La escasez de agua en embalse de Zahara de la Sierra y El Gastor es una constante en la compleja política hidrológica de la provincia de Cádiz. A esta situación cíclica de falta de reservas se añade un elemento distintivo: la principal causa son los desembalses decretados por la Junta de Andalucía.
El alcalde de la localidad gaditana, Santiago Galván (PSOE), asegura que la situación vuelve a ser tan preocupante como antes de las lluvias de Semana Santa y que, como en anteriores crisis, las explicaciones de la administración autonómica "no existen".
Galván aporta las copias de un requerimiento a la Consejería de Presidencia e Interior de la Junta de Andalucía y de una carta a la delegada provincial de la Junta, Mercedes Colombo. Ambas tienen fecha del 26 de junio y, asegura, son las últimas que han quedado sin respuesta.
El bajo nivel de reservas acaba con varios animales, impide la celebración de varios eventos deportivos y vuelve el agua inútil para el regadío por salinidad
Mientras no llegan las explicaciones, la situación se agrava. Las reservas de agua en el embalse de Zahara-El Gastor apenas llegan en esta penúltima semana de agosto a 28 hectómetros cúbicos, sobre una capacidad total de 222,7. Esto supone apenas el 12,7% del agua que puede almacenar como máximo.
"El abandono institucional es total. En estos últimos años, apenas ha estado un delegado provincial de la Junta en la zona y de paso. Es una política nefasta, un insulto, no contestan a nuestras cartas y reclamaciones, ya no sabemos cómo pedir ayuda e información, nunca hay respuesta", lamenta Galván.
Además de comprometer el abastecimiento humano, la escasez de reservas que propician la falta de lluvias "y los inexplicables desembalses constantes" tiene impacto en otras áreas, desde la turística hasta la agrícola.
El alcalde zahareño alerta de la "mortandad de peces, incluso especies protegidas como el barbo andaluz, que provoca un nivel tan bajo de agua". También perecen vacas y otras especies de ganadería, por falta de alimento o por quedar atrapada en el fangal.
La agricultura no escapa al impacto de la escasez porque por debajo de niveles como el 15%, "la salinidad del agua hace imposible que sea útil para regadío" aunque corra con frecuencia por efecto de los desembalses.
El impacto en el sector turístico también es notable. Desde la mala imagen paisajística -"estamos hartos de recibir a visitantes en la Oficina de Turismo que preguntan qué le pasa al pantano"- hasta la suspensión de actividades y eventos.
"La situación es muy grave", insiste el regidor socialista, y tiene consecuencias nefastas para la hostelería. "El puerto deportivo fluvial se vuelve inaccesible, el restaurante y el área de recreo del pantano tampoco pueden abrir porque el agua está muy lejos de la terraza".
Algunas competiciones deportivas que reúnen anualmente a miles de visitantes y vecinos de la Sierra tienen que ser suspendidas. El campeonato del mundo de pesca en kayak y el prestigioso triatlón Titán son los dos últimos ejemplos que aporta Galván.
"Son actividades que tenían bastante implantación y dejan de hacerse. Las empresas no quieren trabajar en la zona porque lo que se ofrece al turista o al deportista es un paisaje árido, lleno de peces muertos".
El alcalde zahareño recordaba este mismo año, en marzo, que la situación del pantano también también provoa "una malestar sentimental en los vecinos del pueblo. Es una imagen desoladora. Estamos en un paraje natural incomparable, con la Garganta Verde, el Pinsapar y cuando miras este pantano...".
A la denuncia de la falta de medidas y de explicaciones ante los desembalses se han sumado colectivos como Ecologistas en Acción y la Plataforma en Defensa de la Pesca, que califican la situación como "un desastre medioambiental".
Galván asegura que incluso la Consejería de Medio Ambiente de la Junta ha levantado actas por una situación "dramática" y sin embargo "el sectarismo y el abandono nunca terminan. Nunca hay respuesta".