En 1995, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) comenzó las primeras investigaciones para intentar identificar a los cuerpos que se encontraban en la fosa común del cementerio de San Roque, en Puerto Real. Solo dos de estos represaliados pudieron ser identificados gracias a muestras de ADN: los de Juan Díaz y Pedro Cumplido, que fueron enterrados junto a sus familiares en 2021.
Pese al llamamiento para recoger muestras de ADN que se hizo desde la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, Social y Política de Puerto Real, al que acudieron muchas personas de lugares distantes, no se ha podido identificar en estos años ningún cuerpo más. Los estudios se llevaron a cabo en un laboratorio de la Universidad de Granada, que aún cuenta con muestras, para poder cotejarlas de nuevo en el futuro.
Por ello, este domingo los restos de las 183 personas que fueron fusiladas por el régimen franquista y enterradas en dicha fosa común, y que permanecen sin identificar, han sido enterrados con un homenaje digno en el mismo cementerio.
Desde el Ayuntamiento de Puerto Real, cuya alcaldesa, Aurora Salvador, ha estado presente durante el homenaje, han querido agradecer a la asociación y a "las instituciones, colectivos, asociaciones, familiares y personas a título individual que han contribuido para hacer posible este acto", y el concejal de Memoria Democrática, Antonio Gil, ha destacado la encomiable labor de la plataforma.
Los restos han sido enterrados en cajas pequeñas numeradas, y se ha llevado a cabo a apenas unos metros de donde se encontraba la fosa común.
Cientos de personas, según puede apreciarse en las imágenes que han sido publicadas por el Ayuntamiento de Puerto Real en redes sociales, quisieron acompañar a los represaliados y a sus familiares en este último y merecido homenaje.
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