"La situación en el municipio de Puerto Real es desgarradora": así se expresaba la protectora de animales Gatita Lucía en una publicación hace unos días en sus redes sociales. Esta asociación no deja de recibir avisos de animales maltratados y abandonados en el entorno de la localidad, entre cuatro y cinco casos diarios, según cuentan, en un panorama a todas luces desesperanzador.
Su presidenta, Aurora Rodríguez, explica a lavozdelsur.es que, efectivamente, se trata de una situación "insostenible", especialmente en épocas vacacionales. "Hay días que son muchas las peticiones de ayuda: animales abandonados, en la carretera, encadenados, maltratados, enfermos...", relata. La mayoría de los casos, cuenta, son "desgarradores", porque, además de los abandonos y los casos de maltrato, también acuden a ella personas sin hogar, víctimas de violencia de género, personas mayores que tienen que trasladarse a una residencia... y que no pueden llevar consigo a sus animales.
Una de las grandes causas de lo que viven actualmente la presidenta y las voluntarias de esta protectora puertorrealeña es la situación de la perrera de Athisa, en Chiclana, que presta servicio a los municipios de Puerto Real, Cádiz, San Fernando y la misma Chiclana. Desde Gatita Lucía explican que Athisa está desbordada, y que cuenta con "muy poco espacio" para todos los animales que recoge de estas cuatro localidades.
"Vivir, enfermar y envejecer encadenado no es para sentirnos orgullosos de que tengamos sacrificio 0", señala la presidenta de la asociación. Se refiere a la política de sacrificio 0 que tiene la perrera de Athisa; una política que en la práctica no da resultados, pues, si bien no se sacrifica a los animales, allí "malviven", según cuenta, al carecer de instalaciones adecuadas para el gran volumen de animales que alberga.
"Desde Gatita Lucía hemos evitado el ingreso en Athisa de la mayoría de los animales abandonados de Puerto Real, incluso nos hemos hecho cargo de animales de otros municipios, invirtiendo en ellos tiempo, trabajo y dinero de nuestros bolsillos", explica Rodríguez.
Una labor que correspondería a las administraciones
Es habitual que las protectoras asuman con sus propios recursos el trabajo que deberían llevar a cabo los ayuntamientos. Así lo explican también desde esta asociación, y recalcan que los animales abandonados son responsabilidad de los consistorios: "Si se implicaran más, las protectoras no estaríamos tan desbordadas".
En 2022, el Ayuntamiento de Puerto Real propuso emplear la finca de Malasnoches para un centro de protección animal de la Mancomunidad de la Bahía de Cádiz, y lo ha reiterado ante la Mancomunidad en octubre de 2023, según informó Diario de Cádiz en ese momento.
Por eso, reclaman al Consistorio que cumpla cuanto antes para paliar esta situación, con "instalaciones adecuadas y trabajadores suficientes", de forma que los animales estén en buenas condiciones y bien atendidos, y que puedan salir de sus habitáculos a una zona de recreo.
También hacen hincapié en que se permita al voluntariado el acceso a dichas instalaciones, cuando estén operativas, para poder fotografiar adecuadamente a los animales y así difundirlos para fomentar su adopción.
Muchos de los abandonos son esos llamados 'juguetes rotos', regalos que se hacen sin conciencia y que terminan en perreras o protectoras
Desde Gatita Lucía también inciden en la importancia de la concienciación. Cada año siguen recibiendo lo que ellas denominan 'juguetes rotos', esos perros y gatos usados como regalo en cumpleaños y Navidad y habitualmente abandonados en las vacaciones de verano.
Son muchos los casos que les llegan, pero recuerdan con especial dolor el de los 72 gatos abandonados en el Parque Genovés, en Cádiz. "Muchas eran madres con sus crías, que estaban aterradas", relata la presidenta de la protectora. Por más que denunciaron la situación, según señala, nadie movió "ni un dedo". Ellas se hicieron cargo de 38 de los animales, y vivieron una situación "extrema", según relata. "Preparar a tantos gatos con tan pocas manos fue muy estresante: visitas veterinarias, desparasitaciones, vacunas, castraciones...", expresa, todo con sus propios fondos.
Tan solo en un día, el día crítico en que hicieron esa publicación de petición de ayuda en sus redes sociales, habían recibido cuatro avisos. Intentan hacer todo lo que pueden, pero resulta imposible suplir con voluntad, esfuerzo y cariño una labor que deberían realizar las administraciones.
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