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Nada cambia de la noche a la mañana en Barbate: dudas, rabia y dolor aún flotan en el puerto

Familiares de los guardias civiles fallecidos hace un año, compañeros y vecinos viven la conmemoración de la mayor tragedia narco en la bocana barbateña entre reproches por desamparo y falta de aclaraciones

La madre de uno de los fallecidos recibe un abrazo en el puerto de Barbate este domingo.
La madre de uno de los fallecidos recibe un abrazo en el puerto de Barbate este domingo. JUAN CARLOS TORO
09 de febrero de 2025 a las 16:21h

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El mortal abordaje, presuntamente criminal, se produjo bien entrada una noche, un viernes 9 de febrero de 2024. Todos los vieron. Fue retransmitido. Frío, viento y los coletazos de un temporal que hizo a las narcolanchas refugiarse en el puerto de Barbate en maldita hora.

El recuerdo rabioso, lleno de lágrimas lanzadas y retenidas, se produce un año después casi a mediodía, plena mañana, un domingo, 9 de febrero de 2025. Sin la menor brisa y con un imperial sol de invierno que precisa tres pares de gafas de sol para resistir.

La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después
Daniela, hija de uno de los supervivientes, lanza una flor al mar en recuerdo de los fallecidos.  JUAN CARLOS TORO

Es la única diferencia. Entre un momento y el otro, entre el episodio trágico y la conmemoración emocionada son distintos el decorado, la iluminación. El escenario y los sentimientos son los mismos.

"Nada ha cambiado. Al revés, ha ido a peor", resume Paqui Gómez, madre del guardia civil isleño fallecido.

Cada palabra pronunciada, con o sin lectura, por cada participante en el acto de recuerdo transmitió que el dolor es inamovible. Las explicaciones, escasas. El consuelo, imposible.

Ni una duda resuelta, ni una petición atendida, nada que hiciera pensar a los presentes "que la muerte de David y de Miguel Ángel sirvió para algo", proclama el representante, uniformado, de la Asociación Unificada de la Guardia Civil.

El recuerdo del primer año de la mayor tragedia que el narcotráfico ha provocado en la provincia de Cádiz comenzó con vivas a la Guardia Civil y la lectura o proclamación de manifiestos, discursos, con un elemento común.

La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después
Familiares de las víctimas del abordaje mortal de la narcolancha se abrazan en el escenario del suceso un año después.  JUAN CARLOS TORO

Los afectados por el suceso, sus familias, los compañeros asistentes sienten un desamparo completo por parte de las instituciones y ninguna de sus preguntas (¿por qué ordenaron la intercepción en tal inferioridad de condiciones? ¿hubo una orden negligente?) han sido resueltas.

Ni un metro se ha avanzado en esos dos elementos esenciales. La vida y la muerte siguen bordadas en la boca del puerto. Nada cambia de la noche aquella a la mañana esta por más que la luz y el almanaque sean distintos.

Las 200 personas concentradas al borde del mar en Barbate incluso retomaron el ritual de la grabación con los teléfonos móviles, morbosa entonces y respetuosa en el momento del recuerdo.

La familia de la víctima isleña, Miguel Ángel González, está presente. También ha llegado la de David Pérez desde Pamplona, donde se celebraba una misa de recuerdo en la iglesia de San Nicolás, en la víspera.

También están los parientes de los supervivientes: Óscar, Julio, David y José Luis. La hija del último, Daniela, describe el pesar de los que viven con el recuerdo de aquella noche: "Mi padre pudo ser uno de ellos".

La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después
Compañeros de los caídos lanzaron flores y ofrecieron un saludo militar en el puerto de Barbate.  JUAN CARLOS TORO

Enseguida, a la joven le aparece el reproche principal y compartido: "En este año no han mejorado los medios que tiene la Guardia Civil para luchar contra el narcotráfico".

"Ojalá puedan volver a vivir con normalidad", se dice por el micrófono en la concentración. El momento principal es una ofenda formada por ramos que lanzan los familiares al mar y por flores sueltas que mandan, uno a uno, los compañeros uniformados.

Suena de fondo el himno de la Guardia Civil. Los abrazos a los seres queridos de los fallecidos, también de los heridos y afectados, son constantes.

Mónica Múgica y Fuensanta Sánchez, de la organizadora plataforma de familiares Nuestro corazón por bandera, leen el texto principal del acto conmemorativo.

"Estamos aquí para rendir homenaje a estos dos héroes que ofrecieron sus vidas para obedecer una orden, por deber".

La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después
La emoción de las familias de las víctimas fue constante durante el acto de conmemoracion.  JUAN CARLOS TORO

La madre de uno de los caídos, el buzo cañaílla Miguel Ángel González Gómez, resume la otra gran reclamación de los afectados, la falta de apoyo y atención, el desamparo: "Nadie del gobierno me ha llamado para darme el pésame, nadie se ha puesto en contacto con nosotros más que los medios de comunicación".

Su reivindicación resume, con un grado superlativo, el dolor de todos los concentrados: "Mi hijo dio su vida por España y España le ha abandonado, al menos, el Gobierno le ha abandonado".

La Asociación Unificada de la Guardia Civil, muy presente en el acto, muy visible gracias a sus uniformes y tricornios, añade otra clave del dolor acumulado.

«La vida de David y Miguel Ángel tiene que servir para que haya cambios de verdad. Para que lo notéis vosotros como sociedad y nosotros como guardias civiles», dice su portavoz dirigiendo la mirada a los presentes.

Galería de fotos | La rabia y el dolor de la Guardia Civil por la tragedia de Barbate siguen intactas un año después

La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después
La ofrenda floral a los guardia civiles de Barbate un año después.    JUAN CARLOS TORO

Entre los familiares y los compañeros, otra petición común, esencial, que los guardias civiles sean reconocidos como miembros de una "profesión de riesgo", algo que aún no ha sucedido, de forma asombrosa, ni con muertes como las recordadas de por medio.

"Cuando ingresamos en la Benemérita ya sabemos que nos arriesgamos a dar la vida y lo asumimos. Sólo pedimos que se nos reconozca".

Ni eso, entre lo espiritual y lo burocrático, ha cambiado en un año de dolor, preguntas y rabia. Ni un paso tan aparentemente lógico y sencillo se ha producido.

En el puerto de Barbate, el tiempo se ha detenido. Da igual que sea noche oscura y tormentosa o mañana de primavera precoz. Todo sigue donde estaba el 9 de febrero de 2024.

Sobre el autor

Afot

José Landi

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