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El paso con ruedas de la Virgen de la Trinidad de Puerto Real.
El paso con ruedas de la Virgen de la Trinidad de Puerto Real. TELE PUERTO REAL

Un paso a ruedas, en lugar de costaleras, se ha visto por las calles de Puerto Real esta Semana Santa. La inédita, y sorprendente imagen, se produce por un desencuentro entre la cuadrilla de cargadoras y la junta de gobierno de la hermandad del Medinaceli.

Desde hace unos años, esta cofradía ha destacado por sus avances en igualdad, propiciando que la Virgen de la Trinidad sea portada por una cuadrilla de mujeres costaleras, conocidas como las trinitarias.

Aunque hay versiones contrapuestas, y ninguna explicación clara de las partes implicadas, las desavenencias entre las costaleras y la junta de gobierno se inicia el año anterior, cuando las primeras piden que las acompañe una banda de música este Jueves Santo.

La Virgen de la Trinidad de Puerto Real, en un paso con ruedas.

La hermandad del Medinaceli acepta, a condición de que sean ellas quienes busquen la financiación necesaria para costearlo. Para ello, organizan acciones benéficas, como una tómbola, para recaudar fondos. 

Para contar con banda en este Jueves Santo, se iniciaron las mismas acciones benéficas, pero el nuevo director espiritual de la hermandad, según narra Diario de Cádiz, puso impedimentos, por lo que se suspendió la tómbola. 

En este tiempo, se han destituido capataces de la cuadrilla, y hay mujeres costaleras a las que se les comunicó que no iban a cargar a la Virgen de la Trinidad esta Semana Santa.

Con esta situación, este Jueves Santo el paso de la Trinidad ha procesionado con ruedas, al no haber costaleras suficientes para cargarlo. Debajo solo iban doce mujeres, insuficientes para poder llevarlo. El resto de la cuadrilla, la acompañó desde fuera. 

En redes sociales, algunas de estas mujerestrinitarias se han pronunciado con un mismo mensaje: "Hoy, 56 corazones laten al unísono, 56 mujeres, trinitarias, las verdaderas hijas de la Virgen, sus pies. Pero hoy la fe también llora. Nos han impedido salir, por desacuerdos, por intereses que nada tienen que ver con lo que la Virgen representa. Este año, como si fuera un presagio, no hemos podido caminar bajo su manto".

"Aunque la cuadrilla que se buscó para sustituirnos no saldrá, nosotras, sus mujeres, seguimos ahí. A su lado, aunque no sea de la manera en que pensábamos. La lluvia nos detuvo el año pasado, pero el agua no apaga el fuego que llevamos dentro. La vida nos ha enseñado a resistir, a persistir", prosiguen.

"A pesar de todo, ella, la Virgen, parece que nos sigue eligiendo. Y aunque hoy no podamos cargar su paso, la promesa que le hice sigue viva. De mujer a mujer, de madre a madre, te acompaño, aunque sea de otra forma. No te suelto, no me sueltes", se lee en el mensaje de las trinitarias.

Una de ellas, Blanca Paloma, se desahoga: "Hoy he vivido algo que no olvidaré jamás. El paso ha salido, sí… pero a ruedas. Con algunas compañeras empujando desde dentro. Y lo que he sentido ha sido una tormenta de emociones difíciles de digerir: rabia, impotencia, pena, dolor… y sí, vergüenza".

Y prosigue: "Vergüenza, porque ella no se merecía esto. Porque la tarde estaba perfecta, con un sol radiante que abría paso a una noche serena, sin viento, sin frío. Porque sus mujeres estábamos listas, como siempre. Y porque, a pesar de haber intentado tender puentes y acercar posturas, han preferido el bochorno a la humildad".

"Vergüenza de verla salir sin su pollera, sin su elegancia. De escuchar gritos que parecían sacados de un cortijo, no de una procesión. Vergüenza por la falta de respeto, por la ausencia de solemnidad. Vergüenza de ver cómo cualquiera entraba y salía del paso sin pudor, por cualquier lado. De que se abrieran los faldones como si no pasara nada", reseña. 

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Francisco Romero

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