadora. Montó una pastelería en la calle Delicias y tuvo muy buena acogida por ser la primera pastelería que se abría en La Banda. Con los años se transformó en una tienda de frutos secos y golosinas, que recibe el nombre de frutos secos Momi. Es muy querida por toda su clientela, ya que ayuda a mucha gente desinteresadamente desde la sombra.
Momi y su esposo Antonio “han dedicado toda su vida a trabajar y ayudar a los demás en todo lo que han podido y más, siempre serviciales, ayudando a los necesitados, haciendo favores a todos los vecinos que lo piden. En la actualidad siguen en el negocio al pie del cañón, siempre constantes y sin descanso”.