Los propietarios de las edificaciones ilegales en El Palmar, cuyo derribo estaba previsto, han optado finalmente por hacerlo ellos mismos, según ha constatado la inspección de la Junta de Andalucía. Se zanja así una batalla que venía de atrás, en concreto del año 2019, cuando la inspección inició la tramitación del correspondiente expediente de restablecimiento de la legalidad.
Desde ese año, la Junta ha llevado a cabo, señala, reiteradas advertencias y medidas provisionales, como la colocación de precintos que se retiraban de manera sistemática. Algunas de las viviendas, además, se empleaban como segunda residencia, e incluso, en uno de los casos, la vivienda se destinaba para uso turístico, con las consecuencias que ello conlleva. En otro de los casos, la vivienda se construyó con el expediente ya iniciado, es decir, después de 2019.
Ni más ni menos que 58 actas de inspección se han levantado desde 2019 hasta 2023, sin que la situación cambie pese a las continuas advertencias y sanciones.
Estas demoliciones pretendían retirar así una serie de viviendas prefabricadas que se habían construido de forma ilegal, sin licencia, junto a otras instalaciones como una piscina o los vallados que dividían, entre los varios propietarios, la parcela, que constaba de 6.000 metros cuadrados.
Así, han sido los propios propietarios quienes las han llevado a cabo este martes, según informa Europa Press, para evitar más sanciones. Según comunicaba la Guardia Civil a la Consejería de Fomento, este pasado lunes los propietarios estaban terminando de retirar los vallados y la solera que aún quedaban en una parcela.
Este pasado fin de semana, Vejer tenía prevista una concentración contra los derribos, que finalmente tuvo que suspenderse por la lluvia. Para Antonio González, alcalde del municipio, los derribos no son "la solución", y pedía hace unos días a la Junta la puesta en marcha de un proceso de regularización y planificación del entorno.
En opinión de la Junta, esta autodemolición tiene especial importancia, por ubicarse la zona en el límite de la huella existente en El Palmar en su parte este. En opinión de la administración andaluza, ya que se ubica en el límite de la huella existente en El Palmar en su parte este. Así, se consigue preservar la conurbación con Zahora, evitando la ampliación del territorio y protegiendo así recursos naturales y públicos.
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