La finca Las Hoces, situada en la zona conocida como Sierra de los Barrancos, en un espacio que se encuentra entre las localidades de Arcos de la Frontera —que está a menos de siete kilómetros— y Bornos —a poco menos de un kilómetro—, acogerá un circuito de velocidad que aún no se sabe cuando estará en funcionamiento, pero que lleva copando titulares en los medios de comunicación y provocando reacciones de todo tipo entre la sociedad civil, ya que hay quien acoge con los brazos abiertos a un proyecto que promete dar trabajo a vecinos de los alrededores, y quien no ve con buenos ojos que se actúe en un espacio natural de gran valor, perturbando la tranquilidad de los residentes en el entorno. Pero Arcos Lagos, que es el nombre que tendrá el trazado, promovido por los inversores belgas Philippe y Laurent Jaspers, afincados en el municipio arcense, parece que será una realidad en los próximos años, aunque es difícil aportar una fecha más o menos exacta. Los detalles del mastodóntico proyecto se van conociendo a cuentagotas, aunque lavozdelsur.es ha tenido acceso a la memoria técnica, que da buena cuenta de los pormenores de esta iniciativa, que tiene previsto invertir entre 15 y 20 millones de euros.
La parcela donde se ubicará el circuito tiene una superficie de 239 hectáreas, de las que 22,5 serán para el propio trazado, 1,3 hectáreas para el edificio del paddock y la plataforma exterior, 2 hectáreas para los hangares, una para los caminos de comunicación y la cafetería y la terraza exterior ocuparán 1.155 metros cuadrados, lo que supone un total de 29 hectáreas ocupadas, el 13,34% de los terrenos. Además, las instalaciones también contarán con un helipuerto, y el paddock integrará la zona de boxes, un centro médico, un gimnasio-spa, apartamentos para el personal técnico, oficinas, salas de reuniones y hasta una piscina. El circuito tendrá, a su vez, una superficie de aproximadamente 20.000 metros cuadrados de césped. “Los edificios contarán con cubiertas vegetales y zonas ajardinadas empleando en todo momento especies autóctonas”, recoge la memoria técnica, que añade que “el único árbol existente en la zona de ejecución será respetado”.
El perímetro del trazado tendrá “especies arbustivas autóctonas con objeto de incrementar su integración paisajística”, agrega el documento, que señala que “en todas las labores de jardinería descritas se empleará la tierra vegetal retirada durante los movimientos de tierra con objeto de facilitar la revegetación con especies autóctonas”. Para su riego se emplearán aspersores y difusores entre mayo y septiembre, y el resto del año “se instalará un depósito de agua de 100 metros cúbicos y un grupo de presión. La red de riego se ejecutará enterrada o sobre suelo y será de polietileno”, explica la memoria.
El trazado de Arcos Lagos tendrá una longitud de 3.011 metros, con una recta principal de 596 metros de longitud, un total de 16 curvas y una anchura media de unos doce metros. “El circuito obedece en cuanto a su diseño a los criterios en seguridad y la actual normativa editada por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA)”, apunta el documento, que informa que corresponde a la empresa Apex Circuit Design Ltd., que ha realizado el dibujo de otros circuitos como el de Sepang (Malasia). Las instalaciones contarán con dos edificios hangares o garajes, uno de 4.500 y otro de 5.500 metros cuadrados, donde las diferentes firmas fabricantes de vehículos podrán estacionarlos antes de llevar a cabos las pruebas.
El presupuesto total para todas estas construcciones supera los once millones de euros, 4,1 millones destinados a los hangares, 2,8 millones para el trazado del circuito, otros 2,8 millones para el paddock, 650.000 euros para la adecuación de los caminos de acceso, 296.000 euros para la cafetería, 200.000 euros para la instalación eléctrica, 75.000 euros para la red de recogida de aguas sucias y 45.500 euros para las obras de urbanización.
Arcos Lagos pretende así acoger pruebas de prototipos de nuevos automóviles de diferentes marcas y todo tipo de eventos relacionados con el automovilismo —presentación de vehículos, conferencias o exposiciones—. “ El circuito de velocidad fomentará el uso de los vehículos eléctricos. Inicialmente se llevarán a cabo en el circuito pruebas de vehículos con motores de combustibles líquidos y motores eléctricos, incrementándose las pruebas con vehículos eléctricos conforme evolucione este sector”, recoge la memoria, que asegura que se instalará un depósito de 10.000 litros de gasolina para los coches y que el trazado funcionará unos 75 días al año.
Los trabajos implican la necesidad de contratación de personal obrero, “al menos temporal”, algo que el proyecto incluye entre los impactos positivos. “La actividad y su construcción será generadora de beneficios económicos y sociales para las empresas y trabajadores de la zona. El funcionamiento de la actividad conllevará una mayor demanda de servicios y suministros directos y complementarios”, señala, añadiendo que “la actuación no va a provocar ningún tipo de impacto —en la población— al desarrollarse la edificación en una amplia parcela localizada fuera del núcleo urbano y alejada de las viviendas dispersas próximas al lugar de implantación de la actividad”.
