No es un día caluroso. El viento de levante sopla con fuerza en la playa de Santa Catalina de El Puerto. El cielo, despejado, en unos días volverá a nublarse por una nueva DANA. Este es un verano extraño que se hace de rogar. El municipio costero se prepara para duplicar su población en la temporada estival. Viendo los datos del INE de julio de 2023, cuando 118.083 personas lo eligieron para pasar sus vacaciones, todo apunta a que el próximo mes podría repetirse. El Puerto sigue siendo popular, como muchos dicen, está de moda, incluso en otras fechas. Este año, ya ha experimentado la desestacionalización del turismo después de que en el primer trimestre recibiera a 10.260 más que el año pasado.
A las puertas de la temporada más esperada del año, ya se notan los visitantes en el litoral portuense. Algunos estrenan el paseo de madera habilitado. Primer verano de esta infraestructura que los vecinos y vecinas ya disfrutan desde hace unos meses. Unos pequeños juegan con la zoostera marina, que no son algas, en la orilla. Son las 17.00, las gaviotas vuelan sobre las cabezas de los bañistas. Un padre le quita los manguitos a su hijo, que acaba de darse un chapuzón. Huele a crema, a mar y a descanso. Al fondo, dos motos de agua se acercan al parque hinchable flotante. Y, nada más atravesar la pronunciada bajada de Las Redes, tres camiones y un cartel: "Atención, obras".
A unos metros, se divisan grandes montículos de arena a los que se suben algunos veraneantes. Una estampa de finales de junio atípica. La maquinaria pesada, enviada por la Demarcación de Costas Andalucía Atlántico, lleva desde la semana pasada ejecutando trabajos de trasvase de arena. El Ayuntamiento de El Puerto pidió "de forma urgente" esta actuación, que tiene un coste de 70.000 euros, por el estado en que los últimos temporales dejaron la playa. Concretamente, hay montículos en Las Redes, El Manantial, El Ancla o Vistahermosa.
"El temporal se llevó toda la arena. Nosotros estamos en primera línea de playa y se llevó un metro y medio de altura", comenta Manuel Jesús, empleado de uno de los chiringuitos de Las Redes. Según la Demarcación, esta semana estarán concluidas las tareas pertinentes.
"Teníamos dos escalones más de arena. Otros años han empezado antes a hacer estos trabajos pero este se han retrasado un montón. Bueno, mientras la rellenen", comenta.
El hombre mira al mar con preocupación. "Estamos sin playa", dice desde el local. Desde principios de junio ya empezó a ver movimiento de turistas en esta playa donde el arranque "ha sido muy bueno". En las mesas ya se han sentado "muchos clientes madrileños y sevillanos".
Las temperaturas y los cambios de tiempo no han hecho estragos. "Aquí el clima no afecta, aquí seguimos teniendo nuestros clientes fijos de todos los años, aunque llueva, aunque truene", comparte con lavozdelsur.es.
En la orilla, el pasado fin de semana, se observaban algas, la famosa rugulopterix okamurae, la temida alga asiática que ya ha empezado a invadir la costa, aunque este martes no se note. El final de El Buzo y La Calita todavía están repletas de esta especie que vuelve la orilla negra e impide el baño a muchos. Según confirma el Ayuntamiento, "en los arribazones hay mezcla de algas, pero ahora mismo se detecta un amplio volumen de rugolopterix okamurae".
"Había por lo menos 20 metros hacia dentro de algas. Cuando baje la marea estará todo lleno otra vez. No sabemos cómo va a afectar todo esto", comenta Manuel Jesús con unas vistas a un enorme transatlántico y el majestuoso puente de La Pepa.
Al lado, se encuentra la plataforma donde otros años se instalan las duchas, un privilegio con el que no cuenta esta playa como medida contra la sequía.
En otro de los chiringuitos, El Salvador, la terraza está llena. Unos toman el café y otros un cóctel mientras Paula, trabajadora, sigue atendiendo. Ni el clima, ni los trabajos de Costas ni el alga son obstáculos para que los turistas se sienten a disfrutar del enclave. "La temporada ha tardado bastante en arrancar, pero ahora está siendo buena. Se nota movimiento de gente de fuera", comenta. Según explica, el inicio de la temporada se desarrolla con normalidad.
No hay nada que quite las ganas a los turistas de visitar este rincón de la costa gaditana que invita a largos paseos por la orilla, o por las tablas de madera. El verano ya está aquí.