Ya están aquí. Los moluscos gasterópodos más deseados empiezan a llegar a los bares de la provincia de Cádiz. Este año, la tardía Semana Santa coincide con el inicio de la temporada de esta tapa típica que tantos seguidores tiene. Por eso, es posible tomarse un vaso viendo las procesiones.
En El Puerto, La Chicharronería del Lengue es uno de los primeros en ofrecerlos. Aunque sean los chicharrones la especialidad de este bar, desde este Lunes Santo, 14 de abril, tiene caracoles. Así lo ha anunciado en establecimiento en sus redes sociales.
En este rincón gastronómico del centro de la ciudad es posible ver pasos mientras se desgutan caracoles. Está ubicado en la calle Virgen de los Milagros, Larga para los portuenses, punto neurálgico de la Semana Santa portuense al encontrarse a unos metros de la Carrera Oficial.

Por delante de este establecimiento pasan todas las hermandades durantes sus itinerarios.
Los hermanos Eduardo, Alejandro y Miguel Angel Moreno Murillo son los dueños de este local, la cuarta generación de una familia de carniceros muy conocida en El Puerto que también regenta su carnicería Nietos del Lengue en la avenida de Valencia y La Descarada, recién inaugurada en la avenida de La Paz de Valdelagrana.
Desde este lunes, además de chicharrones al corte o en cartuchos y montaditos, también se pueden pedir caracoles
Los primeros caracoles llegan a Cádiz
En la capital, la temporada de caracoles y cabrillas en tomate empezó el 10 de abril cuando el bar Nebraska continuó con una de las tradiciones gastronómicas más esperadas. Es uno de los referentes en la materia. Tanto este como el bar Mari y Jose ya se preparan para recibir a sus fieles clientes con estos platos de temporada que cada año conquistan paladares. El primero de estos establecimientos ya ha comenzado a servirlos, mientras que el segundo lo hará a partir de este jueves.
Son considerados clásicos en la ruta del caracol gaditano. La llegada de estos productos marca un momento clave en la vida culinaria local, que congrega a vecinos y visitantes en torno a una costumbre tan sabrosa como arraigada. Como cada primavera, los aromas de caracoles especiados y cabrillas en salsa invaden los barrios, señalando que la temporada ya está en marcha.