En 1886 una niña sanluqueña de 8 años se matriculó en el IES Padre Luis Coloma de Jerez, el primer y único instituto de la provincia de Cádiz por aquel entonces. De familia de profesores, Gertrudis Martínez Otero fue educada para salir de casa y estudiar, aprender un oficio y vivir con independencia. Quizá fue la motivación que recibió en casa, o los sobresalientes que sacaba cada curso bebiéndose los libros desde su habitación, lo que le llevó a ser la primera mujer en terminar el Bachillerato en el instituto provincial, a los 13 años de edad, en 1891.
Antes de 1880 las mujeres tenían terminantemente prohibido recibir una educación. Fue a partir de esta fecha cuando las niñas pudieron empezar a matricularse en la enseñanza superior. No obstante, no entraron en las aulas hasta que la real orden de Alfonso XIII permitió su incorporación oficial en los institutos el 8 de marzo de 1910, coincidiendo así —de manera mágica— con la fecha en que se celebra el Día Internacional de la Mujer. Antes que Gertrudis, llegaron otras niñas que provenían de Arcos, Ceuta, Medina Sidonia, Puerto Real..., "y también de Jerez, aunque fueron pocas, unas 13 o 14 niñas", apunta María Dolores Rodriguez Doblas (Badajoz, 1946), catedrática de Geografía e Historia desde 1973, ex profesora del instituto Padre Luis Coloma desde 1978 hasta su jubilación en 2006 y la principal responsable de que hoy se conozca la historia de las primeras niñas gaditanas que "fueron" al instituto.
"Siempre he tenido inclinación por buscar la historia del silencio, de las que no están, que son las mujeres"
"Siempre he tenido inclinación por buscar la historia del silencio, de las que no están, que son las mujeres. Yo trabajo siempre para buscar papeles que hayan desempeñado las mujeres en la sociedad, como las bordadoras, que van a las casas de la nobleza en busca de trabajo. Y todo esto es muy difícil encontrarlo en los archivos, porque es la vida cotidiana que no parece importante. Para mí la cuestión ha sido sacar a las mujeres de ese silencio, de esa desaparición. Yo ya tenía esa inquietud y tuve la oportunidad de buscar a las niñas que estudiaron en esta institución", explica María Dolores Rodríguez, que desde pequeña ha estado implicada en el movimiento feminista.
Antes del 2000, esta profesora extremeña rescató los archivos polvorientos que el instituto jerezano conservaba y se puso manos a la obra. Recuerda que fue el nombre de Gertrudis el primero que encontró investigando entre los libros de memoria que el centro educativo hizo durante todos los cursos. "Cada año el instituto hacía un pequeño librito donde se recogían las actividades que se hacían a lo largo del curso y en este también aparecía un cuadro de honor donde estaban los alumnos sobresalientes de cada año. Y claro, fue en uno de estos cuadros cuando me topé por primera vez con el nombre de una niña, el de Gertrudis Martínez Otero, que desde entonces, siempre aparecía en los cuadros de honor".
Según pudo documentar Rodríguez, las niñas, cuando ya pudieron asistir a clase, estaban siempre solas, "aisladas", y frecuentemente eran dos hermanas las que acudían a clase. Y todas, "o bien porque las protegían mucho o porque eran realmente buenas estudiantes", sacaban notas extraordinarias. En el caso de Gertrudis, que fue la primera en aprobar el Bachillerato, se marchó a estudiar Farmacia a la Universidad de Granada con tan solo 14 años. De nuevo, no pudo estar presentes durante las explicaciones de los temarios, sino que debía aprenderse la materia como un ratón de biblioteca. "Pude saber que se sacó la carrera porque en el periódico de Granada aparecía una noticia que hablaba sobre ella como la primera 'señorita' con el titulo de Farmacia", cuenta, y por ende, Gertrudis Martínez fue la primera mujer de Andalucía en obtener dicha carrera, además de la primera gaditana en ir a la universidad.
¿Qué o quién motivó que la educación también se abriera a las mujeres? Rodríguez Doblas no duda en señalar que fueron los profesores, el ministerio de Educación, los que impulsaron que la enseñanza dejase de ser un derecho exclusivo del género masculino. En sus estudios, la catedrática encontró que en el siglo XIX había un grupo de profesores "que tenían una ilusión tremenda por este cambio". "Son los profesores los que impulsan y dan la idea de por qué no van a matricular a las niñas desde el momento en que pudieron hacerlo", ensalza. Por ello, la labor de concienciación de los docentes fue clave para que la mujer se incorporara a la enseñanza. "Ellos hablaban con las familias y les explicaban lo que les podía reportar que sus hijas fueran a clase, que no tenían que competir con los niños y que ellas eran iguales, que no por ser niñas iban a ser menos inteligentes que los niños", destaca.
María Dolores Rodríguez, concienciada con el movimiento feminista, cuenta que tanto en 1970 como en los 80, había docentes que desarrollaban una pedagogía feminista en las aulas, actividad que no estaba bien vista por toda la comunidad educativa por aquel entonces. "Nosotras estábamos muy mal recibidas por los compañeros. Estos temas siempre han sido despreciados. Durante una etapa intentamos que el femenino apareciera en los papeles oficiales en los letreros... Por ejemplo, ¿yo por qué tenía que firmar una lista de asistencia donde ponía profesor?", comparte. Pero hoy, en 2018, con motivo del 180 cumpleaños del instituto Padre Luis Coloma, el centro ha querido reconocer el mérito de aquella pequeña que terminó el Bachillerato con tan solo 13 años bautizando un patio del IES como 'Doña Gertrudis'. "Cómo han cambiado las cosas...", sonríe la catedrática.