La Guardia Civil de Cádiz ha llevado a cabo una intervención en un reñidero de gallos situado en Chiclana de la Frontera, tras descubrir múltiples infracciones relacionadas con el maltrato animal y la falta de documentación legal. La operación se desarrolló el pasado 29 de marzo, cuando agentes del Seprona, junto a unidades de la Compañía de Chiclana, obtuvieron información sobre la realización de una pelea de gallos en un local hostelero de la localidad.
El establecimiento, que albergaba a la peña gallística, se encontraba en la planta superior del local y carecía de la autorización necesaria para llevar a cabo este tipo de eventos. Además, durante la inspección, se descubrió que la gran mayoría de los asistentes no eran socios de la peña, ni miembros de la federación correspondiente, lo que contraviene las normativas que regulan este tipo de actividades.
En el interior del local se encontraron 27 aves, distribuidas en varias galleras. De ellas, 19 ejemplares habían sido utilizados en peleas ilegales ese mismo día y presentaban graves lesiones. Algunos de los animales ya habían muerto como resultado de los enfrentamientos. Además, se observó que las instalaciones no cumplían con los requisitos mínimos de seguridad ni con las normativas de control y registro de los animales y sus propietarios.
El estado de salud de los gallos lesionados fue descrito como lamentable. En lugar de recibir atención veterinaria oficial, los animales eran atendidos de manera rudimentaria por los asistentes del evento, quienes realizaban curas improvisadas utilizando botiquines básicos. Esta situación contraviene los estándares establecidos por la normativa que regula los campeonatos de gallos, que prohíbe el maltrato animal y solo permite la tienta de aves bajo condiciones específicas y con supervisión veterinaria.
Un evento registrado
El evento, que parecía estar registrado como un campeonato, contó con la participación de individuos provenientes de diversas provincias. Algunos de los participantes abandonaron a sus gallos, incluidos aquellos que habían muerto en las peleas, dejando los cuerpos en el recinto antes de marcharse a sus alojamientos.
Como resultado de la operación, se han presentado varias denuncias ante las autoridades competentes. Se han cursado acusaciones por maltrato animal contra los propietarios de los gallos, por permitir el acceso de personas no autorizadas y por la falta de licencia de apertura del establecimiento, así como por no contar con la autorización correspondiente para la concentración de animales.
Además, el presidente de la peña gallística ha sido denunciado por mantener animales sin identificar, lo que también incumple la normativa vigente. Las aves han quedado bajo la custodia de sus propietarios, quienes deberán asegurarse de que sean atendidas por un veterinario oficial.
La intervención de la Guardia Civil también ha dado lugar a otras denuncias relacionadas con el consumo de alcohol y drogas en el recinto, así como por permitir fumar en un espacio cerrado, lo que constituye una infracción de las normativas de sanidad pública. Además, se han encontrado armas blancas en el lugar y se han detectado diversas deficiencias en materia de seguridad alimentaria y sanidad.
Una persona fue detenida durante la operación, debido a que pesaba sobre él una orden de detención e ingreso en prisión. La Guardia Civil continúa con la investigación y con el procedimiento administrativo correspondiente para abordar todas las infracciones detectadas.