Con 200 garrafas de gasolina circuló una furgoneta por las calles de Chiclana. El objetivo de este combustible no era otro que surtir a narcolanchas que operan en la costa gaditana, una práctica cada vez más extendida y peligrosa.
La carga ilegal, altamente inflamable, representaba un grave riesgo para la seguridad vial, tanto por su volumen como por la manera en que era transportada.
Sin embargo, el vehículo fue interceptado antes de que la gasolina llegara a su destino. En la tarde-noche del pasado viernes, el equipo ROCA, con base en el Puesto Principal de la Guardia Civil de Chiclana y especializado en resolver los robos realizados en explotaciones agrarias, consiguió interceptar la furgoneta cuando circulaba por una zona de esteros, en los alrededores del parque natural.
Durante la intervención, el conductor perdió el control del vehículo, que estuvo a punto de caer al agua. La furgoneta quedó encallada en una zona fangosa, lo que obligó al individuo a huir a pie. No dudó en lanzarse al agua para intentar escapar, aunque finalmente fue localizado y detenido horas después por los agentes.
Mientras tanto, otros implicados que se encontraban esperando en embarcaciones recreativas lograron escapar. Su plan era cargar las garrafas desde tierra firme hasta estas lanchas de recreo y, desde allí, trasladarlas hasta una narcolancha que los esperaba en las inmediaciones del caño de Sancti Petri. La operación de petaqueo, que es como se conoce a esta práctica, fue abortada gracias a la rápida actuación de los agentes.
Al detenido se le atribuyen delitos de desobediencia grave a agentes de la autoridad, así como tenencia ilícita de sustancias inflamables. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) destacan que esta es una de las mayores incautaciones de gasolina realizadas hasta la fecha en la zona.