Los trabajadores de la franquicia Peluquerías Low Cost han denunciado "la injusticia que hemos vivido" tras ver cómo la empresaria ha cerrado el negocio situado en El Puerto, "sin avisar y sin consultar".
Según comparten cuatro empleados en redes sociales, "hemos tenido que soportar excesos de horas con un contrato de 24 horas, hemos tenido que soportar continuas vejaciones e inclusive la presión de tener que llevar nosotros el negocio para adelante cuando no había ningún artículo de limpieza o para atender a nuestros clientes".
La plantilla asegura que, a diario, se veían obligados a usar productos de baja calidad y no los de la franquicia, tal y como anuncian en los carteles ubicados en la puerta.
La empresa ha dejado a cuatro personas con casa e hijos, "a la aventura y sin ningún tipo de documentación ni compensación por los daños causados". Tres de las personas afectadas han recibido una propina. "La empresaria se ha quejado con nuestros finiquitos, vacaciones y se ha negado a darnos los papeles pertinentes para continuar con nuestras vidas", dicen.
Además, una de las peluqueras se encontraba de baja cuando se ha producido el cierre y, a su vuelta, lo encontró clausurado, sin poder recoger sus cosas.
Aseguran que han realizado numerosas llamadas y han enviado mensajes a la empresaria, sin embargo, no han obtenido respuesta. "Negándose a pagarnos o a darnos la documentación apropiada para poder reclamar lo nuestro, lo que nos pertenece a nuestra familia que para eso lo hemos trabajado", añaden.
Las empleadas han compartido su experiencia para que nadie más acabe en esta situación. "Ha abusado de nosotros sin piedad y le ha dado igual nuestro bienestar", sentencian.
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