La riqueza paisajística de la provincia de Cádiz no es ningún secreto; por eso cada año la visitan miles de personas dispuestas a pasar unos días de desconexión en familia. Ya sea uno más de mar o de montaña, entre los municipios que conforman esta región son muchas las rutas que ofrecen unas vistas espectaculares al visitante, y buena parte de ellas son aptas también para los más pequeños.
El comienzo de la primavera, coincidiendo además con las vacaciones de Semana Santa, es una época ideal para salir a disfrutar de la naturaleza y recorrer los senderos que conforman la provincia; un plan perfecto para pasar un día con toda la familia o entre amigos.
Un litoral con una flora y fauna espectaculares, unos paisajes maravillosos, municipios con interesantes museos... Hay de todo y para todos los gustos en los municipios gaditanos, especialmente en los de la sierra.
Como punto de partida, la ruta del río Majaceite puede ser una gran opción. Es uno de las más habituales de entre todos los senderos que ofrece la sierra de Grazalema, debido en gran medida a la facilidad del camino, que lo hace apto también para niños.
Esta ruta de El Bosque a Benamahoma abarca algo más de cuatro kilómetros, que pueden realizarse en unas dos horas. A lo largo del camino, el paisaje ofrece multitud de bellas panorámicas, con bosques de fresnos, olmos y chopos y el río siempre presente. Además, se puede aprovechar la ruta para visitar el Ecomuseo del Agua Molino de Benamahoma.
Otra buena alternativa es el sendero de Llanos del Rabel, también en Grazalema. Su dificultad también es baja, ya que se trata de un sendero ancho y sin grandes pendientes que transcurre por algo más de cinco kilómetros. Sí hay que tener en cuenta que la parte del camino de los pinsapos tiene algunas cortas pendientes que requieren de algo de esfuerzo por parte del caminante. Los pinsapos son los auténticos protagonistas de esta ruta, ya que acompañan a lo largo de todo el camino.
Un sendero similar a este es el del Tambor, en el Parque del Estrecho. Esta ruta parte del centro de visitantes Huerta Grande y termina en un increíble mirador con vistas a las dos orillas del Estrecho. Es, además, un lugar idóneo para avistamiento de cetáceos.
Si buscamos una ruta algo más complicada pero sin llegar a ser de dificultad alta, optar por la Garganta Verde es siempre una buena decisión. Lo mejor para llegar a él es partir de Zahara de la Sierra, para seguir por la carretera CA-9104 hacia Grazalema, donde el sendero se inicia a la derecha tras recorrer unos cuatro kilómetros.
La Garganta Verde ofrece algunas de las vistas más espectaculares del entorno, con el descenso a la cueva de la Ermita. Eso sí, es importante tener en cuenta que se trata de un sendero con acceso restringido y que se requiere de autorización, y no se puede acceder a él con animales de compañía. Si bien es algo más corta que las anteriores, su dificultad es alta, por lo que es mejor opción para familias con niños ya algo mayores.
Otra opción de dificultad baja es la ruta del Cerro del Águila, que sí es apta para casi todos los públicos. Recorre alrededor de cuatro kilómetros que pueden recorrerse en poco menos de dos horas. Su gran atractivo reside en las vistas de Doñana que ofrece el camino y en la laguna de Tarelo, donde pueden observarse muchas especies de aves.
Y todo un clásico de las rutas con niños es la del Río de la Miel, sendero habitual incluso de las excursiones escolares. Su dificultad es baja y recorre la ribera del río a lo largo de unos dos kilómetros. Por el camino el caminante encontrará ruinas de molinos y de acequias, un puente de estilo medieval y empedrados medievales, y destaca también la exuberancia de la vegetación. Este sendero finaliza en una bonita cascada que seguro hará las delicias de los más pequeños.
Por su parte, el sendero de Zahara-El Gastor es de dificultad media, pero ofrece unas panorámicas espectaculares. Si bien es cierto que la situación actual del embalse no es la que era hace unos años, el paisaje continúa siendo incomparable, especialmente desde el mirador de El Jaral. También merece la pena visitar el dolmen de la Tumba del Gigante.
Y, por último, dos propuestas de dificultad baja, sin apenas pendientes, aptas para toda la familia: el sendero del Faro Camarinal y y el que recorre las calas de Roche. Ambos ofrecen vistas espectaculares de la zona y, en el primer caso, se puede incluso incluir en el plan una visita al complejo de Baelo Claudia.
Estas son tan solo algunas de las incontables propuestas de senderismo que la provincia de Cádiz ofrece para toda la familia, idóneas para unos días de vacaciones.