Camino de las tres semanas consecutivas de fuertes lluvias en Andalucía. Muchos se hacen una misma pregunta: ¿dónde va todo el agua que están tirando los embalses por estar al borde de su capacidad total? En la provincia de Cádiz, después de que desembalsara la presa de los Hurones, cuyo excedente viajó hacia el principal embalse gaditano, Guadalcacín —se encuentra a 17 de marzo al 31% de su capacidad—, la Junta anunciaba el pasado fin de semana que había iniciado el desembalse de las presas de Bornos y Arcos.
En estos dos casos, en cambio, la pregunta sobre el destino de este agua que podría abastecer a hogares o regar campos agrícolas tiene una respuesta bien distinta. "Por seguridad y ante la situación actual del nivel tras las últimas precipitaciones se ha iniciado el desembalse de los embalses de Arcos y Bornos, una medida de prevención, controlada, y para garantizar una gestión adecuada del agua", aseguraba el pasado sábado la Delegación del Gobierno de la Junta en Cádiz.
El agua de lluvia que han vertido este pasado fin de semana ambos embalses, en cambio, no ha tenido continuidad ni se ha trasvasado a otras presas, sino que ha ido directa al mar. "No queda otra que sacar el agua de forma controlada, es por seguridad, no podemos dejar que revienten o rebosen de agua y haya una catástrofe", mantenían a lavozdelsur.es fuentes del Gobierno autonómico.
Déficit de infraestructuras hídricas
Tras años de déficit de infraestructuras hídricas, estas fuertes lluvias están siendo aprovechadas para el restablecimiento de parte de lo perdido por los embalses que abastecen de agua en alta a los municipios, pero hay muchos hectómetros cúbicos que se pierden por falta de nuevas presas.
Una de las pendientes en la provincia es la de Gibralmedina, en el Campo de Gibraltar. "La Junta ya redactó el proyecto, pero el Gobierno central no empieza las obras", lamentan las fuentes autonómicas consultadas.
Si hasta hace poco se hablaba de transportar agua potable para abastecer a la población por la acuciante sequía, resulta chocante que ahora, en momentos de fuertes lluvias, de un marzo que va camino del récord, nadie hable de infraestructuras pendientes de almacenamiento y trasvase entre presas.
Pendiente desde hace 30 años
Fue el presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien precisamente la pasada semana se refirió a la presa de Gibralmedina, en una visita institucional a Castellar. En este acto se refirió al inicio de la tramitación ambiental del proyecto de la Presa de Gibralmedina, una infraestructura de la que se comenzó a hablar hace tres décadas y que es considerada clave para garantizar la seguridad hídrica en el Campo de Gibraltar.
Según ha recordado Moreno, la presa está declarada de Interés General del Estado, lo que subraya su importancia estratégica. Para impulsar su desarrollo, el Gobierno andaluz ha asumido la redacción del proyecto de obras, destinando 2,2 millones de euros a este cometido. En cuanto a la ejecución, la solución proyectada contempla una inversión de 778 millones de euros.
Un aporte esencial de agua para el Campo de Gibraltar
El presidente ha explicado que la infraestructura permitirá transferir caudales del río Guadiaro al arroyo de Gibralmedina, lo que supondrá un aporte adicional de 25 hectómetros cúbicos al sistema Guadarranque-Charco Redondo. En años de extrema sequía, este suministro podría aumentar hasta los 48 hectómetros cúbicos, lo que garantizaría el abastecimiento de los 28 hm³ anuales necesarios para el riego agrícola.
Moreno ha insistido en que, en situaciones de sequía prolongada, esta presa será fundamental para el suministro de agua en el Campo de Gibraltar, beneficiando tanto a la población como al sector agrícola e industrial. Además, ha destacado que incluso la Mancomunidad de Municipios respalda el proyecto y considera que su construcción resolvería el problema de la sequía en la zona durante los próximos 50 años.