“El mejor circuito es el que no se construye”, asegura de forma tajante Hugo Palomares, alcalde de Bornos, casi el único dirigente político y el que con más ahínco se opone a la construcción de Arcos Lagos, el proyecto impulsado por dos inversores belgas que quiere instalarse a apenas 900 metros de las primeras viviendas de la localidad y a 1,5 kilómetros del Ayuntamiento bornense. Por eso no duda en solicitar, una vez más, que el circuito cambie su ubicación, porque en la finca Las Hoces, donde se quiere instalar, conviven numerosas especies protegidas y hay, al menos, cuatro Lugares de Interés Comunitario (LIC) —las colas de los embalse de Arcos y Bornos, el túnel III de Bornos y el río Guadalete—. Por eso los promotores, los belgas Philippe y Laurent Jaspers, que crearon la empresa Arcos Sun Invest para tal efecto, cambiaron parcialmente el proyecto tras el varapalo que supuso que la Junta de Andalucía considerara que la construcción del trazado era inviable por el impacto para el paisaje que supondría.
La inclusión de coches eléctricos —que supondrían un 80% del uso del circuito— y la creación de pantallas vegetales para minimizar el impacto acústico fueron algunas de las medidas tomadas por la empresa promotora para intentar revertir la negativa del Gobierno andaluz. Pero todo eso no convence ni al alcalde de Bornos, ni a las asociaciones ecologistas —Ama Natura y Ecologistas en Acción— que forman parte, entre otras organizaciones, de la plataforma No a la ubicación del circuito Las Hoces, que protagonizan una rueda de prensa en el embarcadero de Bornos, desde donde se puede avistar una parte de la finca. “El circuito, que estaría a nuestras espaldas, supondría un corte al desarrollo turístico del municipio”, sostiene el regidor bornense, quien añade que el proyecto “no se está acogiendo a lo que dice la normativa”, e incluso llega a apuntar: “Intuimos que va a haber especulación urbanística, no hemos aprendido nada de la bonanza del ladrillo”.
El alcalde de Bornos, Hugo Palomares, con representantes de asociaciones ecologistas, con la finca Las Hoces al fondo.
La tesis de Palomares también la sostiene José Luis Heras, representante de Ecologistas en Acción, quien agrega que el proyecto puede ser “una pantalla para una promoción inmobiliaria encubierta”, afirmación que sustenta en el hecho de que los precontratos firmados con promotores de pruebas “desconocidos” en el mundo del motor —“Carmelo Ezpeleta (presidente de Dorna, la empresa que impulsa los Grandes Premios)— no sabía quiénes eran”— y en que el mismo proyecto deja claro que querían construir un hotel, apartamentos, una cafetería… "Lo dejan entrever”, añade. Heras agradece a la empresa promotora “que nos termine dando la razón, de una forma tácita, a las alegaciones que hemos presentado, ya que dejan claro que el ruido no cumplía con la legalidad vigente y ahora venden que van a quitar a los Ferrari y van a poner coches eléctricos”.
“La distancia de tres kilómetros entre el circuito y Bornos garantiza que no se puedan producir molestias a los vecinos por causa del ruido; este proyecto va a suponer una novedad en el mundo del motor, el circuito de velocidad Arcos Lagos tiene la voluntad de convertirse en el más ecológico del mundo, ya que reúne las condiciones para ello, va a contribuir al desarrollo de Arcos de la Frontera y de Bornos”, decía una voz en off de un vídeo elaborado por Arcos Sun Invest, vendiendo las bondades del proyecto, que no termina de convencer a los ecologistas. Ángel Roldán, vicepresidente de la Asociación Medioambiental Arcense Natura (Ama-Natura), critica la “opacidad” y el “oscurantismo” que rodea a este proyecto desde sus inicios.
“Esta empresa es una multinacional inmobiliaria belga que nunca se ha relacionado con el mundo del motor, por lo que el hecho de que compre una finca 240 hectáreas da que pensar”, sostiene. Roldán cree que “hay un chantaje a la sociedad de Bornos y Arcos, aprovechándose de la necesidad de mano de obra”, ya que a su entender no se garantizan los puestos de trabajo que se prometen. El representante de Ama Natura critica también que las firmas que la empresa promotora está recogiendo “no cumplen con la Ley de Protección de Datos”, ya que “no dicen quién las recoge”, para lo que utilizan, además, “a personas que no tienen recursos económicos y a los que no tienen la decencia de explicarles en qué consiste este proyecto”. “Vamos a proseguir la lucha porque hay un proyecto alternativo”, agrega, y remata: “Estamos luchando contra un Goliat con muy mala fe y muy malas artes, que en vez de traer desarrollo y perspectivas, nos puede hipotecar el futuro”.