La pasada semana, el conductor de un coche que iba cargado de hachís estuvo a punto de arrollar en Sanlúcar a tres agentes de la Unidad de Delitos y Crimen Organizado que se encontraban en un operativo contra el tráfico de drogas.
El individuo aceleró con el todoterreno que conducía contra el vehículo de los policías, destrozando por completo la parte delantera del Ford Focus en el que iban los agentes. Aprovechando la confusión por el golpe, el narco logró escapar. No tuvo la misma suerte otro hombre, que fue detenido en el lugar de los hechos, también implicado en esta operación.
Pero la fuga de este delincuente no duró mucho, ya que la Policía Nacional logró localizarlo al día siguiente en un hotel de Jerez, donde se había escondido con su pareja.
Cuando procedieron al registro de su casa en Chipiona, la sorpresa fue mayúscula. Como adelanta La Voz, el narco contaba con un arsenal de armas casi de guerra. Hasta un AK-47 Kalashnikov fue encontrado junto a pistolas, escopetas, revólveres, silenciadores, munición de diverso tipo, cargadores y chalecos antibalas.