Un edificio histórico del casco antiguo de El Puerto se prepara para tener una nueva vida. La casa de las cadenas, conocida también como la casa palacio de Vizarrón, ubicada en la plaza del Polvorista, se salva de las garras del abandono. En ella ya se ha fijado la Inmobiliaria Espacio, con sede en Madrid y delegación en Andalucía Occidental, que forma parte de la división inmobiliaria de Grupo Villar-Mir. Esta casa palacio del siglo XVIII que ha estado abandonada durante más de 20 años, se convertirá en 18 viviendas “boutique” con vistas al río, Hamman, piscina climatizada, sauna y gimnasio equipado.
Fuentes municipales confirman a lavozdelsur.es que “se está tramitando la licencia” de este proyecto que revive a un inmueble que muchos portuenses guardan en sus recuerdos. Algunos han crecido en el patio de esta antigua casa de vecinos que se fue quedando vacía con el paso del tiempo.
Esta casa popular fue construida en 1708 por Juan Vizarrón y Aranibar, un gran comerciante vasco-navarro que se dedicaba al comercio con ultramar a finales del siglo XVII, en pleno esplendor del ajetreo de los cargadores de indias. Por entonces, la plaza regalaba escenas cotidianas ya desaparecidas que se observaba desde esta casa palacio, considerada Bien de Interés Cultural (BIC) desde el 24 de octubre de 2006.
Con tres plantas y una superficie aproximada de 2000 metros, fueron muchos los inquilinos que disfrutaron de esta joya patrimonial. Entre ellos, Felipe V, el primer Borbón de España, e Isabel de Farnesio que veranearon en la casa en los años 1729 y 1730. Según detalla la asociación en defensa del patrimonio portuense Betilo, el primero de sus viajes “fue muy breve, solo residieron una jornada”. Pero hubo otras dos estancias del matrimonio real. “Las otras dos fueron para pasar sus vacaciones estivales, siendo especialmente dilatada la del verano de 1729, que duro tres meses”.
Durante esos días en el sur, los reyes pudieron disfrutar de un jardín que se habilitó en un corralón de la casa, según se observa en un plano recogido por la asociación. La estancia de los reyes marcó a esta casa, ya que, posteriormente, se le conoció como casa de las cadenas por la presencia de estas, privilegio que le concedió Felipe V mediante una Real Cédula, recogida en las actas capitulares de 1736.
La dejadez y el expolio se apoderaron de esta casa que estuvo en ruinas desde el año 2005 aproximadamente, cuando la última familia que residió allí la deshabitó. Sin embargo, en 2020, en plena pandemia, su destino cambió.
Llegaba “una nueva época para nuestro patrimonio”. Así lo anunciaba el alcalde, Germán Beardo, que quiso poner en valor el patrimonio portuense. El Consistorio, a través del Área de Ordenación y Planificación Urbana, exigió a la propiedad, el Banco Santander, que preservara este edificio catalogado con el nivel 2 de protección en el nuevo Plan Especial del Conjunto Histórico.
Así, el banco se hizo responsable y en septiembre de ese mismo año comenzaron las obras de rehabilitación y consolidación, que han sido ejecutadas por la empresa de Ciudad Real, Rafael Gómez Galdón S.L., especializada en la restauración de edificios catalogados como patrimonio de la ciudad.
Dos años después, los trabajos de reparación finalizaron e, incluso antes de que acabaran, la casa palacio se pudo a la venta en el portal Altamira Santander Real State S.A. por un precio de tres millones de euros.
Ya por entonces salió a la luz que esta albergaría un importante proyecto urbanístico, Espacio Palacio Casa de Las Cadenas, que ha reconvertido la vivienda histórica respetando los elementos arquitectónicos originales.
No es el único edificio histórico que se ha rehabilitado. La casa de Roque Aguado, otro palacio de cargadores a indias del siglo XVIII, en el mismo entorno, también se ha sometido a estas obras. “Son los primeros de una larga lista”, dijo el Ayuntamiento.
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