El entorno en el que tiene previsto implantarse Arcos Lagos se halla dentro de los límites de La Angostura de Bornos, un georrecurso incluido en el Inventario Andaluz de Georrecursos, que cataloga este elemento geomorfológico como de medio valor científico y alto valor didáctico y turístico. El informe de impacto ambiental del proyecto recoge que “para paliar el impacto del circuito sobre la cuenca visual y geomorfológica del georrecurso, se ha diseñado el trazado adaptado a la orografía existente. Además, se sembrarán las zonas terrizas con césped y especies vegetales autóctonas de forma que se integre en el paisaje”.
Cerca del circuito se encuentran dos yacimientos arqueológicos inventariados, denominados Sierra Barranco I y Sierra Barranco II, por lo que previamente a la realización de las obras se realizará una campaña de sondeos arqueológicos previos, y luego un seguimiento, control y vigilancia de los trabajos por parte de un arqueólogo, asegura el documento, que recoge que “el potencial arqueológico del sector afectado por el proyecto de obras es alto, como muestra la existencia de yacimientos de importancia en sus proximidades". El informe de impacto ambiental asegura que durante la construcción del circuito se producirán efectos negativos en la zona, como “la producción de ruidos y vibraciones, emisión de polvo debido al trabajo de la maquinaria, modificación de la topografía actual y morfología”, aunque “al tratarse de unos trabajos desarrollados en el interior de la parcela, la afección debido a los ruidos y vibraciones y las emisiones de polvo no se espera que provoquen una afección considerable”.
El funcionamiento del circuito, “sin duda va a influir sobre el medio físico, y principalmente sobre la atmósfera, el paisaje y de forma muy positiva sobre los factores socioeconómicos”, reseña el fichero, que provocará la pérdida de suelo forestal y de cultivo en el área en cuestión, y también afectará al agua, aunque “el circuito de velocidad se ha diseñado con una importante red de drenaje que permite la circulación de las aguas pluviales no afectando de esta forma considerablemente a su flujo natural”. Las subterráneas, aunque admite que la actuación se encuentra en una zona de acuíferos, recoge que “el sistema de saneamiento propuesto impedirá la afección de las mismas”.
Las instalaciones se pretenden dotar de depósitos de agua que serán rellenados periódicamente con camiones cisterna, para lograr los más de 10.000 metros cúbicos anuales que pretende consumir el circuito para, por ejemplo, abastecer al paddock (1.400 litros diarios), los hangares (800 litros) y la cafetería (1.000 litros al día). El impacto sobre la fauna también se prevé, ya que los trabajos afectarán “a la avifauna y pequeños mamíferos que vivan bajo tierra”, y muy especialmente al águila perdicera, que anida en los cortados de la angostura de Bornos, una especie incluida en la categoría de vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
La Asociación Medioambiental Arcense Natura (Ama Natura) se opone al proyecto por los perjuicios que, en su opinión, puede ocasionar al entorno en el que pretende instalarse. La organización critica en primer lugar, en las alegaciones presentadas al estudio de impacto ambiental, que “se sitúa en suelo no urbanizable según lo establecido en el PGOU de Arcos de la Frontera”, por lo que la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) “exige para el cambio de uso de suelo no urbanizable que se demuestre la existencia de interés público”, algo que cuestionan desde Ama Natura. La ley permite esta rehabilitación, admiten, pero “no se justifica el modo de procedimiento, no lleva ni memoria, ni proyecto, sin determinación de su acomodo al uso permitido”.
Ama Natura reseña que el circuito “va a repercutir muy negativamente en el desarrollo sostenible que el municipio de Bornos está intentando llevar a cabo”, y recuerda que la zona cuenta con dos trazados, uno en Jerez y otro en la localidad malagueña de Ronda, y que “ninguno de los dos está generando unos beneficios a la sociedad que justifiquen su impacto medioambiental”.
El proyecto, insiste la organización ecologista, “tiene un interés supramunicipal y más de 50 hectáreas, por ello debió, también, y obligadamente tramitarse un Plan Especial”. La asociación señala que la finca Las Hoces, donde se pretende ubicar el circuito, “está rodeada y a escasa distancia de espacios naturales protegidos por distintas normas, teniendo un impacto en todos ellos de magnitudes intolerables según lo dispuesto en la legislación que los protege”. Ama Natura reseña que en la zona se encuentran, al menos cuatro Lugares de Interés Comunitario (LIC), como son las colas de los embalse de Arcos y Bornos, el túnel III de Bornos y el río Guadalete, y que el previsible ruido que se producirá en las instalaciones perjudicará a especies protegidas como el águila pescadora, el aguilucho cenizo, el aguilucho lagunero occidental, la alondra totovía, el carbonero común, el carricero común o el cernícalo primilla, entre otros.
La asociación también cuestiona el abastecimiento de agua, ya que “no queda claro si se va a abastecer mediante camiones cisternas o si se va a hacer uso de las aguas subterráneas”, ante lo que expone que “no deben otorgarse concesiones para el uso de agua a actividades de ocio privadas, y menos en estas cantidades, cuando la zona sufre ya de graves sequías”. Ama Natura reunió en su día más de 1.700 firmas de vecinos de Bornos que se posicionaron en contra del circuito, un proyecto que sigue en fase de tramitación con la Junta de Andalucía, que tiene que otorgar la Autorización Ambiental Unificada (AAU).