Una conocida mujer que lleva años pidiendo por las calles del centro de Jerez y del centro de Cádiz ha tenido que ser escoltada por la Guardia Civil en una rotonda en Puerto Real.
La mujer, por causas que no han trascendido, ha caminado lentamente con sus muletas entre los vehículos, llegando a ocupar el carril interior de la rotonda.
Esto ha provocado, lógicamente, retenciones en el tráfico y la intervención de los agentes de la Benemérita, que iban lentamente en sus motos junto a ella, avisando así a los conductores.
No está claro cómo ha ocurrido, pero la mujer, de origen extranjero, a menudo en la zona del Gallo Azul de la calle Larga de Jerez, no presenta desde hace años indicios de buena salud, ni física ni mental, aunque nunca ha trascendido ningún tipo de problemática.
El tráfico, según DGT, no presenta mayor complicaciones más allá de la pérdida de ese carril. Eso sí, en una zona, la carretera que va desde la Campiña hacia la Bahía de Cádiz, pasando por los enlaces con Cádiz, Chiclana, Puerto Real y San Fernando, es generalmente problemático en esta zona. Al menos, hasta que culminen las obras.
Una mujer que, a menudo, ha servido de chascarrillo en las calles, y que tristemente se ha convertido en centro de miradas en las calles de la provincia. Sin que haya trascendido, hasta ahora, que haya recibido ayuda directamente. Porque tan dura es la calle para el cuerpo y para la salud mental, que no hace más que separar a la sociedad de este tipo de personas, que aceptan ese rol de verse eternamente pidiendo.
